Es la sonrisa de la Real. Aihen se hace mayor. El antiguo extremo es un convencido lateral que ha aprendido a dominar sus emociones. Este año se siente más protagonista

Bonita experiencia con Euskadi con subidón final...

-Muy buena. Muy contento. Ya era mi segundo partido porque fui a Panamá. Es un orgullo que me llamen y preparamos el partido, nos concentramos y ahí competimos a tope. El equipo compitió súper bien, nos lo tomamos muy en serio, como hay que hacerlo, hicimos un gran trabajo y ganamos en el último minuto (risas).

Acabó jugando de extremo, donde lo ha hecho toda la vida, e incluso puso la asistencia del tanto de la victoria.

-La verdad es que me hizo ilusión jugar arriba porque hacía mucho que no lo hacía. Saqué córners y alguna falta, y muy a gusto, la verdad, recordando viejos tiempos.

¿En la Real no le dejan sacar las jugadas de estrategia?

-No es que no me dejen, pero hay lanzadores de mucha calidad. A mí me toca estar atrás, defendiendo (risas).

Viendo la mayoría del Athletic y que puso ese balón, ¿no intentarían subirle al coche y llevarle para el otro lado de la A-8?

-(Risas) No, no, no... Hay muy buen ambiente, es gente muy cercana, muy maja y nos lo pasamos muy bien, aparte de competir.

Clemente les diría que no dieran tanto toquecito como en la Real.

-(Risas) Es un entrenador al que conocemos todos y él nos intentó transmitir que era un partido importante, y así nos lo tomamos. A mí no me dijo nada en especial. Sé que se escuchó en la tele cuando dijo reviéntala... (risas). Le conocemos todos y está al mando de la selección.

En gritos andará parecido a Imanol...

-Justo me tocó en la otra banda. No escuché mi nombre durante el partido, pero sí que estuvo animando y gritando. Se le notaba bastante metido en el partido.

Me centro en la Real. ¿Cómo va su campaña?

-Bien. Está siendo una temporada con muchísimos partidos e Imanol está confiando en mí. En el plano personal, he tenido partidos, los he disputado y, como todos, estoy siempre preparado para cuando el técnico quiera.

¿Está jugando por ahora más de lo que esperaba?

-Nunca sabes si vas a jugar o no porque eso lo decide el entrenador. Yo lo que hago es estar preparado para cuando me toque y se ve que Imanol confía en todos nosotros. Yo me centro en trabajar y cuando me ha tocado he intentado hacerlo lo mejor posible.

¿Se planteó salir cedido el pasado verano?

-Yo siempre he pensado en la Real, me han transmitido que confiaban en mí y no ha habido ninguna posibilidad de salir.

Le han manifestado esa confianza Olabe e Imanol...

-Sí. Siempre me lo han transmitido, desde el primer partido que jugué, y así ha sido. Se está viendo que cuerpo técnico y dirección deportiva confían en todos nosotros y a mí así me lo han hecho saber.

Una de sus mejores acciones de este año fue la asistencia a Silva en Vigo. Casi le limpia la bota...

-(Risas) Fue una acción súper bonita. Llegué casi a línea de fondo, puse un centro que me salió bastante bien, aunque el remate luego de Silva fue espectacular. Tenía ganas de poner una asistencia porque hacía tiempo que no servía una, y ahí estoy esforzándome a ver si consigo más.

No tendría queja el canario...

-Bueno, eso sale de la misma acción. Ves llegar al compañero e intentas ponérsela. La verdad es que a veces sale bien y a veces no.

Imagino que no es fácil competir con un jugador tan regular y veterano como Monreal.

-Siempre hemos tenido muy buena competencia y se ve que es un jugadorazo, un tío con una experiencia y calidad impresionantes. Y yo, a estar preparado para cuando quiera y decida Imanol.

Remiro dice que con Moyá ha cambiado su visión de la competencia directa con un jugador de su mismo puesto. ¿Le pasa algo parecido?

-Nacho es un tío muy cercano, hemos tenido muy buena relación y me fijo en lo que hace, en cómo es como jugador, y la competencia siempre ha sido muy sana. Pero también con los demás compañeros en otros equipos.

¿Le sigue impresionando algo en especial de Monreal?

-Es un jugador súper listo, físicamente es un portento y siempre está enchufado en los partidos. Es un tío con mucha calidad que ha acreditado en toda su carrera y aun tiene mucho fútbol por demostrar.

La Real está plagada de zurdos y de navarros. Suele ser buena señal.

-La verdad es que casi todos los zurdos somos navarros. Todos los navarros que estamos en el equipo intentamos aportar lo mejor, como todos los compañeros. Pero además aportamos también esa garra de los navarros.

Y eso que les suelen poner fama de burros...

-Los zurdos normalmente son finos, pero bueno... (risas)

Pase lo que pase no pierde la sonrisa en la Real..

-Yo estoy encantado. El año pasado fue más duro emocional y mentalmente y este año tengo claro que estoy aquí para disfrutar y aprovechar los momentos. Estoy encantado con cómo va el año, con cómo estoy y con cómo lo estoy viviendo, y que siga así. Me siento un privilegiado realmente y este año el trabajo es mantener esa ilusión y ese sentimiento de pertenencia. El pasado fue un año bonito, pero el segundo siempre es duro y este año tengo claro que trabajo para disfrutar, estar disponible y jugar lo máximo posible.

Este equipo es campeón de largo en la celebración de los goles de los suplentes en la grada.

-Se ve que es un equipo que está muy unido y estamos todos encantados. Titulares y suplentes nos apoyamos entre todos y cuando sale uno solo hay palabras de ánimo, de positivismo y se está reflejando.

¿Se siente más maduro?

-Sí. Los años anteriores fui conociendo lo que es la categoría, el fútbol profesional, y este, sobre todo mental y emocionalmente, me siento un poco más maduro, sí.

Su generación casi supera ya a la de la Youth League. ¿Se siente más protegido con tantos amigos?

Más protegido sí, pero sobre todo por el hecho de conocernos desde pequeños, por ir saltando categorías con ellos.. Es verdad que es un gran apoyo tener a Guevara, Zubeldia, Oyarzabal...

¿Cómo era ese equipo en categorías inferiores?

-No sé si arrasábamos, pero sí ganamos la liga Juvenil de División de Honor, estuvimos en la fase de campeones en la que caímos con el Villarreal... Es una buena generación, con gente muy buena que aún no está en el primer equipo.

Ahí era extremo jugón...

-No sé si jugón, pero extremo era. Es verdad que era otra posición en la que no estaba tan preocupado por defender. El otro día con la selección me acordé de esos tiempos. Pero ahora soy lateral, me considero lateral y trabajo para ser lateral.

Bueno, Kevin siguió la misma trayectoria y en Leganés llegó a jugar casi de mediocentro.

Aquí, con la gente que hay por dentro lo veo difícil, aunque nunca se sabe... (risas)

¿Y quién jugaba por detrás de usted en esas épocas?

-Joseba Orbegozo, que ahora está en el Amorebieta en Segunda B, y Sergio Cayetano, de un año más, que creo que está en el Pasaia y no sé si se me olvida alguno.

¿Cuándo y quién retrasó su posición?

-Cuando jugué de lateral por primera vez fue en Juvenil Nacional. Luego volví a ser extremo. Después cuando me rompí la rodilla, en el C, jugué los últimos cuatro partidos de lateral. Tengo una anécdota en el Juvenil B con Iñigo Cortés, que me puso de lateral, yo era un niño que quería ser extremo y me quejé un poco. Y me dijo: Nunca cierres la puerta a ninguna posición porque nunca sabes de qué vas a terminar jugando. Luego volví al puesto de extremo, pero Iñigo Cortés me volvió a poner de lateral en el C.

Imagino que se tuvo que reinventar.

-Yo ya sabía que en el fútbol de hoy en día hay muchos extremos que pasan a lateral y te vas haciendo a la idea. Yo tenía esos conceptos defensivos. No sé si me ha costado, eso lo tendrán que decir otros, pero es una posición a la que le he cogido cariño.

La primera vez que coincide con Imanol fue el Sanse.

-Imanol es muy exigente y al Sanse subíamos sabiendo que nos iba a dar mucha caña. Es una persona que te da mucha confianza y al ser tan exigente saca lo mejor de cada uno.

Jugando pegado a la banda imagino que sus broncas retumban más en sus oídos...

-(Risas) Ya te digo. Imanol es un entrenador muy intenso y deja las cosas claras. Lo mejor es que todo lo que te puede decir te vale para progresar. No te echa broncas por echar, siempre te las echa para que aprendas.

Era lateral, ¿le ha enseñado secretos de la profesión?

-Ha sido lateral y me ha dado muchas veces consejos de lateral, tácticamente sobre todo.

¿Por qué tan pocos zurdos en los laterales y tantos en la derecha?

-(Risas) Ya. Nunca se sabe. Al final zurdos suele haber menos e igual dentro de unos años salen más.

Jugaba en el filial hasta que un día de repente le dieron la titularidad en todo un Bernabéu, donde debutó.

-Impresiona, pero siempre que me han preguntado digo que no recuerdo muy bien ese partido. El momento del debut es el sueño, lo quieres hacer lo mejor posible, estaba tan concentrado que recuerdo poco. Luego según pasan los partidos eres mas consciente de los ambientes y los estadios. Estaba tan concentrado que no tengo imágenes y no sé si llegué a disfrutarlo. Fue un partido bueno porque luego lo he visto, pero al ser el primero, no llegué a estar nervioso, pero tenía tal nivel de concentración que no recuerdo. Lo llegué a ver una vez en la televisión y no más.

Derribó la puerta del primer equipo suelto y con confianza. Enganchó rápido con la afición.

-Yo también soy un tío muy intenso dentro del terreno de juego, que lo vive muchísimo. Jugar en Anoeta, que encima he podido disfrutar del nuevo estadio, con esa grada que lo convierte en muy caliente y aprieta mucho, me ha encantado. Y esas cosas me gustan, me gusta estar conectado con la grada.

El año pasado empezó jugando, pero ¿ya sabía que iban a fichar a otro lateral?

-No es que me pillara por sorpresa. A mí no me decían nada salvo que contaban conmigo. Luego ficharon a Nacho y ya está. No me pilló nada por sorpresa. Yo estaba centrado en lo mío.

En la misma semana firma Nacho y se resbala en el derbi en el primer gol.

-Sí. Fue un resbalón en una acción que además la habíamos visto mucho durante la semana. Tuve la mala suerte de resbalarme, me dolió y le di demasiada importancia. Ahora, viéndolo con otra perspectiva, es una acción que puede pasar y ya está. Pero al ser mi primer año desde el principio y ser ya del primer equipo habiendo llegado del Sanse, emocionalmente sí me afectó más.

¿Es de los que se tortura mucho con sus errores?

-Antes sí, ahora no tanto. Pero era un chaval joven que acababa de subir y me ponía demasiado peso en la mochila. Esas cosas con los años se aprenden. La acción me dolió, pero también me sirvió para llegar a ser quien soy ahora.

¿Ha recibido ayuda profesional en ese sentido?

-Tampoco me afectó a ese nivel. No he necesitado ayuda externa. En el equipo está Ibarrondo que es un sabio de estos temas y me aconsejó y me ayudó, e intenté cambiar la manera de ver las cosas.

¿Cree que después de eso ha perdido un poco de desparpajo? ¿Que tiene más miedo a fallar?

-Con los partidos vas cogiendo confianza. El miedo a fallar lo sentí más el año pasado. Ese miedo a fallar te paraliza y no llegas a dar lo que puedes llegar a dar. Este año, con otra mentalidad, seguí cogiendo más confianza para atreverme un poco más. He sido extremo, sé ir al ataque y también puedo ayudar de esa manera.

El fútbol no es tan bonito a veces como parece desde fuera...

-El fútbol es muy bonito depende de cómo lo veas. Como en todos los trabajos, hay cosas buenas y malas y si te centras en las malas te hundes. Y si te quedas con lo bueno y dejas de dar importancia a lo que te puede hacer daño se puede disfrutar muchísimo.

¿Se siente el heredero para cuando Monreal ya no esté?

-No quiero pensar en eso porque es meterte responsabilidad. He aprendido a centrarme en hoy y en darlo todo cada día, porque si tienes que pensar en el futuro al final te presionas mucho... Yo no soy nadie para ser heredero de nadie. Yo quiero ser Aihen. El día a día es lo único que existe.

¿Se tiene que aprender defendiendo a extremos tan buenos como los de esta plantilla?

-Estos extremos son muy buenos. A Januzaj ya le conocemos todos y es muy difícil defenderle, porque te sale por los dos lados. Pero ya se ve que todos son buenos, creamos muchos goles y defender a esa gente es un sufrimiento.

Imagino que le avisará: al quinto caño, al tobillo€

-(Risas) Ya ni le aviso...

¡Pero luego se le ve de vacaciones con Portu! Eso es un síndrome de Estocolmo...

-Coincidía que estábamos ahí y quedamos, no nos fuimos juntos en realidad. Ya conocemos qué jugador es Portu, un tío que lo da todo, que está siempre encima y son jugadores que cansan.

Guevara es su mayor apoyo.

-Llevo con él muchos años, hemos estado en la residencia juntos y hemos dado todos los pasos a la vez. Tenemos muy buena relación, nos apoyamos con todo y esperamos seguir así muchos años más.

En su pueblo, Etxauri, serán más de Osasuna...

-Hay un poco de todo, está repartido. Ahora conociéndome a mí alguno es de la Real pero hay mucho de Osasuna también. Yo siempre he sido de la Real, mi familia es de aquí, pero a Osasuna le tengo un cariño especial. Soy de allí, me considero navarro y estuve muchos años entrenando allí como externo. No pusieron ninguna pega y en ese sentido es un club señor.

¿Solía ir a Anoeta de txiki?

-Cuando no coincidía con mis partidos sí, pero mis padres con cuatro hijos tampoco tenían mucho tiempo. Me acuerdo del ascenso a Primera, eran fiestas del pueblo, se juntó todo y... (risas) Tendría 11 o 12 años.

¿Ha sido internacional?

-Yo he ido solo con Euskadi, que además fuimos campeones de la sub'18. Con los Oyarzabal, Villalibre... Nos juntamos unos cuantos.

¿Qué le queda por mejorar?

-Seguramente muchas cosas. Lo que soy en todos los sentidos y no sé, sobre todo vivir todos los partidos desde el primer hasta el último momento a tope porque en Primera los pequeños detalles mandan.

Bueno, ¿puede ganar la Liga esta Real o qué?

-Ojalá. Estamos en noviembre y pueden pasar muchas cosas. Pero ojalá, es lo que queremos todos. Nosotros ya sabes, ahora después del parón tenemos otros diez partidos seguidos e intentaremos competirlos. Pero todos los equipos tienen un nivelazo. Nosotros lo que estamos es preparados, hay rotaciones y jugamos todos.

¿Lo hablan en el vestuario?

-No, no, no... Todos los realzales lo podemos pensar, pero después de dos partidos luego los periodistas estáis a tope con que no valemos para nada (risas).

¿Tienen en cuenta lo que pasó en el postconfinamiento, que casi se quedan sin Europa?

Por eso. Todo el mundo soñábamos con estar en Champions, pero el confinamiento nos paró la racha y los pequeños detalles nos fallaron. Pero ahí seguimos, somos conscientes de que si bajamos el ritmo no vamos a conseguir nada.

¿Que firma a día de hoy?

-No firmo nada. Ojalá entremos en Europa y ganemos la Copa, obviamente. Y en Europa que podamos clasificarnos.

¿Piensa mucho en la final contra el Athletic?

-De momento nada, porque aun queda muchísimo.

"El año pasado sentía más un miedo a fallar que te paraliza, pero en este, con otra mentalidad, he cogido confianza y me atrevo a más"

"Los extremos de este equipo son muy buenos, igual el más difícil de defender es Janzuzaj, porque te sale por los dos lados"