GRANADA Rui Silva; Víctor Díaz, Domingos Duarte, Germán, Carlos Neva; Yan Eteki (Fede Vico, m.69), Yangel Herrera, Azeez; Vadillo (Quini, m.84), Antonio Puertas (Machís, m.59) y Carlos Fernández.

REAL SOCIEDAD Remiro; Zaldua, Le Normand, Llorente, Monreal; Zubeldia, Merino, Sangalli (Januzaj, m.84); Oyarzabal, Portu (Guevara, m.92) y Willian José (Isak, m.66).

Goles 0-1, m.21 Portu. 1-1, m.36 Vadillo. 1-2 m.89 Portu.

- Ha sido la tónica habitual de la temporada. Cuando la Real ha necesitado ganar para recuperarse de un mazazo lo ha logrado. Caerse mil veces y levantarse de nuevo. En eso consiste la vida. Y así es como se hacen grande los equipos. Por supuesto que es importante poseer mimbres para aspirar a cotas altas. Pero sin duda que resulta más importante la capacidad de reacción y de adaptarse a las distintas condiciones y obstáculos que te va presentando la competición. En esta ocasión el rival era exigente y rocoso, el conjunto revelación de la Liga que había superado con honores hasta al mismo Barcelona en su guarida. La prueba no era sencilla y la Real la superó con nota.

Fue la noche de la confirmación de Portu. El murciano había entrado de lleno en el corazón de los aficionados realistas por su espíritu de lucha, su agresividad y el don para ofrecerse siempre en largo, algo que necesitaba el fútbol de posesión de los txuri-urdin. Le faltaba confirmar su capacidad para decidir encuentros con su pegada, principal motivo por el que la Real invirtió diez millones en su incorporación. El murciano rubricó la mejor entrada de los donostiarras en el partido al culminar con un gran disparo al palo corto un gran servicio de Oyarzabal quien además había recuperado la pelota gracias a la presión alta.

El Granada trató de estirar sus líneas y se encontró con que Remiro dio una de cal y una de arena. Primero salvó con un paradón un disparo de Herrera pero luego se tragó una falta demasiado lejana de Vadillo. Con el duelo equilibrado, con ocasiones para Machís y Oyarzabal, Januzaj entró en la recta final para encontrar entre líneas el enésimo desmarque en largo de Portu para superar con mucho suspense la salida de Rui Silva.

A punto de alcanzar el tercio del campeonato, la Real era tercera solo superada por los dos gigantes. Con eso quedaba todo dicho. Se había convertido por fin en un equipo muy fiable.