La Real regresa al miércoles a Extremadura para afrontar una eliminatoria de Copa. Imposible no echar la vista atrás para recordar y encontrar paralelismos con el envite también a partido único que disputó en Montijo el 22 de octubre de 1986. Una cita que marcó para siempre al equipo de esta localidad pacense que por aquel entonces tenía unos 15.000 habitantes y militaba en la Tercera División (el mismo nivel que la 2ª RFEF en la que compiten los cacereños). John Toshack estaba a punto de completar su obra maestra que consistió en regenerar el equipo campeón de liga. El técnico se tomó en serio el torneo de ko, más aún cuando comprobó que el pueblo estaba muy ilusionado y que incluso se instalaron gradas supletorias para albergar a los 3.248 espectadores que dejaron en taquilla 3.968.200 pesetas.

Por aquel entonces, todavía ningún equipo de la comunidad del suroeste había logrado subir a Primera, por lo que la visita de la Real con todos sus internacionales fue “un acontecimiento en lo deportivo y social que estuvimos viviendo durante mucho tiempo”, según relataron los propios protagonistas. Para que se hagan una idea, el único de los jugadores del Montijo que hizo carrera en el fútbol fue Javier Pereira, tanto de futbolista como de entrenador, y que tras un fugaz paso por el banquillo del Levante la temporada pasada, regresó a la Superliga China donde está acabando la temporada con el Henan Songshan Longmen. Del resto, Manuel Pérez se sacó una plaza de ATS, Barragán destinó toda su vida al campo, Flecha ejerce de electricista, Luis Egea en Automáticos Fame o Paco Cordero, su entrenador, quien ya disfruta de su jubilación después de haber ejercido de maestro desde que tenía 19. En definitiva, un rival amateur.

En una época en la que no se estilaba las rotaciones, Toshack alineó un once titular formado por Arconada, Sagarzazu, Gorriz, Larrañaga, Gajate, López Rekarte; Zamora, Mujika, Bakero, López Ufarte y Beguiristain. Casi nada. Ocho meses después ganaron la Copa con solo un cambio en su alineación, Dadíe por el malogrado Musti. Hubo que esperar hasta el minuto 71, para que llegara el solitario y definitivo gol de Txiki Begiristain, muy discutido por la grada. En Montijo aún resuenan las protestas ya que el linier levantó la bandera y el árbitro no quiso saber nada: “Estuvimos hablando con el linier y nos dijo: que venga aquí, que yo le digo que ha sido fuera de juego, pero el colegiado no hizo caso”, denunciaron varios de ellos. Cualquiera de los realistas a los que les preguntas por aquella eliminatoria reconocen que las pasaron canutas.

La Real regresó a Extremadura en la Copa en la temporada 1994-95, a Mérida donde también se impusieron por 1-2 con un doblete de Kodro. El curso siguiente volvieron a vencer en el mismo escenario en Liga con dos goles de Karpin y la 1997-98 y en la siguiente cayeron por 3-1, con aquel inolvidable diana de De Pedro .

Sus dos visitas a Almendralejo, en la 1996-97 y 1998-99 se saldaron con sendas decepciones por 1-0.