- Sin tiempo para lamerse las heridas de la injusta derrota sufrida ante el Nápoles, la Real regresa a la Liga para visitar hoy (16.00 horas) a un Celta en problemas. Como dijo Roberto Olabe, una de las claves para esta temporada es no diferenciar entre las dos competiciones para tratar de alcanzar una regularidad y una continuidad que les permita conseguir buenos resultados en todas ellas. De momento la cosa va bien, sobre todo en Liga, donde el equipo se presenta en la jornada 8 líder en solitario a pesar de que el Cádiz le igualara el viernes tras su triunfo ante en Eibar.

La derrota del jueves no es de las que generan dudas ni provoca replanteamientos. Ante todo un grande de Europa como es el Nápoles, con un presupuesto millonario mucho más elevado, se admite con resignación que se produzca un tropiezo aunque sea en Anoeta. La realidad es que los de Imanol plantaron cara y solo sucumbieron por un gol de rebote. Quizá en ataque el peso de los partidos provocó que el equipo no estuviera tan fresco de ideas y de piernas para encontrar soluciones ante un muro bien edificado, muy a la italiana, que de esto saben bastante. La única urgencia que implica llegará el jueves en la eliminatoria a dos partidos que va a tener que disputar contra el intratable hasta ahora AZ Alkmaar holandés.

Al menos por ahora, la Liga es otra historia. Los donostiarras se están mostrando más fiables y solventes y han contado sus tres últimos encuentros por goleadas. Por si fuera poco, en un detalle a tener muy en cuenta, Imanol comienza a recuperar efectivos de importancia, que le van a permitir ampliar el abanico de las rotaciones, algo vital en una temporada en la que no hay tregua y en la que deben afrontar dos partidos por semana. El regreso de Januzaj, Barrenetxea, Merquelanz y en breve parece que de Illarramendi le proporcionará mucho oxígeno a un plantel que ha competido en este inicio de la temporada muy mermado por las lesiones. Que es algo que se dice poco.

El oriotarra volverá a mover a su once para no cargar a los habituales titulares. En principio podría introducir novedades en todas las líneas. Aritz Elustondo era la gran duda e Imanol finalmente optó por no incluirlo en la convocatoria, por lo que mantendría a Le Normand y Sagnan en el eje, con Gorosabel en la derecha y puede que Aihen en la izquierda para cuidar a Monreal. En el centro del campo, Zubimendi será el director de orquesta, con Merino y Silva por delante, sin que se descarte que uno de los dos descanse. En la línea de tres, Portu podría dejar hueco a Barrenetxea -aunque Imanol dijo ayer que no está para 90 minutos-, ya que Januzaj todavía se encuentra entre algodones. Oyarzabal y Willian completarían la delantera.

El Celta superó con problemas el curso pasado con una plantilla edificada para aspirar a Europa. Incluso lo llegó a pasar mal para evitar caer al infierno. Este verano no han podido reforzar mucho el equipo por las limitaciones económicas y han comenzado mal. El equipo es decimoséptimo, con solo seis puntos y se encuentra en plena marejada interna porque su entrenador Óscar, que está en serio peligro, ha degradado a Hugo Mallo, el futbolista que más partidos ha jugado con la celeste. El catalán le ha quitado la capitanía después de una discusión tras haber reconocido que el lateral pidió salir en la pasada ventana de mercado. El vestuario es un polvorín y una derrota ante la Real podría hacer saltar todo por los aires.