- Esta es la historia de un niño de dos años de Gijón que, cuando aún no sabía andar recto, ya celebró un gol que valía una Liga. Lo festejó como lo hacen los más pequeños, mirando sin entender qué pasa a un padre y un hermano que hicieron de la entrada de su casa de Gijón un pequeño Atotxa. El motivo de aquella explosión de júbilo no era causa menor: Jesús Mari Zamora acababa de marcar un gol que pasaba a la historia de la Real. Y para colmo, lo había hecho a poco metros de la vivienda de la familia Covián.

Desde aquel partido hasta hoy han pasado casi 40 años. Para la Real, y para David, aquel niño que no entendía tanta felicidad en casa un jueves de abril. Con los años, fue entendiendo más y mejor qué significa tener pasión txuri-urdin, hasta tal punto que ahora es él quien lidera esa afición con un proyecto que mezcla utopía y ambición. Covián ha creado el Erreala de Gijón, el primer club estatal que nace de la pasión por la Real. Igual que existen el Barcelona de Guayaquil (Ecuador) o el Real Potosí (Bolivia), cuyo escudo es calcado al del Madrid en honor a los merengues, el club gijonés rendirá homenaje a la entidad txuri-urdin desde esta próxima temporada.

El Erreala comenzará desde abajo, desde la Segunda Regional asturiana, "pero arrancamos con una plantilla para dar saltos de categoría rápido", apunta Covián. De hecho, en el plantel destacan futbolistas que han jugado años en categorías superiores, incluidos dos que tienen experiencia en Tercera.

El propio Covián será el entrenador del equipo en esta temporada de estreno, y con él, ayudando en el cuerpo técnico, el gijonés tendrá un compañero de excepción: Juan Gómez. El exfutbolista argentino, que guarda gran cariño a la Real, está "muy comprometido con el club" y aportará sus conocimientos tanto en el aspecto técnico como en la búsqueda de nuevos jugadores para el Erreala, según apunta Covián. "Iban a venir a jugar sus dos hijos, pero finalmente no lo harán porque han recibido ofertas profesionales en Portugal", lamenta.

Uno de los hijos de Gómez, Esteban, tiene pasado en el Real Unión, mientras que Andoni, el más joven, proviene del fútbol base del River Plate y del Independiente argentino.

Aunque no podrán contar con los hijos de Gómez, el Erreala tendrá una plantilla "muy competitiva" con el objetivo de ascender y de captar afición. "Hemos empezado ya con la captación de socios -abonarse tiene un coste de 10 euros anuales-. Tenemos gente de Donostia que ya se ha dado de alta en el club", explica desde Asturias el alma máter del proyecto, que también tendrá un carácter social y festivo.

El Erreala ya tiene varios encuentros por organizar, a la espera de la evolución del COVID-19 en los próximos meses. "Queremos organizar un partido amistoso en Gijón para juntarnos los aficionados txuri-urdin locales con los de Donostia", apunta Covián. Además, el Erreala prevé desplazarse a Leganés para enfrentarse al equipo pepinero de la Liga Genuine (compuesto por personas con discapacidad intelectual) en Butarque, donde el resultado será lo de menos.

En el aspecto más competitivo, hay un amistoso de pretemporada que hace especial ilusión al club: "El Becerril nos ha abierto su casa y la idea es, si la pandemia nos permite, jugar un amistoso contra ellos en septiembre".

En toda la historia que rodea al Erreala de Gijón, Luis Arconada tiene una importancia involuntaria máxima. El mito viviente de la Real es el gran ídolo del hermano de David, el gran impulsor de la pasión por la elástica txuri-urdin del dirigente del Erreala. Cada vez que la Real jugaba en El Molinón, Pedro José Covián se acercaba al hotel de concentración de los donostiarras. Eran otras épocas, y el trato de los futbolistas era mucho más cercano. "Le trataban de maravilla", recuerda David, cuyo amor por la Real le ha llevado a Donostia en multitud de ocasiones para alentar a su equipo, tanto en Atotxa como en Anoeta, antes y después de la remodelación.

Uno de los pocos lamentos que tiene un entusiasta Covián tiene relación con la atención recibida por la planta noble del club. "Estamos esperando que nos llamen...", apunta el fundador del Erreala, que seguirá intentando contactar con el club para poder reunirse con los dirigentes realistas.

Uno de los temas que querría tocar con la dirección de la Real es la posibilidad de ser club convenido. "En Asturias tenemos cantera de primer nivel, y nuestra intención es nutrirnos de buenos jugadores, con lo que podríamos ser de utilidad para la Real", asegura Covián, que entre sus objetivos está crear una estructura de fútbol base a medio plazo, con equipos masculinos y femeninos. Un sueño de un niño futbolero y txuri-urdin que está cerca de ser real. O, mejor dicho, Erreala.

Ambición. Fuera de los terrenos de juego, el Erreala de Gijón tiene entre ceja y ceja dos objetivos de gran tamaño. Sobre todo, uno: el nuevo Atotxa. El club, que se estrenará en el campo del Gijón Industrial, aspira a crear en un futuro un nuevo feudo realista. En ese ambicioso proyecto, Covián reconoce que "sería fundamental contar con apoyo y ayuda de la Real". Además, el club trabaja para poder ser inscrito como Real Sociedad de Gijón. Una denominación que la Casa Real le ha negado por no tener un mínimo de años de actividad, carácter de nobleza ni concesión real. Lo seguirán intentando.

La pasión de Covián por la Real proviene del afecto que tenía su hermano por Arconada, figura involuntaria de la creación del nuevo club

El exrealista Juan Gómez forma parte del cuerpo técnico del Erreala de Gijón, que jugará un amistoso con el Becerril en septiembre