aixo, afición txuri-urdin! Me formé en la cantera de la Real. Llegué al primer equipo. Y en él siempre jugué en un estadio de Anoeta con pistas de atletismo. ¡Qué lástima! Al menos pisé al césped hace bien poco, durante unos prolegómenos de un homenaje. Y comprobé de primera mano el calor añadido que ahora mismo podéis ofrecer al equipo desde una mayor cercanía. Tampoco es que me cogiera por sorpresa el asunto. Porque, aunque cada vez menos, conservo aún amigos en la primera plantilla txuri-urdin. Y ya me habían contado que lo que se vive ahí abajo es una pasada. Lo cierto es que ellos apenas han podido vivirlo aún. Pero saben bien de lo que hablan.
Durante mi larga trayectoria en la plantilla hice pocos goles. La gente no sabe, sin embargo, que en las categorías inferiores me puse morado. Sobre todo durante la época previa a dar el ansiado salto. El caso es que, ya con los mayores, me costó mucho más ver puerta. Supongo que influiría en ello mi ubicación en el campo, algo más retrasada en líneas generales. Porque el instinto no lo perdí. Solo unos meses después de dejar el club, tardé muy poco en anotar con mi nuevo equipo, a las órdenes de José Bordalás. Es un entrenador que últimamente está en boca de todos y que tiende a caer mal a la gente. Yo solo puedo decir que, cuando trabajé a sus órdenes, me sentí partícipe de los éxitos del equipo, sin llegar a ser titular indiscutible. Y que su labor nos llevó a conquistar un éxito muy importante, dejando definitivamente atrás una época muy complicada para la entidad.
¿Mi etapa en la Real? Tampoco os voy a descubrir nada nuevo ni nada que no intuyáis. Sabéis de sobra que no demostré ser un virtuoso con el balón. Pero nadie podrá negarme garra, trabajo y compromiso. Las lesiones, una en concreto, lastraron mi camino. Pero me quedo con los momentos felices. Con el ascenso a Primera División. Con las celebraciones en Riazor por la consecución de la cuarta plaza. Y con haber escuchado desde el césped de Anoeta la musiquita de la Champions League. Os decía al empezar que no he llegado a jugar en el estadio tras la reforma. Pero puedo presumir de haber participado en él en una de las mejores noches que hemos disfrutado todos, con pistas o sin ellas.