- Hace 20 años, un adolescente llegó a Paterna con un sueño: ser futbolista profesional. En su primer entrenamiento, aquel nano dejó boquiabiertos a todos los presentes en uno de los campos de la Ciudad Deportiva del Valencia. Ese joven tenía 14 años, acababa de aterrizar de un vuelo procedente de Canarias y respondía al nombre de David. Ahora el mundo entero le conoce por Silva tras una trayectoria que le llevó de Valencia a Eibar, de Ipurua al Celta para volver, ya curtido en Primera, a Mestalla, donde deslumbró y llamó la atención del Manchester City, que le ha dado sus mayores alegrías y donde deja un gran legado escenificado en una próxima estatua al costado del estadio Etihad.
Ahora, con 34 años, ficha por la Real, pero tanto los que le conocieron en aquellos primeros entrenamientos en la capital del Turia, como los que alucinaron con su magia en los complicados campos de Segunda o le guiaron en sus primeras grandes exhibiciones en Champions aseguran que nada ha cambiado en él.
"Desde el primer día que le vi ya tenía el mismo juego que ahora: el talento, el equilibrio, la visión...", destaca a este periódico José Jiménez, director de captación del fútbol base del Valencia. En sus 24 años de experiencia en el cargo, Jiménez ha visto pasar a muchos cracks, pero pocos como el de Arguineguín: "Siendo cadete tenía nivel de sobra para jugar con el División de Honor Juvenil, con chicos que tenían cuatro años más que él".
"Si tuviera que definirlo en una palabra, diría que es exquisito", apunta Jiménez, que está convencido de que Silva puede aportarle "mucho" a esta Real. "Le puede ir de maravilla porque juega bien al fútbol, como a él le gusta, sin precipitación", destaca. El técnico che asegura, además, que "es un jugador que se adapta muy bien a todas las posiciones". Y apunta un dato más personal y desconocido para el gran público: "David es una persona que siempre ha estado muy metido y comprometido con todo lo que ha hecho. Es un ganador puro".
Esa veteranía, gen competitivo y elegancia le servirán a buen seguro a esta joven Real. Así lo ve Oskitz Estefanía, que coincidió con el canario en su etapa en el Eibar (temporada 2004-2005): "Ha estado en grandes equipos y con grandes entrenadores, con lo que seguro aportará su experiencia". A eso se le ha de sumar una cualidad que necesitaba como el comer la Real tras la salida de Martin Odegaard: "Es un magnífico jugador para moverse entre líneas, para dar ese último pase a los delanteros". Aunque han pasado ya 16 años de aquel curso histórico en el que el Eibar estuvo a punto de adelantar su ascenso a Primera División, Oskitz recuerda muy bien a ese Silva de 18 años que, una vez más, dejó con la boca abierta a todos. "Jugaba de mediapunta por detrás de Joseba Llorente y era el encargado de filtrar ese último pase. Acabó la temporada con un montón de asistencias de gol; y el juego, claro, pasaba fundamentalmente por sus botas", rememora el pasaitarra, que había disputado con el nuevo fichaje de la Real el Mundial sub-17, en el que fueron medalla de plata. En aquel equipo estaba también el extxuri-urdin Markel Bergara.
Ya reconocido como una estrella emergente, llegó a la vida de Silva Quique Sánchez Flores. El madrileño, que cogió el banquillo del Valencia en el verano de 2005, no tuvo tiempo de quedárselo. "Cuando llegué al club ya estaba firmada su cesión al Celta; si no, me lo habría quedado", asegura a este periódico. "Estuvo una semana en Holanda con nosotros -en un stage de pretemporada- y todo lo que hacía, lo hacía bien: nos impresionó muchísimo".
El impacto de tener delante a un futbolista especial es el sentir que une a estas tres personas de fútbol que han coincidido con Silva en tres etapas diferentes de su trayectoria.
Tras destacar con el Celta, al que llevó a Europa, Sánchez Flores pudo tenerlo en sus filas y elevarlo a estrella del fútbol. Eso sí, se quedará para siempre con la pena de no haber podido juntar a Silva con Pablo Aimar: "Me hubiera encantado que hubieran coincidido aquel primer año. Pero bueno, llegó aquel chico de 20 años y consiguió suplir el gran vacío que había dejado Aimar", recuerda. "Desde la banda izquierda o de mediapunta, siempre aclaraba las jugadas, hacía que el fútbol fuera más fácil".
Por todo ello, Sánchez Flores considera un acierto total el fichaje por parte de la Real: "El modelo de fútbol de David coincide con el de la Real. Son mundos similares y (Silva) está más que capacitado para aportarle muchas cosas a la Real: conocimiento del juego, ritmo de partido, obviamente experiencia... Todas aquellas características que le han hecho grande a David". "La Real se ha movido muy rápido y bien en el mercado tras la salida de Odegaard: creo que la manera de entender el fútbol de ambos es muy similar y no es nada sencillo encontrar ese perfil de mediapunta, de jugador experto para dar el último pase", agrega Oskitz.
Por otro lado, el exentrenador del Valencia valora muy positivamente la veteranía de Silva en un equipo tan joven como el de la Real: "Este tipo de equilibrios tienen que existir en el campo. El ímpetu e incluso ese grado de inconsciencia de los jugadores jóvenes en un fútbol con tanta presión como el actual es bueno; pero se ha de compensar con la lectura y el control del momento de los partidos que tienen futbolistas como Silva".
En la parte final de su carrera como futbolista, Silva es alabado por su calidad con el balón. Pero Sánchez Flores recuerda que para destacar no vale solo con el talento: "Apreciamos mucho su técnica, siempre destacamos su imaginacion y técnica, pero David es también durísimo en el aspecto físico. Igual que le pasaba a Iniesta. Mantiene el nivel para jugar los 90 minutos". "Sigue fuerte y con sus virtudes activas: se sigue moviendo entre espacios como nadie. Que nadie crea que la Real está firmando a un jugador que se está retirando, porque hoy tendría hueco en equipos de primer nivel", afirma el míster. "Es un fichaje brillante", apostilla el entrenador.
Desde la otra posición, la del futbolista, Sánchez Flores tiene claro los porqués que han llevado al canario hasta el estadio de Anoeta: "Cuando llegas a este punto de tu carrera, en el que ya has conseguido todo y no tienes nada que demostrar, te mueves por otras cosas que no son solo las futbolísticas. Se mezclan el David deportista con el David padre, por ejemplo. Ir a la Real significa ir a un club historico y a una ciudad extraordinaria; jugar en un equipo en crecimiento, con un campo magnifico y una afición espectacular". Visto así, a ojos de Sánchez Flores, Silva ha acertado con su elección. ¿Y la Real? "Más todavía".
"La Real no ha firmado a un jugador que se está retirando; mantiene nivel para jugar en un grande"
Entrenador
"Es magnífico para moverse entre líneas y dar ese último pase"
Exfutbolista
"Llegó en edad cadete y ya tenía nivel de sobra para jugar con el primer equipo juvenil"
Dtor. del área de captación del fútbol base del Valencia CF