- La pretemporada ha sido corta, de apenas tres semanas. Por si esto fuera poco, ha contado con una convocatoria internacional de selecciones intercalada en plena preparación. Y además se ha desarrollado en un contexto de pandemia mundial muy condicionante. Completa este explosivo cóctel el escaso período de descanso con el que los futbolistas han contado entre el final de la pasada campaña y el posterior regreso a los entrenamientos: menos de un mes. Todos los equipos de la Liga dejan a sus espaldas un verano atípico. Un verano que, en clave txuri-urdin, implica la presencia de un enorme asterisco ante cualquier tentación de análisis. Desde esta mañana en Zubieta (10.30 horas), la Real comienza a preparar su estreno en el campeonato, el domingo en Valladolid (16.00 horas). ¿Con qué trabajo de base?

Los problemas han surgido, principalmente, durante el camino. Es decir, a raíz del regreso a Zubieta, a mediados de agosto. Así, las conclusiones que pueden sacarse de los cinco amistosos celebrados son decrecientes en cuanto a significancia. El estreno contra el Logroñés (triunfo 3-1) el día 22 del citado mes, aún con la mayoría del plantel a disposición de Imanol, mostró detalles acerca de los que tomar nota y que podrían aplicarse a la realidad futbolística que se avecina esta campaña. Y también tuvo cotas elevadas de fiabilidad el ensayo desarrollado una semana después frente al Huesca (2-2), de nuevo en Zubieta tras aplazarse la mini gira portuguesa. A partir de entonces, los partidos internacionales, los efectos de las lesiones y el maldito coronavirus han hecho mella en el equipo, hasta el punto de convertir los tres encuentros restantes en incómodos trámites.

De aquella manera, pero al menos ha tenido la oportunidad Imanol de rodar a los suyos en una serie de cinco partidos muy heterogéneos en lo táctico. La Real se ha medido a un equipo como el Logroñés, que trajo a Zubieta un bloque medio-bajo al que atacar desde la paciencia. Ha recibido a un valiente Huesca que presionó la salida txuri-urdin partiendo de un claro 4-3-3. Ha tenido enfrente al agresivo y dinámico 4-4-2 del Villarreal de Emery (2-0). Ha testado el clásico sistema de tres centrales de Pablo Machín y su Alavés (2-2). Y ha revivido sensaciones recientes y complejas acogiendo en Anoeta al descarado Osasuna de Jagoba Arrasate (1-0), de planteamiento comparable al del propio Submarino. ¿Y la Real qué? Con su 4-3-3 como base, ha llegado a ensayar también un 4-4-2 de rombo en la medular y Willian José en la mediapunta (en la primera media hora ante el Huesca). E Imanol ha probado también los dibujos de tres centrales en sus dos vertientes. La ofensiva, motivada por la intención de dar una mejor salida al esférico, se vio durante el cuarto de hora final de esa primera mitad ante el Huesca. La más defensiva, destinada a replegar y juntar al equipo, apareció en la segunda parte de Vila-real.

Quizás resulte el cambio más significativo del verano. Con Odegaard en la plantilla, el despliegue físico del noruego permitía a la Real presionar mutada a 4-4-2 con el escandinavo saltando a la primera línea, en paralelo con el punta. Parece ahora que Imanol quiere evitar a Silva, destinado a ocupar la plaza del madridista, semejante recorrido. Así, el técnico ha insistido durante los amistosos en un mecanismo de presión diferente, según el cual es el extremo derecho quien realiza el mencionado papel, reduciéndose la exigencia para el centrocampista más adelantado. Veremos.

Y es que las circunstancias anteriormente mencionadas obligan a poner en cuarentena cualquier tipo de conclusión. La pretemporada ha resultado de todo menos normal, como demuestra un llamativo dato. El equipo ha jugado únicamente cinco encuentros de preparación, en los que Imanol ha utilizado a 33 futbolistas. La cifra cobra mayor magnitud si tenemos en cuenta que hasta seis jugadores del primer plantel permanecen aún sin estrenarse: Silva, Januzaj, Merquelanz, Illarramendi, Guevara y Sangalli. Estas condiciones, compartidas por todos los equipos de la Liga en mayor o menor grado, convierten el inicio del campeonato, este fin de semana, en un mar de incógnitas.

Recurriendo al Sanse, Imanol ha utilizado a 33 futbolistas distintos en los cinco partidos amistosos concentrados en quince días

La lista de ausencias no ha parado de crecer desde el regreso al trabajo, quedando los ensayos iniciales como los más fiables del verano