Tras cinco temporadas de ausencia, la Unión Deportiva Las Palmas regresa este curso a Primera División. Lo hace, además, desde la fidelidad a una filosofía de vida que se traslada luego a lo futbolístico y que convierte al conjunto amarillo en una retrato perfecto del pueblo al que representa, el canario: continuidad respecto al ascenso, mucho jugador de cantera y un atractivo estilo ofensivo que aúna su histórico gusto por el toque y el dinamismo que pregonan las tendencias más modernas. En la escuadra del técnico catalán García Pimienta (Barcelona, 1974) existen muchos factores que ejemplifican semejante combinación, apuntando el más significativo a un centro del campo de quilates. Lo integran cuatro futbolistas, aunque los campitos que aparecen en las gráficas de los periódicos, tan mentirosas a menudo, hablen de un 4-3-3 más falso que el tebeo.

La posible alineación de la UD Las Palmas, este viernes contra la Real.

La Liga ha empezado para la UD Las Palmas con un punto cosechado sobre seis posibles, tras el empate casero con el Mallorca (1-1) y la derrota en Mestalla (1-0). Sin embargo, nadie se ha puesto nervioso en las islas, porque la gente allí es muy consciente de lo que hay. En la alineación de la jornada inaugural repitieron ocho de los once titulares del partido del ascenso, y el pasado viernes en Valencia lo hicieron siete. Además, y al margen ya de los resultados, los cuales tampoco significan ningún desastre, la UD está compitiendo con decoro en la máxima categoría, apoyada en una especie de rombo medular que se convierte también en cuadrado y cuyos integrantes generan mucho más de lo que parece. Se asocian, se encuentran entre líneas y acercan al equipo a la portería rival, pero, a partir de ahí, se vienen echando en falta dos pizcas de mordiente ofensiva: quizás la aporte Sory Kaba, delantero guineano de 28 años recién llegado desde el Midtjylland danés y que podría debutar contra la Real (o no).

Al fin y al cabo, sorprendería que el entrenador renunciara a las primeras de cambio a esa figura de falso nueve que tan bien está encarnando Jonathan Viera. A sus 33 años, el canario, tentado este mismo verano por los millones árabes, tiene fútbol para dar y regalar, en todas las zonas del campo además. Partiendo de la delantera, zona que termina pisando más bien poco, baja a la mediapunta para dibujar un rombo, intercambia su posición con Javi Muñoz o Loiodice para convertirse en interior, y es capaz incluso de descender hasta la base de la jugada para recibir los primeros pases, en la parcela del pivote y hasta escorado en el lateral. 

Todo aparenta ser muy desordenado en una medular que completa Kirian como mediocentro más posicional (el importantísimo Fabio está lesionado y Perrone acaba de llegar), pero hablamos de un desbarajuste premeditado y trabajado que despista más a los rivales que al propio equipo amarillo. Así, el problema de la UD está residiendo en traducir en buenas situaciones de gol todo el juego que se produce. El ex realista Sandro parte de una banda y Munir (o Marc Cardona) de la otra para, mediante movimientos interiores, atacar el espacio central que liberan a menudo sus compañeros. Sin embargo, estas buenas intenciones solo han generado un gol por el momento, de penalti además.

A la hora de defender, mientras, los canarios han sufrido especialmente de los laterales en las dos primeras jornadas, apuntando los pronósticos a una metamorfosis total en el partido de mañana. El neerlandés Sinkgraven se lesionó en Valencia y además padeció horrores en el debut contra el Mallorca, siendo su sustituto en el carril zurdo Sergi Cardona (se abortó hace una semana su más que posible traspaso al Olympiacos). En el flanco derecho, mientras, las dificultades de Lemos en la primera parte de Mestalla y el buen nivel del mexicano Julián Araujo tras el descanso multiplican las opciones de este segundo.

EL ENTRENADOR: GARCÍA PIMIENTA, 20 AÑOS EN EL BARÇA

Francisco Javier García Pimienta inició su carrera en los banquillos en 2001, en el cadete A del Barcelona. Después solo dirigiría equipos del club blaugrana hasta 2021, cuando abandonó la entidad culé tras tres temporadas en el filial. Su buen trabajo allí le otorgaría enseguida una oportunidad que no ha desaprovechado. La UD Las Palmas le llamó en enero de 2022, octava y tras destituir a Pepe Mel, terminando cuarta aquella Liga y accediendo así a un fallido play-off. A la segunda fue la vencida, y el pasado curso llegó el ascenso directo.