- Diego Llorente reconoce que el regreso a Zubieta ha supuesto para él una especie de punto de inflexión. Es de Leganés y no quita a ojo a lo que sucede en su tierra, donde tiene familiares sanitarios haciendo frente al coronavirus en primera línea. "Están todos bien", destaca con un punto de alivio que le permite disfrutar de la vuelta al trabajo. "Sobre el césped no es lo mismo que en casa", explica el defensa realista, que en agosto cumplirá 27 años. Su contrato expira en 2022. Pero el futuro también forma parte de la conversación telefónica que mantiene con NOTICIAS DE GIPUZKOA, desde su domicilio tras el entrenamiento.

¿Qué tal está?

-Bien. Poco a poco vamos aclimatándonos todos a esta nueva realidad, que implica ir a diario a Zubieta. Las cosas no dejan de hacerse un poco raras. Hasta que no saltas al campo tienes que estar siempre con guantes y mascarilla. E incluso debes seguir con los guantes puestos para llevar a cabo ciertos ejercicios. Es todo bastante extraño, pero solo queda acostumbrarse.

Parece que Remiro ha pasado el coronavirus de forma asintomática. Él ni se ha enterado, ¿no?

-Sí, pero tampoco tengo mucha más información sobre este tema. Sé, principalmente, lo que leo en la prensa. Al final, nosotros vamos a Zubieta, entrenamos individualmente y nos marchamos a casa. Así que no hemos hablado al respecto.

Usted es madrileño, de Leganés, una zona muy afectada por la pandemia. ¿Su familia se encuentra bien?

-Sí. Allí lo han pasado un poco peor que aquí. Tengo familiares que trabajan en hospitales y se han enfrentado a una realidad muy dura. Nadie desea pasar por eso ni haberlo visto, pero por suerte están todos bien y siguen ayudando en lo que pueden.

¿Viene bien el regreso a Zubieta para despejar la mente tras las semanas que hemos vivido?

-Sí, sí, se agradece y bastante. Además, en el apartado físico, dos días sobre el campo le hacen ver a uno que el trabajo de casa no tiene mucho que ver con los que realizamos ahora, con mucha más capacidad de movimiento. Lo de volver a entrenar ayuda en todos los aspectos. Y además significa que empezamos a regresar a la normalidad. Ojalá siga siendo así, en el fútbol y en todo lo demás.

¿Qué sensaciones se han vivido en la plantilla durante el parón? ¿Fastidio por haber tenido que parar? ¿Alivio por el descanso forzoso tras una fase de calendario apretado?

-Hombre, mirando a la situación desde una perspectiva meramente deportiva, no nos ha gustado parar. Cuanto todo se detuvo, estábamos en una buena dinámica. Pero bueno, mirando a la situación a nivel global, interrumpir la Liga ha sido, evidentemente, lo más sensato. Muchos hemos tenido que detener la actividad para minimizar el impacto de la pandemia. Y, ahora que empezamos a ver la luz, toca asimismo avanzar con precaución.

Estas semanas sin fútbol han supuesto un respiro desde el que la clasificación de la Liga se ve con otro poso. Faltan once jornadas y la Real es cuarta. ¿Podemos pronunciar las palabras Champions y Europa? ¿Lo hacen en el equipo?

-Sinceramente, yo ahora mismo prefiero ir día a día. No ya porque estemos o no capacitados para lograr esos objetivos, que creo que sí, sino porque nos encontramos aún en una fase muy temprana. Apenas hemos arrancado con los entrenamientos individuales. Y hasta que llegue la competición quedan varias semanas aún. A ver si va todo bien y superamos estas distintas fases sin problemas. Después, cuando se reanuden los partidos, ya habrá tiempo para hablar de objetivos.

Seguro que tienen alguno en mente.

-Si todo va bien y jugamos las jornadas pendientes, nuestra meta será dar continuidad a la buena dinámica y ganar todos los partidos que disputemos.

Luego está lo de la Copa y el aplazamiento de la final...

-Creo que se ha adoptado una buena decisión. Conservar esa plaza europea que otorga la Copa exigía jugar esta temporada, y hacerlo con público habría sido una irresponsabilidad. Ahora, una vez retrasado el partido a la próxima campaña, creo que todas las partes nos vamos a beneficiar del cambio.

Usted ya sabe lo que es vivir una final de Copa.

-Sí, tuve la suerte de estar en el Madrid-Barcelona de 2014. El ambiente fue increíble. Y seguro que lo mismo sucedería en una final entre Real y Athletic.

¿Cómo se dio aquella experiencia?

-Fue en mi etapa en el Castilla. Jugaba en el filial del Real Madrid, pero entrenaba a menudo con la primera plantilla, que dirigía Ancelotti. El míster me incluyó en la convocatoria para aquella final, que se jugaba en Valencia. También llevó a Willian José.

Al final vieron el partido desde la grada, junto a Cristiano Ronaldo.

-Eso es. No recuerdo si él estaba lesionado o sancionado. No podía jugar. Y al final viví una experiencia de las de recordar para siempre, porque todo lo que rodeó al encuentro fue para mí muy especial. Incluida la victoria, claro (ganó el Real Madrid 2-1, con gol decisivo de Gareth Bale).

El Real-Athletic de La Cartuja se jugará la próxima temporada. ¿Estará usted en la plantilla txuri-urdin? La semana pasada lo dejó en el aire, en una entrevista en Movistar.

-Alguna interpretación que se ha hecho de mis palabras me ha llegado incluso a molestar. Yo dije que ni me planteo la opción de pensar más allá de la Real Sociedad. Nos encontramos en plena temporada aún y nunca me planteo las cosas hasta que no termina la campaña. El año pasado ya declaré que las ofertas que pudieran haber se valorarían al acabar el curso. Y ahora lo sigo manteniendo. Es lo normal y lo lógico, ¿no? Es lo que se hace siempre.

Me dice que no piensa más allá de la Real.

-Yo estoy muy a gusto en Donostia. Y creo que siempre he demostrado un compromiso máximo con el club. Cuando he estado disponible, he jugado la mayoría de los partidos. Pienso que me avalan los datos y las estadísticas, así que no estoy preocupado por lo que se pueda llegar a hablar.

Sí que se le nota molesto.

-A nadie le gusta escuchar y leer ciertas cosas que no resultan del todo ciertas. Es verdad que hablamos de la interpretación de unas palabras mías, pero molesta que se hagan lecturas ventajistas e interesadas de las declaraciones. Repito que estoy a gusto en la Real, concentrado e ilusionado con este final de temporada. Luego, cuando termine la campaña, habrá que ver qué pasa, como sucede en todas las épocas de mercado. Pero mi cabeza está aquí y siempre lo ha estado.

Se había caído de las últimas convocatorias de la selección, pero el aplazamiento de la Eurocopa puede haber supuesto una esperanza para usted. ¿Le influirá que el torneo se juegue en 2021 a la hora de tomar posibles decisiones este verano?

-Por supuesto. Hay que analizar todos los factores y valorarlos. Por eso te digo que no resulta todo tan sencillo como escucharme y sacar la conclusión de que estoy pensado en salir de la Real. Eso es mentira. Yo ahora solo pienso en terminar esta temporada. Y luego, cuando acabe la campaña, tendré que tomar la decisión que estime mejor para mi carrera y para mi familia. Como te comentaba, en estas situaciones intervienen muchos factores. Y el de la Eurocopa es uno de ellos.

En el club reconocieron haber rechazado a finales de enero una oferta del Mónaco para contratarle. ¿Cómo vivió aquellos días?

-Los últimos días de los mercados siempre son un poco locos, por así decirlo. Hay que tomar decisiones muy rápidas. Es cierto que se produjo un interés, pero no pudo concretarse. Surgió muy deprisa, casi a la carrera. Así que pienso que todas las partes implicadas actuamos bien, mejor aún visto todo lo que ha ocurrido a posteriori. Insisto: mi cabeza sigue estando en la Real y mi compromiso con el proyecto es máximo.

"Mi cabeza está y siempre ha estado en la Real. ¿El futuro? No me planteo nada hasta que no termine la temporada"

"No debe interpretarse que quiero marcharme. Solo digo que las ofertas que pueda haber se valorarán a final de curso. Es lo lógico, ¿no?"

"Es pronto aún para hablar de Champions o de Europa, acabamos de empezar a entrenar; ya habrá tiempo para ponernos objetivos"