Encadenar participaciones europeas, más en el fútbol moderno que en el de hace 40 años, significa para un club una estabilidad muy importante, por aquello de los ingresos televisivos. Así, la Real puede explicar buena parte de su buen momento en lo institucional desde los reiterados billetes continentales que viene consiguiendo, lo cual no debe evitar que el foco se sitúe también sobre otra circunstancia: el papel del equipo en las competiciones internacionales. Al fin y al cabo, el objetivo de clasificarse para jugarlas atiende también a la posibilidad de pelear en ellas una temporada después.

De momento, la actual Real se ha encontrado un techo idéntico en sus tres últimas incursiones en el extranjero: en las ediciones 2019-20, 2020-21 y 2021-22, el equipo ha superado con éxito las fases de grupos de la Europa League para después caer en la primera eliminatoria a doble partido, contra Manchester United, RB Leipzig y Roma respectivamente. Resulta curioso comprobar cómo, en la década de los 80, las tres primeras participaciones europeas de la Real campeona de Ormaetxea tuvieron un saldo similar o incluso peor, para que después la vencida fuera la cuarta. El equipo guipuzcoano se desquitó entonces de las experiencias previas alcanzando las semifinales de la Copa de Europa y cayendo en ellas contra el Hamburgo por culpa de un gol decisivo en fuera de juego en Alemania.

Tres eliminaciones

Tras ser cuarta en la Liga 1978-79, la Real disputó la posterior Copa de la UEFA 1979-80, recordada por el adiós a las primeras de cambio contra el Inter de Milán (3-0 en Italia y 2-0 en Atotxa). Un año después, los de Ormaetxea repetirían en la misma competición, eliminando al Ujpest Dosza húngaro y al Zbrojovka Brno de la antigua Checoslovaquia para caer luego en los octavos de final contra el Lokeren Belga.

La eliminación ante el propio Lokeren significó el trago más amargo de un curso histórico (1980-81), el de la primera Liga, éxito que clasificó a la Real para la siguiente Copa de Europa. El CSKA de Sofía búlgaro dejó a los txuri-urdin en la cuneta en la primera ronda, empañando el estreno en el máximo torneo continental. La segunda intentona, una campaña después, resultaría mucho más positiva, con las mencionadas semifinales contra el entonces todopoderoso Hamburgo. El Vikingur islandés, el Celtic de Glasgow y el Sporting de Lisboa fueron apeados por los blanquiazules, quienes después quedaron a un paso de la final de Atenas. En ella, el propio Hamburgo batió a la Juventus (1-0).