- La Real lleva sin puntuar en el Camp Nou desde 1995. En total acumula 24 derrotas consecutivas. Solo ha sumado un empate en sus últimas 28 comparecencias en el templo azulgrana. Una racha sonrojante e inexplicable, porque en ocasiones ha comparecido con plantillas de mucho nivel y muy pocas veces ha estado cerca de sacar resultados positivos. La mancha recuerda desgraciadamente a la de la Copa del Rey sin eliminar Primeras, que se inició un poco antes pero que también finalizó hace unos años, por lo que ya se pueden comparar en concepto de espacio de tiempo.

Algo tiene el estadio barcelonista que le nubla la vista a la Real. Una especie de miedo escénico que provoca que no sea capaz de desplegar su mejor juego ni un espíritu competitivo. Lo cierto es que en los últimos años parece estar más cerca de pescar algún punto, como por ejemplo el año pasado, en el que solo un controvertido penalti de Le Normand le volvió a condenar a regresar de vacío. En esta ocasión no parece mal momento para presentarse sin complejos y ajenos a la lamentable serie de marcadores negativos que le persigue. Uno de los datos que confirman la extraordinaria temporada que está sellando la Real es que a día de hoy, en vísperas de una nueva visita a su estadio, el Barcelona se encuentra a nueve puntos, aunque con dos partidos menos.

La Real busca dar un nuevo paso al frente y mantener el liderato desafiando a la terrible maldición que le persigue en el Camp Nou. Entre la Liga y la Europa League acumula seis empates consecutivos. Un ritmo menor si quiere codearse con los mejores, pero condicionado o provocado por el enorme esfuerzo que le ha exigido el grupo de la muerte en el viejo continente, en el que ha tenido que apurar hasta el último minuto para lograr su clasificación para los cruces, en los que ya le espera todo un Manchester United. Como el pasado domingo Imanol recurrió a su unidad B, en esta ocasión recupera a la mayoría de sus teóricos titulares. Con la ausencia otra vez de sus dos estrellas, Mikel Oyarzabal y David Silva, sin los que todavía no sabe lo que es ganar.

El oriotarra repetirá una fórmula bastante parecida a la de Nápoles. Remiro estará en la portería, con, esta vez, Gorosabel en la derecha, Zubeldia y Le Normand en el eje, y Monreal en la izquierda de la defensa. En el centro del campo, lo lógico es que repitan Zubimendi, Guevara y Merino, como gran referente. Y arriba, Januzaj, Willian José y Portu. El hecho de que el Barça juegue con una defensa adelantada le da también opciones al fallón Isak.

Koeman sabe que se juega mucho en este encuentro. El técnico, que no escatimó elogios hacia la Real e Imanol, sigue contando con un arsenal ofensivo de primer nivel, que, como tenga su día, fulmina a quien se ponga por delante. De centro del campo hacia atrás, la cosa cambia bastante sin Piqué. Juega y deja jugar. Una ruleta rusa que, a priori, no le viene mal a la Real. Partidazo en el Camp Nou. Prueba de fuego para un líder mermado por las bajas.