¿Es su mejor momento, el auténtico Sørloth?

-Me siento bien. Los anteriores partidos han sido buenos, en el último marqué un gol, y tengo muy buenas sensaciones. Llevo dos duelos completos, me siento con más peligro.

¿Un poco decepcionado por no haber jugado tanto como creía?

-No tengo esa obsesión, pero siempre quiero jugar, así que trato de no estar decepcionado por esto. Puede ocurrir que por un momento estés disgustado, de acuerdo, pero entonces tienes que empezar de nuevo otra vez. Si estoy en el banquillo, tengo que dar todo lo mejor de mi cuando salte al campo, pero, claro, es más fácil cuando juegas todo porque entonces tienes más minutos para marcar. Cuando entras desde el banquillo y piensas en los 20 minutos, puede pasarte muchas cosas por la mente. Cuando estoy en la banda, intento no pensar en lo que puede suceder o si voy a saltar, ya que eso puede estresarte un poco. Pero cuando comienzas desde el principio juegas más tranquilo y sereno y tienes más tiempo y más oportunidades para marcar.

Su cifra de goles es baja.

-Llevo seis. Todo está en la mentalidad práctica. Tienes que intentarlo y no pensar demasiado en ello o en poner una cifra de tantos. Y sí, creo que esta es una de las cosas en las que ha sido realmente bueno el último año y se nota que estoy madurando, haciéndome mayor. Intento tener pensamientos positivos y así ves las cosas diferentes. Cuando era más joven, me volvía loco con no marcar, pensaba demasiado en cosas negativas que no me ayudaban, pero ahora tengo confianza y sé que soy un buen jugador, solo tengo que sacarlo y demostrarlo.

¿Va a seguir en la Real?

-No lo sé, lo dejo para el final de temporada. Ahora mismo no pienso en eso, solo en entrenar bien y hacer lo mejor para el club. No quiero distracciones, mi enfoque ahora mismo está en jugar y hacerlo lo mejor posible. Son mis agentes quienes se encargan de todo eso, yo quiero estar al 100% enfocado en el fútbol, en jugar y en marcar goles. Después de la temporada, hablaremos y veremos qué sucede.

¿El Leipzig le ha comentado algo?

-No lo sé, solo quiero jugar al fútbol. Mi agencia se encargará del resto. Estoy centrado en la Real y en ayudar en lo máximo posible.

Triunfó en Turquía y es noticia

-No tenía ni idea. No lo vi. No quiero perder el tiempo con este tipo de noticias. Insisto, hablaremos al final.

La última sobre el tema, ¿Olabe le ha dicho que hablarán al acabar?

-No lo sé. Yo solo juego al fútbol. Es un tema que llevan mis agentes.

Tiene 26 años, ha pasado por muchos clubes, ¿siente que necesita una estabilidad?

-Me gusta conocer muchos países y viajar, no me importa. Soy una persona paciente y quiero jugar y si no me siento, bien intento buscar otro lado. Ahora mismo me siento muy, muy bien aquí. Me gusta la ciudad, es muy bonita. Quizá Londres sea otra que me gusta porque tiene de todo. Pero esta ciudad es muy hermosa, a mis amigos también les encanta y en cuanto pueden, vienen, como mi familia. Siempre tengo a gente en casa. Tiene muy buen ambiente, con los restaurantes y la gente es muy agradable. Respetan mucho a los futbolistas.

La afición pensaba que era un 9

-Esto me ha pasado en todos los equipos en los que he jugado. Luego, cuando empecé a jugar, cambiaron de opinión. Cuando jugué en Dinamarca, fue lo mismo, lo hacía de extremo derecho. En Turquía lo mismo, arrancando con espacios. Allí jugué siempre de delantero centro. Creo que puedo jugar en las dos posiciones. No hay más que ver la jugada del penalti, en la que Merino me mete ese pase en largo y gano la carrera escorado a la izquierda.

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Es muy alto, pero no tiene un juego aéreo especialmente bueno.

-Bueno, puede ser, depende de los centros también (risas).

Nació en Trondheim, ¿era seguidor del Rosenborg?

-Por supuesto. Es el mejor club de Noruega de largo. Recuerdo que ganamos 2-0 al Real Madrid. Mi padre estuvo nueve temporadas allí, por lo que crecí en el estadio, empecé a ir desde los 3 o 4 años. Es mi club. Mi padre fue realmente importante cuando empecé a jugar en primera, ahí di un salto muy importante en mi carrera, pero, en comparación, él era más bajito que yo (1'80) y mi madre más alta. Corría bastante más y peleaba cada balón con los defensores. Solía jugar de falso 9.

La Real también jugó allí y marcó Oyarzabal el 0-1.

-Lo recuerdo. En 2017, yo estaba jugando ya en Dinamarca.

Groningen, Midtjylland, Crystal Palace, Gante, Trabzonspor, Leipzig... ¿Se arrepiente de algo?

-No, no me arrepiento, he sido feliz en todos los lugares que he estado. En el fútbol nunca sabes lo que va a pasar, pero no me arrepiento de ningún club o ciudad en la que haya estado. Hay un dicho que dice que cuanto más piensas en ellos más te afectará, por lo que prefiero no pensar y no tener remordimientos ni arrepentimientos. Creo que todo es parte del viaje y si no hubiera hecho cambios o hubiera renunciado, puede que ahora mismo no estaría aquí, en Donostia.

Ha sido valiente con los cambios de países y de culturas.

-Tampoco me gusta pensar demasiado en el pasado y el futuro. Generalmente, soy positivo y si debo cambiar, lo hago. Recuerdo que solía hablar con mi novia, mi madre o mi padre y les preguntaba que les parecía o qué pensaban, y ellos siempre me decían que hiciera lo que mejor me pareciera y fuera donde más confianza me dieran y que luchara por ello. No me pesa el haber estado en tantos equipos.

¡En Turquía marcó 33 goles!

-Fue increíble porque en todos los partidos marcaba. Teníamos un muy buen equipo. Antes de los partidos hablaba con mi novia o con mi padre y les decía no sé si voy a marcar dos o tres. Era una cuestión de confianza y se cumplía. Nunca me sentía cansado, siempre estaba bien.

¿El mejor Sørloth está por llegar?

-Espero que esté por venir. Creo que para los delanteros coger experiencia es importante y yo estoy en ello. Yo cuido mi cuerpo para jugar durante muchos años.

¿Cómo es su vida fuera del fútbol?

-No soy serio, me gusta bromear. Me gusta estar con mis amigos. Ahora mismo están aquí y estamos disfrutando, estamos haciendo excursiones, hemos ido a una bodega a La Rioja, estamos descubriendo la cultura y eso es lo que me gusta. Me gusta salir a cenar, ayer hicimos barbacoa. Otra de mis pasiones es el cine. Me gusta disfrutar, sin estrés.

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¿Se siente un privilegiado?

-Soy un privilegiado y por eso soy tan positivo. Cuando en el fútbol las cosas no van bien, creo que no hay que darle muchas vueltas y comerte la cabeza. Lo que tienes que pensar es que eres un afortunado.

No se come mal en Donostia...

-Antes de llegar, no comía pescado nunca. Ahora no dejo de hacerlo. Los restaurantes aquí son increíbles. Me encanta Arzak. En Noruega hay un programa de la tele con un chef que recorre el mundo visitando restaurantes y salió Arzak hace años. Cuando llegué aquí me acordé. Otro que me encanta es Rekondo.

¿Cuál es su plan favorito?

-Vivo en las afueras, pero eso no es un problema porque esto es muy pequeño. En otras ciudades he vivido en el centro, pero es demasiado, yo necesito calma. Hoy -por ayer- he estado entrenando, he tenido esta entrevista, mis amigos me esperan en casa, iremos a la ciudad a tomar algo, pasear, tomarnos un café y luego volveremos a casa a descansar para salir a un restaurante. Es uno de mis días favoritos (risas).