- La sorpresa en el once que alineó John Toshack fue Dadie, pero Martín Begiristain, que había jugado aún menos partidos que el pasaitarra, fue la apuesta del técnico galés para tratar de llevarse el título copero en el tramo final del partido.

¿Cómo sale un jugador inexperto, como usted lo era entonces, en el minuto 104 de una prórroga de una final y se atreve a lanzar un penalti de la tanda?

-En aquel momento no te das cuenta de la trascendencia que tenía la situación. Yo estaba en el banquillo y Toshack me mandó que fuera a calentar, por lo que intuía que podía salir. Pero no lo hice hasta el tramo final de la primera parte de la prórroga, y sentí que era mi momento.

¿Sabía que tiraría uno de los penaltis?

-No. En absoluto. En el momento que el míster estaba haciendo la lista de lanzadores me nombró mirándome y lo acepté, cómo no. Lo asumí con decisión.

Lanzó justo después del primer fallo del Atlético, en el tercer turno...

-Eso es. Primero lanzó Bakero y después lo hizo Musti Mujika, y ambos marcaron. Eso me tranquilizó un poco. Aunque cuando llega tu momento sientes los nervios...

¿Y cómo se gestionan esos nervios justo antes de un lanzamiento decisivo?

-Recuerdo que el recorrido desde el centro del campo, que era donde estábamos los jugadores, hasta el punto de penalti se me hizo muy largo y se me pasaron muchas cosas por la cabeza. En ese trayecto traté de pensar cómo iba a lanzar el penalti, cómo era el portero, Abel, a quien, por cierto, ya le había marcado un penalti semanas antes en un partido de Liga. Y eso me ayudó.

¿Les sorprendió a usted y a Musti Mujika que Toshack les eligiera como lanzadores habiendo en el campo gente con más experiencia?

-A mí sí me sorprendió porque había jugadores en el equipo con más experiencia, pero es cierto que en una ocasión anterior me designó a mí para lanzar un penalti en un partido también contra el Atlético de Madrid.

¿Habían ensayado los penaltis? ¿Qué tal se le daban a usted? ¿Sabía Toshack cómo se le daban?

-No habíamos entrenado los penaltis con anterioridad y yo tampoco era un lanzador asiduo, salvo en esa ocasión que acabo de mencionar. Y en las categorías inferiores o en el Sanse tampoco tiré muchos; eran más bien otros los que lo hacían. Me imagino que Toshack me elegiría a mí porque, como anoté en el anterior de la Liga, tendría confianza en mí.

Después marcó Larrañaga, Arconada paró un penalti, y fueron campeones de Copa€

-Fue impresionante. Además, toda la afición estaba encima nuestro en las gradas... Y después de cómo transcurrió el partido, con mucha tensión y nervios, con intensidad por parte de los dos equipos, y terminando la prórroga con empate a dos pues fue como un alivio. Nos quitamos toda esa presión que habíamos tenido y conseguir el trofeo fue toda una fiesta.

¿Se lo esperaba?

-Teníamos la confianza de que podíamos ganar la Copa, a pesar de que el Atlético de Madrid era un equipo muy potente. Había posibilidades de ganar, pero te aseguro que no fue nada sencillo.

Como reconoce, un buen Atlético con nombres de relumbrón como Landáburu, Marina, Da Silva, Quique Setién, Julio Salinas... y hasta un extxuri-urdin como Uralde.

-Sí, era uno de los grandes equipos de la Liga, un conjunto poderoso. A priori, eran ellos los favoritos porque también estaban haciendo un buen papel.

Por lo tanto, guarda muy buenos recuerdos de aquella final de Copa.

-Guardo muy gratos recuerdos porque yo, al fin y al cabo, he tenido la oportunidad de haber jugado con grandes jugadores, como Arconada, Zamora, López Ufarte, Txiki Begiristain, Bakero. He tenido la oportunidad de estar junto a estos grandes jugadores, que habían ganado dos Ligas y que para mí eran una leyenda. Y he disfrutado con ellos y he podido ganar una Copa junto a mis ídolos.

¿Arconada fue el héroe de aquella final por su actuación en la tanda de los penaltis o prefiere no personificar en nadie?

-Aunque entiendo que el trabajo fue de todos, teníamos mucha confianza en el portero que había bajo los palos, que era muy bueno. Gran parte de las opciones de ganar la Copa recaían en Arconada. Nuestras esperanzas pasaban por que él pudiera parar algún penalti y así fue.

¿Cómo vivió el partido en el banquillo?

-Pues en principio bien: empezamos ganando; luego nos empataron; conseguimos un segundo gol; y nos volvieron a empatar. A partir de ahí, pues con muchos nervios. Como toda la afición que estaba allí y en sus casas.

¿Pensaba que iba a jugar?

-El deseo de cualquier jugador es jugar y piensas que vas a poder hacerlo aunque sea uno, diez o treinta minutos. Yo tuve la suerte de poder salir, pero en el banquillo siempre piensas que puedes salir y tienes esa esperanza.

Además, sustituyó a una de las estrellas del equipo, López Ufarte, que había marcado un gol.

-Exacto. Me tocó sustituir a un gran jugador, que era un ídolo para mí, como también lo fueron Arconada o Zamora, con los que tuve la fortuna de jugar. ¡Imagínate lo que significó para mí sustituir a López Ufarte!

¿Es fácil suplir a un jugador que es una estrella y es su ídolo?

-Para mí, es fue un orgullo. Es que yo a estos jugadores les recibí en Tolosa cuando pasaron, tras ganar la primera Liga, por los pueblos de Gipuzkoa con el autobús. Fui corriendo detrás de ellos desde Tolosa hasta Donostia. Y luego tuve la suerte de jugar con ellos y de participar en la consecución de la Copa.

¿Cómo era John Toshack?

-Toshack era un técnico que tenía mucha confianza en la cantera, y en aquella final lo demostró.

Aquella temporada, la 1986-87, ya había marcado al Atlético, unas semanas antes en un partido de un 'play-off' en el que no se jugaban nada, en la derrota por 5-1 y con la Real jugando prácticamente con el filial...

-Así es. Y casualmente también estaba de portero Abel, a quien le marqué de penalti tanto en este partido como en la final de Copa. Eso me sirvió después, porque durante el recorrido desde el centro del campo hasta recoger el balón para colocarlo en el punto de penalti fui recordando que ya le había marcado, cómo lo hice y qué movimientos hacía él en la portería.

En la siguiente campaña solo jugó un partido con el primer equipo.

-Eso es. Solo pude jugar un partido. Fue una pena.

Toshack ya no contaba con usted...

-Bueno, como no jugaba tanto, me cedió al Eibar y luego me repescó y pude jugar otra temporada en la Real. Aunque no disputé muchos partidos.

Estuvo en la Real cuatro temporadas, en las que jugó 19 partidos (catorce de Liga), con un total de 738 minutos disputados. ¿Qué balance hace?

-Estoy encantado de la experiencia que tuve en la Real. Fui muy feliz. Yo empecé desde abajo en las categorías inferiores de la Real hasta llegar al primer equipo. Además, tuve la oportunidad de disputar una final de la Copa del Rey. Sí es verdad que me hubiera gustado haber jugado más y haber continuado en el club, pero no pudo ser y estoy satisfecho con lo que hice. Cuando me dieron la baja llegó el primer fichaje extranjero, el de Aldridge.

No coincidió con él por poco.

-Sí, por cuestión de semanas.

Usted era delantero y marcó cuatro goles (uno de ellos, el penalti de la final).

-Además de los dos penaltis contra el Atlético, me acuerdo que le marqué al Sporting de Gijón un gol en un centro-chut.

También jugó en el Eibar, como ha mencionado, el Elche y el Alavés, aunque en ninguno militaba en Primera División.

-Después de la cesión al Eibar y de mi regreso a la Real para jugar una temporada más, me fui al Elche, donde estuve dos años, y luego fiché por el Alavés. Pero ya fue mi recta final.

¿Qué fue de Martín Begiristain cuando dejó el fútbol?

-Cuando colgué las botas me dediqué a los negocios familiares, mi padre tenía una empresa de neumática hidráulica y trabajé en ella.

¿Y en la actualidad?

-No. Ahora trabajo en una empresa de electricidad de Tolosa, en la que llevo ya unos años.

La carrera de futbolista entonces no daba como para vivir de una forma desahogada...

-Así es. Había que buscarse la vida después.

¿Sigue a la Real?

-No sigo mucho el fútbol, la verdad, pero a la Real sí. Ahora la sigo porque estoy encantado con el fútbol que hace.

Entonces no es un aficionado sufridor.

-No, sufridor no soy, pero sí soy seguidor. Si me gusta ver sus partidos.

¿Qué sensaciones tiene de cara a la final del próximo 3 de abril?

-En los dos últimos partidos la Real nos ha dejado con un mal sabor de boca, pero yo soy un admirador de Imanol y estoy enamorado del juego que hace su equipo porque practica un juego vistoso, ofensivo... Además, tiene sensibilidad con la cantera y saca muchos jugadores de abajo. Y por eso, espero que ganen.

Defiende, por tanto, la filosofía de cantera de la Real.

-Imanol apuesta por la gente y les da muchos minutos de juego. Y eso me encanta.

Y ahora toca una final entre Real y Athletic en la final de la Copa, que nunca en la historia se había producido.

-A pesar del bajón que nos han dado las dos últimas derrotas, estoy confiado. El Athletic tampoco ha sacado adelante sus últimos partidos. Yo veo más favorita a la Real; tiene un juego más ofensivo y hace muchas más ocasiones que el Athletic, pero es una final, encima un derbi, y puede pasar cualquier cosa. Pero veo favorita a la Real.

Entonces, ¿ve a la Real campeona de Copa de nuevo?

-Sí, sí. Le veo campeona, pero en una final hay que tener cuidado porque puede pasar cualquier cosa. Aunque, repito, veo a la Real campeona.

¿Qué les puede decir o aconsejar a los jugadores realistas un exfutbolista que ha ganado la Copa?

-Tienen que ser conscientes de que es posible de que una final no la vuelvan a vivir, así que la tienen que disfrutar. Y que salgan a tope a disputarla.

Usted que ya tiene experiencia en estas lides, ¿cómo se afrontan esos momentos previos a un partido tan decisivo?

-Los nervios aparecen porque desde los días previos esperas que llegue el momento cuanto antes. Es importante trabajar bien en los entrenamientos previos a la final para llegar en el mejor momento posible.

Es una pena que esta final sea muy diferente a la que usted vivió en 1987 porque la afición no va a poder asistir a un evento tan especial.

-Pues sí. Va a ser una final nada comparable con la que jugamos nosotros, en la que la afición la teníamos detrás y se volcó con nosotros. Nos ayudó mucho en aquella final. Y ahora es una pena que no pueda estar.

Para acabar, su pronóstico, por lo que acaba de señalar, es una victoria txuri-urdin.

-Sí, yo apuesto por la Real porque en cuanto a juego le veo bastante mejor que al Athletic.

REAL SOCIEDAD Arconada, Sagarzazu, Gorriz, Gajate, Dadie, López Rekarte, Larrañaga, Zamora (Mujika, m. 86), López Ufarte (Martín Begiristain, m. 104), Bakero y Txiki Begiristain.

ATLÉTICO DE MADRID Abel, Tomás, Ruiz, Sergio, Quique Ramos, J. Prieto, Landáburu, Marina (J. Salinas, m. 56), Uralde (Quique Setién, m. 86), Da Silva y Rubio.

Goles 1-0, m. 9: López Ufarte. 1-1, m. 24: Da Silva. 2-1, m. 35: Txiki Begiristain. 2-2, m. 74: Rubio.

Penaltis 1-0: Bakero: 1-1: Rubio. 2-1: Mujika. 2-1: falla Da Silva. 3-1: Martín Begiristain. 3-2: Landáburu. 4-2: Larrañaga. 4-2: falla Quique Ramos (parada de Arconada)

Árbitro Ramos Marcos. Amonestó con amarilla a Zamora, López Rekarte y Dadie; y a Sergio.

Incidencias Final de la Copa de la temporada 1986-87 disputada en La Romareda de Zaragoza.

La Real logró el título de Copa gracias al acierto en el lanzamiento de los penaltis (el tercero lo logró Martín Begiristain) y la actuación de Arconada.

"En la tanda, el recorrido desde el centro del campo hasta el área se me hizo largo, pero recordé cómo ya había marcado antes a Abel de penalti"

"A muchos de mis compañeros les había recibido a su paso por Tolosa cuando ganaron la primera Liga y seguí corriendo al autobús hasta Donostia"

"En esta final vasca apuesto por la Real porque la veo bastante mejor que al Athletic en cuanto a juego; su estilo es más ofensivo"

"Soy un admirador de Imanol y estoy enamorado del juego que hace su equipo porque practica un fútbol vistoso, ofensivo..."