Las pretemporadas en las que los equipos de Primera arrancaban foguéandose ante rivales de categorías menores no quedan muy lejos en el tiempo, pero ya han pasado a mejor vida, al menos en lo que a la Real Sociedad se refiere. Se trata ahora de emular durante el verano las circunstancias del otoño, del invierno y de la primavera, cuando la competición entra en efervescencia: sesiones únicas de entrenamiento con la intensidad por bandera, partidos en fin de semana contra escuadras de primeras divisiones, y enfrente contextos tácticos de todo tipo y condición. El objetivo reside en condensar en cinco semanas lo que puede deparar una temporada entera, y para lograrlo hay que probar cosas distintas. Como este sábado en Bournemouth.

El equipo de Imanol se midió en las islas al conjunto inglés, recién ascendido a la Premier League. Ganó, con goles de Mikel Merino e Igor Zubeldia. Y sufrió para hacerlo, como va a tocar durante todo el año con cada triunfo, con cada empate. Lo importante y enriquecedor, en cualquier caso, residió en la forma en que padeció el equipo txuri-urdin. Le costó horrores superar la presión alta de un rival cuyo esquema 5-2-2-1 se ajustaba como un guante al 4-4-2 de rombo txuri-urdin, salto de central mediante. Y tocó igualmente pasarlo mal con el juego directo del adversario hacia un tal Solanke, delantero centro, que se hartó de recibir balones de espaldas a la meta para dejar de cara a sus compañeros. Fue una buena tarde de aprendizaje. Además, las respuestas de la Real en el examen, aún con fisuras, no resultaron malas.

Alternando

Alguacil parece decidido a configurar el presente período de preparación sobre la base de sus dibujos más frecuentes últimamente. Si contra Osasuna su Real había arrancado con un 4-3-3 para cambiar al mencionado 4-4-2 en el minuto 60, en Inglaterra sucedió justo a la inversa. El técnico apostó por Brais como mediapunta, por Merino e Illarra como interiores y situó a Momo Cho en el sector derecho de la doble punta, acompañando a Carlos Fernández. El cuadro txuri-urdin dominó los compases iniciales ante un Bournemouth agazapado, esperando con una especie de 5-2-3 cuyos carrileros se veían continuamente obligados a decidir. ¿Presionar o no? Aihen y Gorosabel eran sus cebos. Cuando iban a por ellos, los propios Cho y Carlos Fernández pedían el balón a sus respectivas espaldas.

El francés, sin brillar, pareció acreditar de nuevo que en este equipo agradece partir desde el carril central. Y el andaluz... Qué decir de Carlos. Es un jugadorazo, listo, agresivo. Recibió a la carrera, justo en el espacio descrito, un buen servicio de Brais para asistir a Merino (0-1) en el minuto 8, muy poco antes de que el Bournemouth se sacudiera de encima esa actitud inicial de repliegue. Con los blanquiazules empezando las jugadas desde Remiro y buscando las superioridades interiores que proporciona actuar con cuatro centrocampistas, el cuadro inglés, con un dispositivo muy parecido al del Levante que ganó a la Real en mayo, se hartó de robar balones peligrosos : gran mano del meta navarro a Solanke. Además, el mismo punta local, pesadilla del Zubimendi con rol de central, generó constantes ventajas a su extremo diestro, Christie, director de operaciones. Cuando el árbitro señaló el descanso, el equipo txuri-urdin llevaba ya minutos pidiéndolo a gritos.

Otro panorama

Y eso que el ingreso de Turrientes por Illarra, en el 38, había dado algo de oxígeno a la Real, al significar el beasaindarra un jugador más propicio para recibir en banda y manejarse de espaldas en espacios reducidos. Así encontró la Real un par de buenas salidas. Así dejó atrás igualmente, ya en la segunda mitad, el empuje de un Bournemouth que encajó el segundo a manos de Zubeldia tras falta botada por Brais. Era el minuto 55 y Alguacil no tardó ya en mover el banquillo.

Durante la media hora final, con la ya habitual sustitución multitudinaria, diseñó un 4-3-3 en el que Kubo volvió a ser interior diestro, como ante Osasuna, y en el que de extremo izquierdo ejerció el reaparecido Barrenetxea. El donostiarra se centró a menudo para recibir en el carril interior y tuvo el gol en su pierna derecha tras arrancada de Rico. El nipón, mientras, también pudo marcar, después de una gran dejada de Karrikaburu con posterior taconazo de Olasagasti. No acertó con su disparo y terminó perdiendo el balón del 1-2, eléctrica transición de un Bournemouth que esperaba ya mutado a 5-3-2. Imanol tomaría nota. De todo.

BOURNEMOUTH Travers, Smith (Stacey, m. 74), Hill, Mepham, Kelly, Zemura, Lerma, Cook (Billing, m. 57), Anthony (Moore, m. 57), Christie (Stanislas, m. 74) y Solanke.

REAL SOCIEDAD Remiro, Gorosabel (Sola, m. 60), Zubeldia (Aritz, m. 60), Le Normand (Pacheco, m. 60), Rico, Zubimendi (Guevara, m. 45), Illarra (Turrientes, m. 38; Olasagasti, m. 60), Merino (Take, m. 60), Cho (Navarro, m. 38; Barrenetxea, m. 60), Brais Méndez (Martín, min. 60) y Carlos Fdez (Karrikaburu, min. 60).

GOLES 0-1, m. 8: Mikel Merino. 0-2, m. 55: Zubeldia. 1-2, m. 81: Stanislas. 

ÁRBITRO Salisbury. Amonestó al local Smith.

ESTADIO Buena entrada en el Vitality Stadium de Bournemouth, aunque un fondo no abrió sus puertas al público y permaneció vacío durante todo el encuentro. 24 grados de temperatura.