La lluvia no ha respetado el homenaje que han vuelto a tributar las peñas de la Real a Aitor Zabaleta en el 22 aniversario de su asesinato en las puertas del Calderón a manos de un grupo de ultras del Atlético. A pesar de la noche de perros que había pasado Donostia, con temporal de agua y viento, por la mañana parecía que había animado el temporal hasta que el cielo se volviera a cerrar y a las 11.50 horas han comenzado de nuevo las precipitaciones que han deslucido un acto sencillo pero repleto de nostalgia y cariño.

Un centenar de personas, guiadas por Realaren Lagun Taldeak, se han acercado hasta el estadio de Anoeta, donde, en su parte trasera, antigua ubicación del skate park, han vuelto a colocar el monolito en memoria del aficionado realista más ilustre y añorado. Las peñas representadas han colocado flores y sus diferentes distintivos en forma de bufandas, banderas y pancartas. Esta vez se ha echado en falta una representación de la plana mayor del club txuri-urdin, sobre todo por el significado inolvidable que ha tenido desde hace dos décadas la figura del malogrado Aitor Zabaleta para todo el realismo.

Los presentes han roto en un aplauso a los pocos minutos de la ofrenda floral y han entoado el sentido "Se nota, se siente, Aitor está presente". Podrán pasar 100 años y caer rayos y centellas, pero nadie pondrá jamás en peligro el legado del aficionado txuri-urdin que pone nombre al fondo que se ha convertido en el pulmón de Anoeta. Beti Gogoan, siempre presente.