Se llama Nico de la Cruz, es internacional uruguayo, tiene 24 años y es centrocampista ofensivo, que puede actuar de mediapunta o de volante. Juega en River Plate, es internacional y tiene todas las papeletas para disputar el próximo Mundial. Es el primer nombre por sorpresa que ha empezado a sonar como posible refuerzo de la Real, tal y como informaron con fuerza ayer en Argentina.

Lo cierto es que, salvo que la idea de la dirección deportiva sea reforzar el músculo de la medular el curso que viene, no parece encajar demasiado en una línea en la que el club confía en incorporar a Rafinha y en la que acaba de renovar a Silva. Es cierto que Jon Guridi abandonará el club después de no lograr minutos, pero también lo es que su puesto lo cubrirá casi con total seguridad un Beñat Turrientes que está cerca de derribar la puerta del primer equipo.

Su precio de salida rondaría los 15 millones de euros (su cláusula asciende a los 20 millones) y fuentes consultadas por este periódico confirmaron que se trata de “un buen jugador. Cuando llegó a River Plate lo hizo con mucho talento pero es demasiado liviano (mide 1,67). Hoy es pieza clave. Tiene buen golpeo, cabecea bien a pesar de ser bajito y no es el típico mediapunta que solo gambetea. Es un todoterreno. Defiende, pelea, mete la pierna y tiene gol. Sería un buen fichaje para la Real”.