ra diciembre de 2013 y el equipo femenino de la Real se disponía a comer las uvas en la undécima plaza de la clasificación, con solo cinco equipos por debajo y una renta de seis puntos sobre los puestos de descenso. La situación no resultaba del todo agobiante, pero procedía moverse para evitar más apuros de los deseados. Y la solución pasó por mirar al Añorga e incorporar al club a una joven y prometedora delantera de solo 16 años: Nahikari García (Urnieta, 1997). Sin tiempo casi para aterrizar, fue titular el 5 de enero de 2014 en Zubieta contra el Levante. Y aquel buen empate casero (1-1) supuso el punto de partida de una muy buena segunda mitad de curso del equipo txuri-urdin. Lejos de tener problemas para asegurarse la continuidad en la categoría, las entonces dirigidas por Unai Gazpio concluyeron séptimas la liga, con 18 puntos más que el 15º, un Granada que certificó su descenso.

Nahikari contribuyó con cuatro goles a la mejoría de las prestaciones realistas. Inauguró su cuenta en un empate a dos a domicilio contra el Barcelona, a la postre campeón. Y el 26 de enero de aquel 2014, solo tres semanas después del debut, vivió con motivo de su segunda diana el primer gran partido de su trayectoria. Cayó el Atlético de Madrid en Donostia (3-2). Y el gol del triunfo txuri-urdin se lo anotó la urnietarra a Lola Gallardo. Transcurridos cinco años desde entonces, el pasado mes de mayo, delantera y guardameta se vieron de nuevo las caras en la final de la Copa de la Reina en Granada. Y la historia se repitió con el definitivo 2-1 que dio el título a la Real.

La goleadora blanquiazul recibió en su día una tentadora oferta del PSG, club puntero en Europa también en la vertiente femenina del fútbol. Disputó aquella final de Copa con su futuro encaminado hacia el propio Atlético de Madrid. Y sin embargo terminó quedándose en la Real tras ambas situaciones. El cariño que le brindó la afición durante los festejos coperos sirvió para que Nahikari continúe liderando una escuadra que esta temporada ha recibido dos fuertes mazazos: la eliminación prematura en la propia Copa y la goleada encajada contra el Barça en la final de la Supercopa. Sin embargo, la cuarta plaza final en la liga, aún al alcance, reforzaría el estatus del ambicioso proyecto del club.

Debutó con solo 16 años y tres semanas después del estreno vivió su primer gran partido como realista, en un triunfo en Zubieta contra el Atlético