El 20 de diciembre de 2008, Jokin Aperribay accedió a la presidencia de la Real en uno de los momentos más difíciles en la historia del club, con el primer equipo en Segunda División, una gestión marcada por el proceso concursal y una grave fractura social. El actual máximo mandatario de Anoeta debió renunciar a dirigirse a los presentes por los abucheos y por los gritos en su contra y a favor del anterior presidente, Iñaki Badiola. Y, tras conocerse los resultados de la votación, tuvo incluso que intervenir la Ertzaintza para proteger a la nueva directiva. La plataforma encabezada por el empresario debarra, Realaren Lagunak, obtuvo entonces el respaldo de 40.542 acciones para hacerse con los mandos del club txuri-urdin, el 56,27% de los títulos presentes. La otra candidatura que se improvisó para evitar su llegada, Reala Askatu, recabó 21.333 acciones, un 29,61%.

Dos títulos

Catorce años después, Aperribay dirige una Real con la economía saneada, con el primer equipo asentado en Primera y compitiendo en Europa “de forma recurrente”, con un campo de fútbol sin pistas de atletismo y que presenta uno de los mejores ambientes de la liga, y, además, con dos títulos debajo del brazo: la Copa del Rey de 2020 y la Copa de la Reina de 2019.

En el camino, Jokin Aperribay fue reelegido en el año 2013 con el voto a favor de 49.514 acciones (el 97,41% de la asamblea) y también en el año 2017, con el apoyo de 47.824 (el 98,21%) y, en ambos casos, sin la oposición de otras candidaturas.

Si el empresario debarra accede a este cuarto mandato, se convertirá en el presidente que ha estado más tiempo al frente de la Real, superando los 16 años de José Luis Orbegozo (1967-1983).