- Una vez finalizada esta temporada, mediatizada por la pandemia del COVID-19, los despachos de la planta noble de Anoeta acelerarán las gestiones de los asuntos que tienen pendientes, sobre todo los que a la configuración de su plantilla se refieren. En este sentido, hay dos jugadores que próximamente firmarán sus contratos de renovación con la Real.

Por un lado, Mikel Merino está a punto de rubricar su vinculación contractual hasta el año 2025, es decir, dos años más que el actual y su cláusula de rescisión pasará a ser de 60 millones de euros, tal y como ya informamos en este periódico. Una buena noticia para el club txuri-urdin, ya que el centrocampista navarro, uno de los mejores jugadores realistas en la temporada que acaba de finalizar, tiene en la actualidad una cláusula de rescisión que asciende a los 45 millones de euros, que desde el próximo año pasaba a ser de 50 millones.

Cabe reseñar que el jugador de 24 años está siendo seguido por clubes importantes habida cuenta de la progresión que está protagonizando en la entidad guipuzcoana, donde ahora mismo es una pieza indiscutible en las alineaciones de Imanol.

Salvo un contratiempo imprevisto, Merino, que sido uno de los protagonistas de los logros obtenidos este curso -la clasificación directa para disputar la Europa League y la final de la Copa- estampará la firma de su nuevo contrato en breve, probablemente entre hoy y mañana.

El otro tema que la Real resolverá en breve es el que concierne a Miguel Ángel Moyá. El club tiene una opción de prorrogar su contrato, que ha expirado a la conclusión de este curso, por un año y en los próximos días también anunciará que la ha hecho efectiva. Eso sí, el portero, que se ha hecho con el puesto al final de la campaña y cuya veteranía es clave en una plantilla tan joven, verá disminuida la cantidad de su ficha.

- Tras asistir al acto de despedida de Zurutuza, la plantilla txuri-urdin, encabezada por el presidente Jokin Aperribay y el técnico Imanol, dio fin a la temporada con una comida en el restaurante Zuberoa de Oiartzun. Los jugadores, por grupos y en sus propios vehículos, fueron llegando hacia las dos de la tarde ante la sorpresa de algunos jóvenes aficionados que se encontraban en las inmediaciones del establecimiento. Dos horas después fueron abandonando el recinto, despedidos por los hermanos Arbelaitz, que regentan el restaurante. La imagen más curiosa la protagonizó el propio Zurutuza, que salió con una mochila gigante a sus espaldas. Con este almuerzo de despedida, el plantel realista no volverá a reunirse hasta el 14 de agosto -tras 25 días de vacaciones-, cuando está citado en Zubieta para comenzar la pretemporada.

El centrocampista navarro, uno de los mejores de esta temporada, firmará hasta 2025 con una cláusula de rescisión de 60 millones