La Real regresa a Europa dos años después de despedirse por la puerta de atrás en un partido muy decepcionante disputado en la bella y gélida Salzburgo. El líder de la Liga se estrena en la Europa League en Croacia, ante un Rijeka que no tiene demasiado nombre pero que es un clásico representando a su país en el viejo continente. Se trata de un equipo balcánico, que juega en su estadio, por lo que se espera un anfitrión sin complejos, arropado por su gente pese a las limitaciones de la UEFA y en un terreno de juego complicado. Pero esto es así, This is Europa, y si la Real quiere hacerse grande como tantas veces repitieron Roberto Olabe y Jokin Aperribay en sus respectivas comparecencias de los últimos días, tiene que aprender a competir en todo tipo de escenarios ante cualquier obstáculo que se le presente.

El director del fútbol lo dejó bien claro, en un mensaje contundente, al señalar que no iban a un “parque de atracciones, ni a ver los acantilados del Adriático, ni a comer pizza, ni a recorrer los canales de Amsterdam”. Sin duda, la frase que acompañará a la Real a lo largo de su nueva aventura por el extranjero de esta campaña. De lo único que puede pecar una plantilla de un nivel magnífico es quizá de una falta de experiencia en este tipo de competiciones en las que siempre hay momentos en los que hay que saber sufrir (que se lo pregunten al Sevilla) y en los que no pueden temblar las piernas para marcar las diferencias. Como sentenció también Olabe, “estoy convencido de que estaremos a la altura”.

La Real no es líder de casualidad. Es el equipo más goleador de la Liga y el segundo menos batido. Acumula cuatro porterías a cero en seis duelos y las sensaciones que ofrecen son muy ilusionantes, con un margen de mejora excepcional. Y es que el equipo está “más preparado” porque quizá la gran noticia en el mercado es que ha mantenido a sus mejores jugadores salvo Odegaard.

No parece que Imanol vaya a mover demasiado el árbol, después de haber ganado de forma convincente en el campo del Betis al ser consciente de la importancia que tiene sumar los tres puntos en el estreno en el campo del rival a priori más asequible del grupo. No se esperan modificaciones ni en la portería ni en la zaga. En el centro del campo, podría entrar Zubimendi para acompañar a los intocables Merino y Silva. Y arriba, parece seguro que se mantendrán Portu y Oyarzabal, con la duda de si regresará al once Isak o repetirá Willian.

El Rijeka es cuarto en su liga. Según los scouts realistas, es un equipo al que le gusta tener el balón, que cuenta con un mediocentro y dos buenos delanteros, sobre todo Andrijasevic. Los croatas en su campo nunca venden barata la piel del oso.

La Real es la favorita, pero habrá que ver si en el transcurso del duelo no cambia el signo del juego y hay que dar por bueno lo más importante en el debut, la prohibitiva derrota. No hay que olvidar tampoco que al equipo txuri-urdin siempre le ha costado arrancar en sus comparecencias en el viejo continente, a pesar de que en esta ocasión llega con el estado de optimismo proclamado tras encaramarse al liderato.