La Real Sociedad ha conseguido trasladar a los despachos y a su gestión del mercado de fichajes las mismas claves de sus éxitos sobre el terreno de juego. Los txuri-urdin atesoran el cartel de ser un equipo bonito de ver, con mucha calidad y potencial ofensivo, pero en verdad son sus cifras defensivas las que les han permitido marcar la diferencia en el campo. Cuando se abren las ventanas de traspasos, mientras, el club blanquiazul ha demostrado saber reforzarse de forma muy eficiente, aunque el verdadero paso adelante de los últimos cursos reside en su capacidad para retener el talento. Salidas como la de Alexander Isak el pasado agosto rumbo al Newcastle por 70 millones significan solo excepciones que confirman la regla, residiendo la norma habitual en lo que ya ha sucedido durante el presente verano.
La cuarta plaza con la que el equipo conquistó en la última Liga supone un arma de doble filo. Por un lado, significa para el resto de clubes un importante reclamo y coloca bajo el foco a los futbolistas de la Real que más han destacado. Sin embargo, los jugadores txuri-urdin encuentran también en la próxima Champions League un enorme incentivo a la hora de tomar decisiones y ponderar la posibilidad de quedarse. De momento parece que este segundo factor se está imponiendo al primero, tras chocar ambos en más de una oportunidad. Nápoles, Barcelona y Al Ahli se han fijado respectivamente en Robin Le Normand, Martin Zubimendi y Take Kubo para intentar reforzar sus plantillas. Por diversas circunstancias, a mediados de julio todos estos equipos ya han tenido que desistir y explorar otros objetivos para cubrir los mismos puestos.
Lo cierto es que a Nápoles y Barcelona no les queda otra este verano que salir al mercado con las cartas marcadas, al menos en lo que se refiere a reforzar el eje de la zaga italiano y el pivote catalán. Todo el mundo en el mundillo conoce que Kim Min-jae, central de los campeones de la Serie A, va a ser contratado por el Bayern de Múnich (fichaje que aún no se ha oficializado). Los 50 millones que los bávaros abonarían por el coreano sitúan al propio Nápoles en una complicada tesitura: el resto de clubes saben de su necesidad y también de su liquidez económica. Deben situarse dentro de este contexto las noticias de finales de junio que colocaron a Robin Le Normand en la órbita de la entidad transalpina, en principio reacia a afrontar los 60 millones que liberarían al futbolista. La Real, saneada, está en posición de fuerza a la hora de exigir tal cantidad, y en las oficinas del estadio Diego Armando Maradona miran ya a otros frentes. Se habló también de Ko Itakura (Borussia Monchengladbach) como futurible, pero ahora todos los tiros apuntan a Max Kilman, un zaguero inglés de 26 años que milita en el Wolverhampton que dirige Julen Lopetegui.
Salvando las distancias, al Barcelona le ha sucedido algo parecido, con la complicación añadida de que los culés tienen necesidad pero no liquidez. La marcha de Sergio Busquets tras quince temporadas en el primer equipo deja huérfano su pivote, y visto lo visto todo apunta a que el txuri-urdin Martin Zubimendi llegó a significar la primerísima opción de Xavi Hernández. La Real, sin embargo, no atiende a rebajas de la cláusula de rescisión (también de 60 millones), lo que unido al precario estado de las arcas barcelonistas ha obligado a Laporta y compañía a apuntar más bajo. Fracasada también la opción Brozovic, quien escogió los millones árabes del Al Nassr, Oriol Romeu (Girona) es ahora el futurible más próximo a comprometerse con el club.
El caso del Al Ahli y Kubo, finalmente, resulta distinto. Con estos clubes existen menos dobleces, actúan a golpe de talonario, aunque al parecer su intento por reclutar al nipón se basó en el salario ofrecido al jugador y no en la oferta realizada a la Real. El atacante, en cualquier caso, optó por continuar y ahora las últimas noticias sitúan a Riyad Mahrez (Manchester City) como objetivo saudí.
EL ATHLETIC, AMENAZA SUPERADA
Los tiempos han cambiado, el crecimiento del proyecto de la Real Sociedad resulta indudable y ahora las principales amenazas para el club en el mercado de fichajes se sitúan en los ámbitos más altos de la competición, ya sea por cuestiones de potencial deportivo o de potencial económico. Ahora mismo, los tres llamados grandes de la Liga (Real Madrid, Barcelona y Real Madrid), una buen puñado de equipos de la todopoderosa Premier League y los petrodólares procedentes de tierras exóticas parecen significar los principales puntos de preocupación para los rectores txuri-urdin a la hora de retener a un futbolista. En este sentido, los pasos adelante que ha dado la entidad han amortiguado casi al completo el histórico tira y afloja con un Athletic limitado por su filosofía y obligado en cierto modo a poner sus ojos sobre lo que sucede en Zubieta. La ofensiva por Oyarzabal en agosto de 2018 significa el último exponente de unos movimientos que hoy día resultarían difícilmente factibles mediando un puntal blanquiazul.