- ¿Fue su mayor decepción o le supera la de Sevilla?

-En la primera Liga no participé tanto y no era titular indiscutible. No fui convocado en Sevilla, por ejemplo, estuve oyendo el partido por la radio y sufriendo, y al final me llevé una decepción grande. Pero en el Bernabéu sí que estuve y sí que creo que fue el mayor disgusto deportivo de la Real, sin duda.

Hubo un recuerdo peor...

-La muerte de Xabier Sagarzazu el año anterior fue la peor experiencia que he tenido dentro de la Real. Pero la final de la Copa del Bernabéu fue un horror. Luego te pones a pensar en toda la gente, la familia, los amigos, la afición... que se habían desplazado con toda la ilusión del mundo y te duele no haberles podido dar ese título.

Los más jóvenes no se creen que partían como claro favoritos.

-Claros favoritos, hombre, siempre que juegas contra el Barça... En una final, a un partido, cualquier equipo te puede ganar porque no sabes las cosas que pueden ocurrir. Pero es verdad y es curiosísimo que en aquella época en el momento en que llegábamos los dos equipos nosotros estábamos bastante mejor que ellos por la trayectoria que llevábamos en la Liga y también en la Copa. Y a la final también llegábamos mejor. Estábamos muy fuertes y la verdad es que el partido fue muy muy raro, malo por nuestra parte y con todas las cosas que hubo también, acabamos con una sensación muy mala. Solo recordarlo me disgusta bastante. Y es raro porque yo todos los recuerdos que tengo de la Real son buenísimos.

¿Tuvieron malas sensaciones desde el inicio?

-No, yo estaba muy ilusionado, con todas las ganas del mundo y con confianza también, pensando que llegábamos en forma y que podíamos ganar. El partido se trabó desde el minuto uno. Fue un duelo muy trabado, no hubo fluidez de juego y es curioso, pero eso nos perjudicó más a nosotros porque creo que estábamos mejor que ellos. El fútbol es así, las finales también, y así como nos había tocado estar en la gloria y disfrutarlo con nuestros aficionados, ese día nos tocó sufrir y pasarlo muy mal con ellos.

Fueron 30.000 realistas y en Atocha entraban poco más de 20.000...

-Una pena. Es difícil que desarrolles tu juego y te salga todo bien cuando juegas una final, pero aquella especialmente creo que fue muy mala por nuestra parte. No pudimos en ningún momento llevar el peso del partido y la perdimos.

Las malas lenguas siempre han señalado a Bakero, Begiristain y Rekarte...

-De verdad te digo que no recuerdo en ese momento haber pensado en ese tema para nada. Nunca. Hombre, no es una situación agradable que tres jugadores de la plantilla estén comprometidos al año siguiente con el rival en la final. Eso lo analizas fríamente y no es nada agradable, pero en ningún momento se me ocurrió pensar que podía influir en la marcha del partido. Yo estaba confiado en el equipo que teníamos, por cómo habíamos jugado esa temporada, fuimos subcampeones de Liga también, y tenía una confianza plena en el equipo y en los compañeros.

¿No hubo marejada al final?

-Como equipo en el vestuario y luego posterior, para nada. Ni yo ni mis compañeros hemos hablado nunca de ese tema con ellos ni ha habido problemas de ningún tipo.

Encima la policía cargó fuerte.

-Me enteré porque tenía familia y amigos y sé lo que pasó. Eso oscureció aún más las malas sensaciones.

El curso 1987-88 fue espectacular.

-Esa final de Copa fue un corte total porque fue primero perderla; luego todo lo que ocurrió en el campo con los aficionados y lo mal que lo pasaron; luego que se nos fueron jugadores muy importantes; y que era llevarte otro palo muy gordo porque nos dábamos cuenta de que otra vez volvíamos a tener un equipo que podía aspirar a todo. Crees que puedes aspirar a conseguir cosas importantes y de repente te pegan palos por todos los lados. Fue un punto y aparte para el equipo y nos costó bastante recuperarnos de aquello.

No le recordará a este año...

-Ya comenté en su día que para la final de Copa quedaba tiempo y pueden ocurrir muchas cosas. Aunque nunca piensas en algo así, más bien en alguna lesión de algún jugador. En el momento en el que estábamos no es que confiara en ganarla seguro, pero sí tenía muchas ganas de que se jugara porque la Real es superior al Athletic. Pienso que seguirá siendo lo mismo cuando llegue el momento de jugarla, pero estábamos en un momento muy bueno.