Lo primero zorionak, ha sido elegido mejor jugador de toda la Liga en el mes de enero.

Me ha hecho mucha ilusión. No me ha sorprendido demasiado, porque sabía que estaba entre los nominados y tenía la esperanza de lograrlo. Soy una persona bastante tranquila, creo, ya lo sabes, pero para ser sinceros tengo un sentimiento muy bueno. La Liga es una de las mejores del mundo y ser el mejor jugador del mes es increíble.

¿Cree que ha sido su mejor mes?

Tiene que ser, ineludible. En Turquía también tuve meses muy buenos en los que marqué bastantes goles, pero era otro nivel. Hacerlo en la Liga tiene más mérito.

Sin embargo el año pasado no fue fácil para usted.

Siempre me estaba sintiendo bien en el club, porque, como he comentado más de una vez, Imanol me transmitió confianza y me siguió poniendo a pesar de ser el delantero y no mostrarme acertado de cara a puerta. Siempre me comentaba que estaba trabajando bien y que los goles llegarían. Esa es la gran diferencia respecto a otros equipos en los que he estado. Aquí tienen paciencia. Ven el potencial del futbolista y apuestan por él. Es lo que pasó conmigo y ahora estoy rindiendo bien.

Hubo que esperar al cambio de sistema para que apareciera el auténtico Sorloth.

Creo que también es porque esta temporada me siento más delantero. El año pasado caía más a las bandas, driblando y ahora mi única misión es estar concentrado en marcar y crear peligro. Esas carreras muchas veces me dejaban sin la energía necesaria para anotar. Tengo a Kubo, Oyarzabal o Cho que hacen el duro trabajo de crear ocasiones y yo estoy para finalizarlas.

La afición quería que se quedara.

Sí y esto también me sorprendió un poco, porque no estaba metiendo goles, pero al mismo tiempo pensaba que venía jugando bien. Siempre me agrada que me quieran. Tampoco me puedo venir muy arriba, porque llegarán malos momentos y recibiré críticas. Sucede lo mismo cuando recibes elogios. La clave es encontrar el equilibrio.

Regresó al Leipzig, un club que si ha hecho tanto dinero es porque se mueve bien en el mercado y pidió un alto precio. ¿Estaba seguro de volver?

Al principio del verano no, porque el entrenador me dijo que iba a ser su delantero. Le respondí que ok y que lo íbamos a intentar. Después ficharon a Timo Werner y fui donde el club a preguntarles qué estaba pasando. Vi que iba a jugar solo unos pocos partidos, por lo quería volver a la Real. Fueron negociaciones difíciles, pero al final se hicieron.

¿Mantuvo mucho el contacto con los dirigentes de la Real?

No, contactamos al principio del verano, luego ya no hablamos porque en teoría iba a ser el delantero del Leipzig, y al final sí que mantuvimos muchas conversaciones. Entre todos intentamos arreglarlo.

Se vendió a Isak y se trajeron dos delanteros. Sadiq se lesionó y usted, a día de hoy, el nuevo y único referente de la Real. Es decir el papel que tenía el sueco

Yo siempre pienso que es importante contar con un hombre gol en la delantera para que el equipo sepa que cuando lo necesita va a estar ahí y crea que vas a acertar. Es clave para su balance. En las últimas temporadas ese rol lo ha desempeñado Isak, era el hombre, y ahora ya no está.

“En la ocasión de Barcelona hago el movimiento perfecto pero no veo el balón cuando remate; fue una cuestión de mala suerte”

¿Mantiene el contacto con el sueco?

Sí, claro, con él y con Januzaj, que eran mis dos grandes amigos. A Adnan le veo bastante bien.

El año pasado insistió en que necesitaba una estabilidad en su carrera.

Ese es mi deseo. Soy muy feliz aquí, mi familia también lo es, mis amigos adoran venir, todos están contentos, el club es estupendo, todo facilidades, el nuevo estadio es fantástico, las facilidades para entrenar también y el equipo es muy bueno. Todo está bien.

Le imagino llamando a la puerta del despacho de Aperribay para pedirle que le fiche ya.

(Risas) Lo único que puedo decir es que soy muy feliz y que si me quedo también lo sería.

Su contrato y las cláusulas son muy distintos a los del año pasado.

No, no demasiado, pero tendrían que negociar los clubes. Que es lo normal.

Vino para jugar con unos delanteros fantásticos y la mayoría de los partidos no tiene ni reserva, lo tiene que jugar todo. Ahora es cuando nos ha confirmado que es un auténtico vikingo, aunque recemos para que no se lesione.

Eso espero (toca la mesa en varias ocasiones). Esto también es por el cuerpo médico, que es fantástico, con sus fisioterapeutas. Cuidan mi cuerpo, y cuando no me siento tan bien, como el problema que he tenido en la rodilla, el día del partido consiguen que llegue en buen estado para jugar. Esto también es por el equipo médico.

Y porque es noruego.

Sí, quizá un poco también (risas).

Lleva 12 goles y dos asistencias. Muy buenos números. Igual le llaman de clubes más poderosos…

(Risas) Si te soy sincero, esos temas no me preocupan. Mi único foco es la Real y cuando acabe la temporada sé que volverán a aparecer muchos rumores que no me afectan. Si me quieren, que me den confianza. Ahora solo pienso en mi fútbol y en darlo todo con la Real.

¿Apostaría por que el año que viene estará aquí?

A día de hoy creo que sí, jugaré en la Real.

La afición lo desea, incluso cuando iba a entrar Oyarzabal le despiden con su cántico.

Fue una sensación fantástica. Me siento como en casa. Cuando estaba en el Trabzonspor también me cantaban, incluso más porque allí son así, pero es increíble sentir que los aficionados te apoyan y que están detrás de ti. Pero como digo siempre, es importante mantener el equilibrio, porque un día puedes estar arriba y al siguiente abajo. Pero es un sentimiento fantástico.

“Es fantástico sentir que la afición me quiere tanto, me hacen sentir como en casa, y que cantase mi nombre cuando volvía Oyarzabal

Con el cañón que tiene en la zurda, ¿por qué no chuta más veces a puerta?

A partir de ahora voy a intentarlo más veces.

Me parece bien. ¿Imanol no se lo pide?

Estoy de acuerdo, porque entre otras cosas, tengo un gran porcentaje de acierto en mis remates a puerta. Es algo en lo que puedo mejorar. Si chuto más, tendré más opciones de marcar. Lógico.

Es un poco de ese tipo de delanteros que mete lo complicado y a veces falla lo fácil.

Los goles sencillos son los mejores porque parecen gratis. Imagino que lo dices por la ocasión de Barcelona. La situación fue extraña, ya que en teoría solo tengo que poner la pierna, pero no veo el balón hasta el último momento por lo que llego tarde y observo cómo se me va por arriba. El movimiento fue perfecto, todo fue perfecto, salvo que tuve mala suerte. Porque en otros momentos de mi carrera he estado con menos confianza después de pasarme una serie de partidos sin ver puerta, pero esto no tuvo nada que ver con eso, ya que mi nivel de confianza es muy alto. Fue mala suerte, en un 99,99% de veces lo hubiese marcado.

¿Le dio muchas vueltas a la cabeza?

No, estas cosas pasan cuando eres delantero. A los 20 años hubiese pensado en ello durante tres o cuatro días, pero ahora soy mayor, tengo más experiencia y no le di muchas vueltas. Al final del encuentro sí que me vino a la cabeza, ¿pero cómo no he podido marcar eso que nos podía meter en semifinales de la Copa? Pero hoy en día tienes partidos dos o tres días después, por lo que no te puedes quedar lamentándolo. Siempre pienso en el siguiente partido.

Y este fue en Madrid, ¿no le pasó algo parecido en el centro de Aihen nada más comenzar el encuentro?

No, en esa ocasión no pude alcanzarlo, lo intento pero no llego. Lo dicho, a por la siguiente.

Su pierna derecha no le da tantas alegrías…

Está mejorando. Me gusta mucho trabajar en los entrenamientos la definición, pero he tenido que modificar el trabajo por el problema de la rodilla. Cuando estoy al 100% lo ensayo mucho e Imanol siempre quiere que ejercitemos las finalizaciones.

Bueno, en Vallecas marcó un buen gol con la diestra.

Sí, sé que la puedo usar. No está solo para estar de pie (risas).