- La nueva normalidad, esa expresión de contenido tan difuso que ha puesto de moda el presidente del Gobierno, también ha llegado a Zubieta. Los futbolistas ya han llevado a cabo dos sesiones en las instalaciones txuri-urdin, experiencia suficiente para empezar a interiorizar todos los cambios propios de la situación. La medición de temperatura a la que se someten los jugadores al llegar a las instalaciones supone solo un anticipo de lo que les espera después.

Las distancias entre futbolistas deben ser importantes todavía, obligación para la que el protocolo de la Liga ha establecido un máximo de seis deportistas presentes sobre un terreno de juego. La Real tiene habilitados dos campos en Zubieta, el Z1 y el Z2, por lo que ha debido establecer dos turnos para que pueda entrenarse toda la plantilla. Los futbolistas acuden vestidos con ropa deportiva a las instalaciones. Una vez concluido el trabajo, recogen bolsas de plástico facilitadas por el club, con la indumentaria para la sesión del día siguiente. Y a ella acuden horas después, de nuevo preparados y con la equipación de la jornada anterior en las citadas bolsas, para que sea lavada en Zubieta.

El proceso se repite a diario, siendo algo diferente el seguido por los porteros. A estos se les ha habilitado un vestuario improvisado, al aire libre, para que se cambien antes de regresar a casa y no manchen sus coches de barro. Se benefician de este pequeño privilegio Miguel Ángel Moyá, Andoni Zubiaurre y el potrillo Gaizka Ayesa, con Álex Remiro aún ausente. El meta navarro, que ha pasado la COVID-19 de forma completamente asintomática, debe aguardar aún “unos días” aislado, según detallaron a este diario fuentes próximas al plantel, a la espera de que nuevas pruebas garanticen que el riesgo de transmisión resulta nulo. El citado Ayesa no es el único jugador del Sanse presente en Zubieta estos días. También se entrenan Pacheco, Zubimendi, Roberto López, Naïs y Lobete.