Escuchado en las gradas de Anoeta durante el partido del 6 de noviembre contra el Valencia, con motivo de una conversación entre dos socios. “Dicen que el derbi contra Osasuna lo van a poner el 31 de diciembre”. “Pues como sea así y luego pierdas, ya te han amargado la Nochevieja”. El partido del sábado que viene ante los rojillos generará en los aficionados alegría o tristeza en función de su resultado. Pero cerrará un 2022 que, en clave txuri-urdin, habrá resultado de notable alto suceda lo que suceda. Solo se trata ya de ponerle la guinda a un año más que positivo para la Real Sociedad, cuyas cifras hablan por sí solas, comenzando por las del campeonato de Liga.

En este último sentido, la Real deja atrás doce meses atípicos, debido a la escasez de jornadas celebradas. En una circunstancia que cabe atribuir a la celebración en invierno del Mundial de Catar, durante el año solo se han disputado 31 jornadas de Liga. Y en ellas el acopio de puntos por parte txuri-urdin ha resultado sobresaliente. Se han puesto en juego un total de 93, de los que el equipo ha sido capaz de sumar 52. Hablamos de un ritmo de puntuación que, proyectado a un torneo entero, implicaría terminarlo con 63,7. Es decir, con un guarismo superior a los 62 con los que la escuadra de Imanol ha accedido estas dos últimas temporadas a la Europa League. Se trata, probablemente, de la estadística más importante, un indicativo de regularidad. Y el equipo aprueba esta asignatura con nota.

Otros torneos

En la Europa League, mientras, el 2022 ha acreditado con creces que la Real se acerca poco a poco a la aristocracia continental. Sigue mirándole desde una posición de inferioridad, obviamente, pero esto no resulta óbice parar detectar claros pasos adelante. La eliminatoria de febrero ante el Leipzig mostró a un equipo competitivo que se mantuvo en la pelea hasta los minutos finales, a diferencia de lo sucedido en 2021 contra el Manchester United. La presente edición de la Europa League, mientras, ha permitido al equipo txuri-urdin tomarse cumplida revancha de los red devils, relegándoles a la segunda plaza de la liguilla, triunfo incluido en Old Trafford. La Real aparca la competición hasta marzo, cuando jugará los octavos de final.

Y la Copa del Rey, por otra parte, ha vuelto a escenificar el radical cambio de mentalidad con el que el equipo afronta el torneo del K.O. Las victorias a domicilio en las eliminatorias ante Leganés, Cazalegas y Coria confirman que aquella época de tropiezos constantes ante rivales de categoría inferior ya ha quedado atrás. Y la victoria de enero en los octavos de final contra el Atlético de Madrid (2-0) habla del hambre y la determinación con las que esta Real encara la Copa. Lástima aquel 0-4 posterior frente al Betis, en un duelo muy igualado hasta que detalles puntuales lo decantaron del lado verdiblanco.

Lesiones

El mérito del año txuri-urdin se ve multiplicado por las circunstancias en que lo ha firmado el equipo, lastrado por las lesiones durante largas fases. Mikel Oyarzabal no compite desde marzo, Isak y Januzaj se perdieron la decisiva eliminatoria ante el Leipzig, y el primer tramo de la presente temporada se ha visto marcado por una plaga de bajas que continúa manifestándose en el plantel.

BUENOS MOVIMIENTOS EN EL MERCADO

Otro de los parámetros que pueden resultar significativos a la hora de analizar un período atiende al rendimiento de los refuerzos completados. Y, en este sentido, puede afirmarse que las seis incorporaciones que la Real ha realizado durante 2022 han aportado de forma positiva al equipo, comenzando por un Rafinha presentado aún en 2021 pero inscrito a comienzos del año. Finalmente, el brasileño no continuó en el club pese al buen nivel ofrecido, cosa que cabe achacar a la apuesta en verano por Brais Méndez.

El gallego está siendo uno de los blanquiazules más destacados esta temporada, igual que un Alexander Sorloth cuya cesión fue renovada y que un Take Kubo cuya carrera se ha visto relanzada en Donostia. Por culpa de las lesiones, Mohamed-Ali Cho no ha podido dar toda la continuidad deseada a las buenas sensaciones que ofrece. Y, aunque a menor escala, algo similar ha sucedido con Sadiq Umar, quien marcó ante el Atlético de Madrid en su debut y se dañó gravemente la rodilla durante su tercer encuentro como realista, en Getafe.