Desde que se conoció que el Madrid no iba a cumplir el trato de los dos años de cesión y había decidido repescarle de forma prematura, la Real dejó muy claro que siempre iba a seguir los pasos de Odegaard. Sobre todo en su primer año, en el que debería estar jugando aún en Anoeta, y que, como la gran mayoría presagiaba, no está siendo nada fácil para el noruego al margen de las lesiones que han condicionado su rendimiento. Por mucho que el club txuri-urdin suspire por su regreso, la realidad es que la operación se antoja complicada. La única posición que parece que podría reforzarse en el mercado de invierno es la mediapunta.

La opción de Odegaard, que si aceptase regresar se cerraría muchas puertas en el club blanco, parece utópica. Otra menos difícil es la de Kubo. El japonés podría regresar al Madrid, ya que Emery apenas cuenta con él y su participación va disminuyendo según pasa los encuentros. En caso de que se confirme su regreso, como no se puede quedar a las órdenes de Zidane por ocupar plaza de extracomunitario, se van a dar auténticas tortas para hacerse con su cesión, puesto que su lista de pretendientes en verano contaba con nombres tan ilustres como, aparte del de la Real, el Sevilla o el Borussia Dortmund. En teoría, el Madrid está en deuda con la Real que, al menos por ahora, parece estar tanteando el terreno.