- Son pocas las prórrogas que suelen pasar a los anales de la historia. Lo normal es que los clubes se dejen llevar por el miedo a perder. No fue el caso de la semifinal entre la Real y el Barcelona en Córdoba. Dos conjuntos muy ofensivos que decidieron jugarse la plaza a pecho descubierto, campo largo e intercambio de golpes. Solo faltaron los goles, que sin duda merecieron ambos conjuntos, para elevarse a la categoría de inmortales. Y en ese sentido, el equipo que estuvo más cerca y que debió ganar a los puntos fue, sin ninguna discusión, el de Imanol, que cayó de pie en el área blaugrana antes de doblar la rodilla desde los once metros.

Una vez analizada en frío la media hora, lo más destacable es que por primera vez en mucho tiempo hubo un equipo que desafío al gran favorito con una propuesta tan valiente y arriesgada. Con una presión adelantada en lugar de conservar la posición para aguantar y tratar de buscar una contra. Pocos se podían esperar una situación así en el minuto 80 del encuentro, cuando la Real ofrecía la sensación de encontrarse agotada y contra las cuerdas.

Imanol arriesgó al aguantar los cambios hasta el final de los 90 minutos con la finalidad de no consumir uno de los tres comodines que tenía para hacer sustituciones con el partido en marcha. Solo dio entrada a Barrenetxea por Guridi. Para la prórroga apostó por Zaldua y Willian José en lugar de los exhaustos Gorosabel e Isak. Y se notó mucho. Al igual que en el comienzo de la segunda parte, lo más destacable del arranque de la prórroga fue la actitud de la Real. Sin complejos. Arriesgando al máximo fiel a su estilo ante todo un Barcelona que, pocos lo dicen, demostró un gran nivel a pesar de la baja de Messi. Simplemente hizo lo que pudo cuando pudo, y en eso tuvo mucho que ver el entramado defensivo de la Real.

A los pocos segundos de iniciarse el tiempo extra, Barrenetxea robó un balón, se internó y su centro lo atajó el salvador Ter Stegen. En el 93, los dos nuevos protagonistas fabricaron una jugada que estuvo a punto de acabar en gol. Willian aguantó de espaldas y sirvió para que Zaldua, tras controlar, viese cómo su disparo lo sacaba de la escuadra el meta alemán.

En el minuto 99, tras un error en un pase atrás de Oyarzabal, que casi no aguanta en pie la prórroga por su exhibición física para la que no escatimó ningún esfuerzo, Remiro salvó una opción muy clara de Dembélé, que había sentado a Zubeldia.

En la segunda parte arrancó el show de Januzaj. Muchos se han quejado de que no saliera antes, pero Imanol quería tenerles agotados. Un centro perfecto con la derecha a Oyarzabal; un jugadón impresionante con una carrera de más de 60 metros finiquitada con un punterón que detuvo con una intervención de portero de balonmano Ter Stegen, y su falta que sacó con una de las mejores paradas que se recuerdan para que se estrellara la pelota en la madera.

La heroica Real mereció el pasaporte para la final, pero no atinó. Al menos se ganó el respeto y la admiración de todos por una prórroga que emocionó a su afición.

Minuto 91. A los 20 segundos, Barrenetxea roba un balón, se interna y su centro lo ataja Ter Stegen.

Minuto 93. Willian protege de espaldas, ve desmarcado a Zaldua y su disparo tras controlar lo salva con un vuelo increíble Ter Stegen.

Minuto 99. Buena parada de Remiro a Dembélé, que había disparado tras sentar a Zubeldia.

Minuto 1 10. Falta regalada al Barça. En el rebote Griezmann volea desde cerca y para Remiro.

Minuto 1 11. En la acción siguiente, Remiro saca en largo a Januzaj y tras conducir su centro con la derecha no lo remacha Oyarzabal.

Minuto 1 14. Carrera impresionante de Januzaj desde su propio campo que finaliza con un punterón que salva el meta teutón.

Minuto 1 17. Mano de Riqui Puig, Januzaj coloca el balón y su disparo lo salva con los dedos Ter Stegen antes de estrellarse en el poste.