- El fútbol es efímero y concede treguas. Después de las complicadas y exigentes negociaciones para prorrogar el contrato de Mikel Merino, todo parece indicar que este 2021 la Real deberá revisar la situación de Mikel Oyarzabal. El futuro del capitán, que ya es un referente no solo del equipo txuri-urdin sino también de la selección y de la Liga, todavía están bien asegurado con un contrato hasta 2024 que firmó en agosto de 2018. Pero a nadie se le escapa que su rendimiento y evolución continúan siendo meteóricos e imparables lo que provoca que su nombre se encuentre subrayado en rojo por gran parte de las secretarías técnicas de los clubes más poderosos de Europa.

En ese sentido, la crisis motivada por la pandemia provoca que todavía se encuentren bastante tranquilos en los despachos de Anoeta ya que son muy pocos los que podrían afrontar el importe de su cláusula, que asciende a 75 millones.

Por si fuera poco, primero tendrían que convencer a un futbolista que siempre se ha mostrado encantado y orgulloso de jugar y de ser el capitán del equipo de sus amores. Además, se ha convertido en la pieza angular de un proyecto que apunta alto, incluso a celebrar títulos, por lo que no va a ser nada fácil moverle de su tierra. Entre otras cosas, la tesorería de los dos gigantes de la Liga no atraviesa por su mejor momento, por lo que ninguno parece dispuesto a afrontar un gasto de esa cuantía.

En Anoeta se muestran muy tranquilos y confiados con la situación de Oyarzabal que, en su regreso, después de que el equipo no fuera capaz de ganar durante su convalecencia por una rotura de fibras, dio una asistencia y estuvo cerca de anotar otro tanto. Es de largo, la gran estrella de la Real...