- Alberto Ormaetxea y John Benjamin Toshack eran hasta el pasado sábado los dos entrenadores que habían hecho a la Real campeona durante la era moderna. Pero Imanol Alguacil se sumó a tan selecto club conduciendo al equipo txuri-urdin a la consecución del título de Copa en la final de Sevilla. El oriotarra reconoció a posteriori que para él supone “un honor” figurar con ambos técnicos en las páginas más doradas de la historia del club, una circunstancia que puede ahora reforzar durante el tramo final de la Liga. Si clasifica a los suyos para disputar el curso que viene una competición europea, se convertirá en el tercer preparador blanquiazul que encadena billetes continentales en temporadas consecutivas, un logro de mucho mérito.

Y es que la relación de la Real con Europa nunca ha resultado precisamente estable. O casi nunca. A comienzos de la década de los 80, los txuri-urdin, siempre de la mano del citado Ormaetxea, compitieron en torneos internacionales durante cuatro campañas seguidas (dos veces en la UEFA y otras dos en la Copa de Europa entre 1979 y 1983). Y también repitieron, en este caso por espacio de dos cursos, entre 1987 y 1989: entonces, con Toshack a los mandos, jugaron la Recopa y de nuevo la UEFA. Si de aquí a mayo Imanol vuelve a clasificar a su equipo para viajar por el continente durante el ejercicio 2021-22, podrá presumir de que su entrada en el salón de la fama blanquiazul no atiende solo a títulos, sino que también alude a participaciones internacionales.

Los dos precedentes ya analizados no son los únicos casos de la historia del club en los que se han enlazado billetes europeos, cosa que ha sucedido hasta en cuatro ocasiones. Ocurre, sin embargo, que estas series exitosas se han llegado a dar también con cambio de entrenador mediante. Así, la histórica cuarta plaza de la temporada 1973-74 (primera clasificación continental de la historia) se dio con Rafael Iriondo en el banquillo. Un año después, el equipo repetiría posición y billete, pero lo hizo ya con Andoni Elizondo a los mandos. Casi cuatro décadas después, al acceso a la Champions logrado con Montanier le seguiría una séptima plaza liguera para jugar la Europa League, pero ya con Jagoba Arrasate como entrenador.

La aquí estudiada no es una simple estadística comparable a cualquier otra. Supone uno de los termómetros más fiables a la hora de diagnosticar la situación del club, una vara de medir que va mucho más allá de cualquier acceso a Europa aislado en el tiempo. En el fútbol de los últimos lustros, a los equipos del perfil de la Real les ha costado horrores compaginar la Liga con las competiciones continentales. Y esto es algo que el equipo txuri-urdin ha sufrido en sus carnes. Llegó a temer por la permanencia solo un año después del subcampeonato de 2003. Del mismo modo en que, con el gol de Juanmi aún fresco en la retina, vio cómo el proyecto de Eusebio Sacristán y Loren caducaba en Salzburgo en marzo de 2018.

De este modo, cabe concluir que ocupar los puestos altos de la tabla liguera con regularidad supone uno de los principales signos de salud de un club. Y, en la Real, lo cierto es que esto solo ha sucedido en la mencionada época de Ormaetxea: entonces, los txuri-urdin fueron cuartos, segundos, primeros y primeros entre 1978 y 1982. Ni siquiera Toshack consiguió algo que se asemejara, pues uno de sus dos billetes europeos correspondió a la Recopa disputada a raíz del título de Zaragoza (en aquella temporada, la del play-off, el equipo ocupó en la Liga una plaza equiparable a la octava). A finales de los 80, los números en el campeonato con el galés en el banquillo fueron los siguientes: séptimos, octavos, segundos y undécimos (durante la campaña 1988-89 en la que Boronat relevó a Toshack).

Así, la papeleta para Imanol es doble. Puede unirse a Ormaetxea y al técnico británico como tercer artífice del logro de billetes europeos consecutivos. Y también se encuentra ante la oportunidad de emular únicamente al mismo Ormaetxea, si de lo que se trata es de lograr esas clasificaciones continentales vía Liga. Que un club con estabilidad en su banquillo la encuentre también en los resultados de la propia Liga, el torneo de la regularidad, habla de una situación notable que confirman muchos de los demás parámetros medibles de la actual Real.

Ahí están, por ejemplo, la buena coyuntura económica del club, la reciente construcción de un nuevo estadio o la interminable aportación del Sanse al primer equipo. Un Sanse, por cierto, de notable andadura en Segunda B. El principal caballo de batalla ahora, en cualquier caso, reside en conseguir que el nombre de la Real pasee de nuevo a partir de septiembre por el continente. Si es en la Europa League, mejor que en la nueva y menor Conference League.

1ª serie consecutiva

2ª serie consecutiva

3ª serie consecutiva

4ª serie consecutiva

Participaciones aisladas

(*) Entre paréntesis, técnico con el que se logró el billete la temporada previa.

16

La Real ha competido en Europa en 16 temporadas distintas. Durante el tramo final de la presente Liga busca su 17º billete en 112 años de historia.

Lesionado. El concurso de Mikel Merino mañana en el partido que la Real Sociedad jugará contra el Valencia en Mestalla (16.15 horas) resulta “difícil”, según expresó ayer Imanol Alguacil. El preparador oriotarra precisó además que Nacho Monreal se encuentra apto para competir, y que Martín Merquelanz es duda al haberse lesionado durante el entrenamiento del jueves. “Con Mikel (Merino) tengo mis dudas. Lo veo difícil, pero también es cierto que es un jugador con físico y con minutos, y que podría incluso jugar en Valencia sin haber completado el entrenamiento de la víspera”. El técnico confirmó además que Nacho Monreal está en condiciones, una muy buena noticia si tenemos en cuenta que Aihen integra la larga lista de ausencias. Silva, Illarramendi, Sangalli, Guridi, el propio Aihen y Moyá están lesionados. Zubimendi y Zubeldia se encuentran sancionados. Y es dudoso el concurso en Valencia de Zaldua, Merino y Merquelanz.