- La polémica en torno a la expulsión de José Bordalás continuó a lo largo del día de ayer, 24 horas después de la victoria en Getafe. Por increíble que parezca, la mayoría de medios nacionales sacaron la cara al técnico del Getafe y no consideraban que cortar el avance de Barrenetxea, justo cuando había salido el balón y no podía parar el seco su carrera, y los posteriores y repetidos insultos (“Me cago en tu puta madre”) a un metro de distancia de un chaval de 19 años fueran censurables. Incluso alguna radio lo definió como “un intercambio de pareceres”. Eso sí, el supuesto intento de perder el tiempo del donostiarra y el levantar el dedo Carlos Fernández al ir a proteger a un joven canterano debería haber sido castigado con la expulsión. Todo muy justo e imparcial, como si no fuese una defensa interesada porque es un entrenador que nunca les pone problemas para ser entrevistado.

La situación fue tensa pero, como se produjo en la prolongación y el partido acabó sin que corriese peligro la victoria por la mínima, la mayoría de los realistas se tomaron a risa lo sucedido. “Se les ve venir y hasta hacen gracia. Es un poco ridículo”. Las imágenes de Gol demuestran que algunos técnicos o trabajadores del Getafe, que estaban sentados en el lugar donde se colocan los suplentes, también increparon a los reservas blanquiazules, concretamente a Januzaj, a quien le llegan a llamar “bobo”.

Los donostiarras se divirtieron recordándolo después, sobre todo porque les hacía gracia que quien se encontraba en el meollo de la polémica fuese Barrenetxea (no recurrirán su tarjeta). Menos agradable es que Illarra tenía una venda de protección para que se mantuviera una pomada para rebajar el dolor por la criminal entrada de Cucho.