aixo afición txuri-urdin! La liga en la que compito ahora también está parada, como casi todas. Sí, es cierto, hablamos de un campeonato exótico en cierto modo. Pero Bielorrusia solo hay una. Me consta que allí siguen jugando como si nada. Nosotros, mientras, paramos cuando lo hicieron la mayoría de torneos. El último partido que disputamos data del domingo 8 de marzo. Perdimos 3-0. Y el resultado no supuso el mejor arranque para la liguilla final de una temporada que se nos está haciendo larga. La competición oficial empezó para nosotros el 11 de julio. Y encima podemos asegurar ahora, a toro pasado, que lo hizo en balde, pues en nada se traduciría luego en comenzar tan pronto con los partidos importantes.

Hace ya unos años que dejé la Real. Lo hice con pena, lógico, pero también orgulloso por todo lo conseguido durante mi larga etapa en el club. Y eso que los inicios resultaron particularmente duros. Debuté en un partido que concluyó con manotazo. Terminé aquella temporada padeciendo un disgusto de los gordos en Anoeta. Y durante el verano posterior estuve muy cerca de salir cedido, precisamente con destino al club que nos acababa de propiciar ese último sinsabor. Al final me quedé en Donostia. Y, aunque las cosas continuaron complicándose en la entidad, pude convertirme poco a poco en el jugador que acabaría siendo. No me recordaréis nunca como uno de los grandes referentes realistas en mi demarcación. Pero creo que sí que coincidís casi todos en una cosa: en mi mejor etapa, ofrecí unas prestaciones sobresalientes y fui un futbolista importantísimo para el equipo. Lo teníais muy presente cuando, durante las semanas previas a partidos cruciales, sufrí una inoportuna y extraña lesión. Parecía que aquello era la hecatombe y, sin embargo, fui muy bien sustituido por mis compañeros.

Uno de mis relevos en aquellos duelos continúa ahora en el primer equipo de la Real. Aunque, si me diera por acudir un día de estos a la grada Aitor Zabaleta, me sería imposible animarle directamente. Él ya no juega. Se dedica a otras tareas. Hace solo unos días celebramos todos el aniversario de uno de sus goles más míticos. Enseguida llegará el de mi único tanto aquella misma temporada. Modestia aparte, creo que la diana que marqué fue una de las claves del curso.