Arsen Zakharyan se convertirá en las próximas horas en el tercer fichaje de la Real. Los gestores blanquiazules han logrado desbloquear una negociación que se había visto frenada por los agentes e intermediarios y sus respectivas peticiones particulares de comisiones. Algo bastante habitual cuando se opera con clubes de países del este. Ha sido la prensa rusa la que ha desvelado que se han solucionado todos los problemas y que había vía libre para que se cerrara la contratación. Este periódico lo ha podido confirmar con la Real, así que por fin parece haber fumata blanca.
Aunque la situación no ha llegado a ser dramática en ningún momento, en el club txuri-urdin se han mostrado bastante tranquilos a pesar de la lógica incertidumbre generada en las últimas horas con los últimos tiras y afloja, cuando el acuerdo entre ambos clubes ya era total. En las últimas horas también ha trascendido que el Estrasburgo estaba bien colocado y que trataba de forzar para convencer a todas las partes, todo parece haber quedado en el clásico movimiento de presión sobre la hora para intentar rascar más cantidades.
El jugador viajará a tierras guipuzcoanas entre hoy y mañana y la Real intentará rubricar su contratación lo más rápido posible, aunque haya bastantes temas burocráticos que ultimar, al ser el primer futbolista ruso que ficha traspasado por un equipo de otra liga desde que estalló la guerra de Ucrania y, como es normal, antes tenga que superar el pertinente reconocimiento médico en la Policlínica donostiarra.
A pesar de que desde Anoeta no querían descartarlo para el duelo ante el Celta el mismo lunes, su ingreso en la convocatoria resulta ya imposible, y el futbolista solo puede aspirar, como máximo, a seguir el encuentro desde la grada. Zakharyan, eso sí, arribará en plenas condiciones al haber disputado ya cuatro jornadas de su campeonato con el Dinamo, por lo que es seguro que será uno más en el viaje a Las Palmas para afrontar la tercera jornada.
En principio, la idea es que firme un contrato largo de cuatro-cinco temporadas (la Real quería cinco y sus agentes, cuatro) y tendrá una cláusula de rescisión de contrato de 50-60 millones (la Real pretendía 60 y los representantes, diez menos). Ahora habrá que comprobar quién se ha llevado el gato al agua en unas conversaciones que, como reconocen desde la zona noble de Anoeta, no han sido nada sencillas y cambiaban de forma radical de un día para otro.
Con su incorporación, se cierra el capítulo de fichajes para el centro del campo, por lo que queda definitivamente descartado Van de Beek, que era la otra vía que mantenía abierta y activa la dirección deportiva. Ahora solo queda la contratación de un lateral izquierdo y la de Álvaro Odriozola para cerrar un mercado que por momentos ha puesto muy nerviosa a la parte más ansiosa de la afición txuri-urdin, pero que tiene pinta de cerrarse con cinco grandes refuerzos (Traoré, André Silva, Zakharyan, un lateral izquierdo y Odriozola) y, por supuesto, si todo va bien, para que Imanol cuente con una plantilla de Champions superior a la del curso pasado pese a que se tuvo que retirar Silva, la joya de la corona.