- Imanol Alguacil se mostró tajante ayer cuando, durante su rueda prensa previa al partido de mañana contra el Valladolid (Anoeta, 18.30 horas), fue preguntado por la afluencia de público a algunos estadios de la Liga. “Me parece fatal. Es adulterar claramente la competición. No tiene ningún sentido”. Los datos pandémicos en Galicia (Celta-Betis en la 38ª jornada), Baleares y Comunitat Valenciana (Villarreal-Sevilla el domingo) dan luz verde a que 5.000 espectadores accedan a los graderíos, circunstancia ante la que el técnico txuri-urdin se mostró tan crítico como resignado. “No somos nosotros los que decidimos y debemos acatar lo que haya”.

Cabe recalcar que, mientras el cuadro blanquiazul se mida al Valladolid en un Anoeta desierto, uno de sus rivales directos, el Villarreal, estará gozando del apoyo de su afición en el citado duelo clave con el Sevilla. “Quienes no podamos contar con nuestra gente deberemos sacar fuerzas pensando en que nuestros seguidores estarán empujando desde casa”, se consoló Imanol, cuya Real, en cualquier caso, acredita precedentes cercanos en los que ha burlado la importancia del factor ambiental. Y lo ha hecho, además, inmersa en peleas europeas como la que ahora dirime.

precedentes

Tres de los últimos cuatro billetes continentales sellados por el cuadro txuri-urdin han sido certificados a domicilio, después de sendos tropiezos en casa. Y el otro pasaporte, obtenido en la temporada 2013-14, perdió caché por culpa de los malos resultados postreros en Anoeta. Aquella Real de Jagoba Arrasate empató en la 36ª jornada en casa contra el Granada (1-1) y en la 38ª perdió ante el Villarreal (1-2), viéndose condenada a disputar dos previas que no superaría: batió al Aberdeen en la primera, pero cayó ante el Krasnodar en la segunda.

¿Qué hay de los casos positivos? Son mayoría y cuentan con un denominador común, un frustrante empate en la penúltima jornada, siempre en casa. Comenzando, por ejemplo, por un 3-3 ante el Real Madrid de José Mourinho, con Philippe Montanier en el banquillo blanquiazul. El punto, unido al triunfo del Valencia aquella misma jornada, permitió al cuadro che situarse en la cuarta plaza de la clasificación. Afortunadamente, el conjunto guipuzcoano ganó una semana después en Riazor (0-1) a un Deportivo que se jugaba la permanencia, combinándose el triunfo blanquiazul con la derrota del propio Valencia en el Sánchez Pizjuán. La Real se clasificó así para la Champions, cuya previa superaría ante el Olympique Lyonnais.

La historia se repitió durante la campaña 2016-17, en la que Eusebio Sacristán dirigía al cuadro txuri-urdin. En la penúltima jornada, y con la final de Copa aún pendiente (medía al Barcelona con el Alavés y restaba un billete europeo si ganaban los babazorros), un Málaga sin nada en juego visitaba Anoeta. La oportunidad parecía propicia para la Real, séptima, ya que el quinto (Villarreal) y el sexto (Athletic) afrontaban exigentes duelos con equipos implicados en la lucha por la permanencia, Deportivo y Leganés respectivamente. La tarde de transistores, sin embargo, se saldó con pleno de empates, lo que frustró a un conjunto guipuzcoano que habría adelantado dos plazas en caso de triunfo. Tuvo que conformarse con una igualada in extremis gracias a un gol de Jon Bautista, aunque la historia tendría final feliz: una semana después, el Athletic perdió en el Calderón y Juanmi rescató un punto en Vigo, lo que unido al triunfo del Barça en la Copa significó un billete directo para la liguilla de la Europa League.

Resulta curioso. En un Anoeta volcado con su equipo, la Real se complicó dos billetes continentales que supo resolver después a domicilio. La historia se habría dado por tercera vez el pasado curso si no fuera por las circunstancias tan especiales con las que terminó, sin espectadores y a puerta cerrada. Fuera como fuera, la película no dejó de asemejarse a las anteriores, pues los txuri-urdin dejaron pasar en la 37ª jornada una buena oportunidad para dar un paso de gigante hacia Europa. Empataron en casa contra el Sevilla (0-0), en un encuentro que pudieron ganar y que también pudo saldarse con derrota de no mediar la parada final de Moyá a Ocampos. Apenas tres días después, en cualquier caso, los de Imanol certificaban la sexta plaza final en el Wanda.

¿Y ahora qué? La Real recibe mañana al Valladolid, sin un público con el que a buen seguro quisiera contar. El 28 de febrero de 2020, los pucelanos jugaron en Anoeta el último partido disputado con espectadores en el estadio. Ganaron los txuri-urdin (1-0, gol de Januzaj), adjudicándose su séptimo triunfo consecutivo en casa contando Liga y Copa. No pinchaban como locales desde el 5 de enero (1-2 ante el Villarreal), lo que habla de la fuerza que sienten arropados por los suyos. Pero ahora al menos se ven avalados por la historia. Si mañana no logran un buen resultado, siempre les quedará El Sadar. Como les quedaron en su día Riazor, Balaídos y Metropolitano.

“Adultera claramente la competición. No tiene ningún sentido abrir unos campos y otros no”

Entrenador de la Real Sociedad