A sus 25 años Igor Zubeldia ya es uno de los veteranos de la plantilla. Este curso ha convencido por fin a todos con un rendimiento excepcional. En esta primera parte de la entrevista habla de lo mucho que ha progresado esta temporada en la que es uno de los mejores realistas.

¿Cómo se encuentra, no se habrá convertido el nuevo pupas de la plantilla?

Tampoco creo que tengo mucha pupa. Hace dos semanas me hice el esguince de tobillo. Fue entrenando, en una disputa, pisé el pie de un compañero, me lo torcí y al día siguiente tenía el tobillo muy hinchado, pero sentí que el equipo me necesitaba porque estábamos muy justitos de gente y decidí seguir.

Pese a ser de Azkoitia, imagino que calzarse la bota será como para ponerse a gritar...

Más que poniéndomela, el momento del pinchazo. Cuando vas al dentista y te pone la anestesia, te jode, ¿no? Pues es parecido. Pero ayuda así que encantado.

Imanol desveló que había vomitado en el descanso del sábado ante el Celta.

No sé lo que me pasó. En el descanso me sentía mal. En el campo estaba un pelín fatigado, en el vestuario sentía que las tripas se me movían, vomité un poco, bebí agua y adelante. Al final del partido alguno más estaba mal, pero bueno, al día siguiente ya estábamos todos bien.

¿La lesión de pubis ya la ha superado definitivamente?

Olvidada. He trabajado mucho, estoy haciendo gimnasio todos los días, trabajo del glúteo, todo lo que está alrededor del pubis, que es lo que me ha hecho olvidarme de esta lesión. A veces he estado bien, otras mal… Este año por fin he encontrado la estabilidad de estar bien.

Me han contado que usted no se tumbó en una camilla de fisioterapeuta en Zubieta hasta que se estrenó en el fútbol profesional...

–Bueno, no lo sé (risas). Hoy en día sí que creo que es obligatorio pasarse por el fisioterapeuta por el trabajo que hacemos, si no estaríamos más jodidos todavía.

¡No se estará haciendo mayor!

Todavía no, déjate (risas). Aunque tenga 25 y sea uno de los veteranos, todavía mayor mayor no soy.

Ya es central y punto final. No se hable más.

¿No me vas a preguntar si soy central o pivote? Yo siempre digo: jugador de la Real. Últimamente estoy jugando de central, ya bastante tiempo, me siento muy bien, cómodo, estoy disfrutando y ojalá pueda seguir así mucho tiempo.

El año pasado Imanol reabrió un debate que parecía cerrado.

Creo que fue un partido o dos contra el PSV y otro. Fueron partidos puntuales. Salió bien, pero son momentos concretos.

Se está saliendo.

Me siento muy bien, tanto físicamente, mentalmente me siento fuerte también. Creo que he encontrado esa regularidad de estar bien. Aparte de eso estoy con confianza y las cosas me están saliendo bien.

Estadísticas en las que se encuentra entre los mejores de la Liga: robo en campo contrario, pases acertados, menos balones perdidos y duelos ganados.

¿Y esos datos qué quieren decir?

Que como no le llame De la Fuente el próximo mes es para no creer en él nunca más.

Eso son palabras mayores para mí. No estoy centrado en eso, disfruto del día a día y si tiene que venir, bienvenido sea y estaré encantado. Si no seguiré trabajando igual y dando lo mejor para este equipo.

Este seleccionador siempre ha contado muchísimo con Zubieta. Al menos hasta ahora.

Todos los que han trabajado en la Federación han llevado a muchos jugadores de aquí, tanto en las inferiores como en la absoluta. Siempre está abierta la posibilidad de poder llevar a jugadores de la Real.

Volvamos a lo nuestro, ¿qué ha cambiado para alcanzar este nivel?

No sabría cómo explicarlo. Al final la experiencia te convierte en un jugador más hecho, más maduro. Es verdad que quizá ahora entienda mejor lo que requiere cada partido. Yo intento mejorar siempre en buscar el hombre libre, en quién te salta, cuándo conducir o fijar para darle salida al juego. Aparte de eso siempre he intentado ir fuerte y robar balones, por supuesto sin hacer daño al rival. La suma de todo ello es lo que me está ayudando a alcanzar este rendimiento.

Ganar los duelos, una de las grandes claves de esta Real que plantea la batalla hombre a hombre.

Sí, hombre a hombre. Pero no solo la línea defensiva. Desde el delantero hasta los de atrás. Todo el equipo trabaja en la misma dirección y hemos hecho muchos goles robando en campo contrario y sorprendiendo desprevenido al rival.

Su regularidad es tan grande, que no recuerdo un fallo grave suyo que haya costado un gol en este curso.

Bueno, he tenido mejores sensaciones en algunos partidos que en otros. El sábado por ejemplo no me sentí tan bien con el balón como defensivamente. Pero bueno, esto consiste en analizar los errores que hayas hecho, intentar mejorar e ir avanzando, como siempre.

Ahora parece que el que hace bueno a Le Normand es Zubeldia y no al revés como hasta este curso.

(Risas) Bueno, todos nos hacemos mejores. Todos los cracks que tenemos en el equipo no serían tan buenos si no fuese por el resto. Al final nos ayudamos todos y es una gozada este equipo.

¿Central o pivote? Yo siempre digo que soy jugador de la Real; ahora me encuentro cómodo atrás y estoy disfrutando”

¿Siente que ha ganado esa batalla contra ese sector de la afición que no creía en usted?

–Yo siempre he sabido quién soy. Nunca me he centrado en el qué dirán los demás tanto antes como ahora. Yo he intentado hacer lo mío sin que me influyan las cosas que no puedo controlar porque es comerte la cabeza sin conseguir nada. Yo he intentado hacer lo mío, trabajar, venir a Zubieta y es lo que me ha llevado a estar donde me encuentro ahora. Y ahora mismo creo que lo estoy haciendo bien. Como te he comentado más de una vez, nunca leo la prensa…

Salvo NOTICIAS DE GIPUZKOA, obvio. Tranquilo, lo pondré entre paréntesis.

Tampoco (risas). Porque fíjate, cuando las cosas van mal te ponen no sé dónde y cuando van bien te ponen muy arriba. Lo importante es tener esa estabilidad, cada uno sabe lo que hace. Cada jugador es el mejor periódico que hay para valorarse y yo siempre he sabido quien soy.

Illarra se rompió en ‘Radio Marca’ al hablar de lo mal que lo ha pasado su gente. ¿A usted le ha pasado algo parecido, les ha visto sufrir?

No, porque a mí tampoco me han visto muy mal. Seguro que ellos sí que habrán leído o escuchado que no he hecho un gran partido o que no atravieso por mi mejor momento, pero al final, si yo estoy bien, ellos también. No creo que hayan tenido un momento tan duro.

Olabe siempre ha dicho que ser central en la Real es muy difícil.

Bueno, pero también portero, lateral, delantero... Todos los puestos. Hay mucho nivel en este equipo y cada puesto requiere mucha exigencia.

Los zagueros son casi como centrocampistas en la obra de Imanol.

Tampoco somos un equipo que juegue mucho de forma directa. El central tiene que conducir, fijar al rival y encontrar al hombre libre y eso tiene su peligro. Es lo que nos gusta, lo que nos ha llevado a lograr estos resultados.

Ha jugado de casi todo. Incluso de extremo. ¿Si le ponen de delantero cree que metería goles?

No sé qué decirte, pero si algún día me ponen arriba yo estaré encantado. Siempre disponible para lo que sea en este equipo.

Los centrales también tiene que aportar en materia anotadora…

Siempre ayuda el ver puerta. Como no suelo marcar, cuando lo consigo, como en Vigo, te viene esa sensación que sabe a gloria. Nunca he sido de marcar muchos goles, alguno que otro cada campaña. Intentaré mejorar en esa faceta.

Parece que le ha cogido el truco a conducir y cambiar de banda en carrera como en el primer gol en Cornellá.

Antes no me atrevía tanto. Estoy aprendiendo poco a poco.

¿En qué tiene que mejorar?

En todo. En remate, juego con la zurda, las conducciones para fijar al contrario, las diagonales… Muchas cosas. Siempre hay algo para corregir y como todavía soy joven cuento con mucho margen de mejora.