Después de vivir muchas desgracias en la Copa, la Real Sociedad volverá a disputar una final tras 32 largos años de espera. Un gol de Oyarzabal de penalti (0-1) dio la victoria y el pase al club donostiarra que supo leer e interpretar de forma magistral el partido de vuelta y gestionar la ventaja de la ida (2-1). De esta forma, la Real y sus aficionados estarán en Sevilla el 18 de abril para disputar otra histórica final.

Nada más echar el balón a rodar se vió que le encuentro iba a ser muy diferente al de la ida. Los de Imanol optaron por no arriesgar y jugar en largo aprovechando la presencia en punta de Willian José, única novedad en la alineación respecto al partido de Liga ante el Valladolid. Los de Miranda no se esperaban la jugada de la Real y estuvieron incomodos durante toda la parte. Las ocasiones llegaban de la mano de los txuri-urdin, primero Januzaj tras un buen centro de Monreal y Willian José después con un potente disparo desde fuera del área. Sin embargo, el gol no llegó hasta el minuto 40, después de una buena jugada por la banda derecha entre Januzaj y Zaldua. El centro de este último dió en la mano a Mansa. Penalti claro. Oyarzabal no se puso nervioso y puso por delante a los donostiarras tras tirar de forma magistral (0-1). La Real había hecho lo más difícil, marcar fuera de casa.

Al poco de empezar el segundo tiempo, Januzaj a punto estuvo de hacer el segundo tras un gran chut prácticamente desde el córner que se estrelló en el larguero. Parecía que el Mirandés se iría con todo al ataque, pero la gran defensa realista impidió que los locales pudieran llegar a la área de Remiro. Matheus tuvo la suya con un cabezazo que el de Cascante atrapó sin problemas. Los donostarrias supieron gestionar muy bien el final del partido y conseguir así el billete para la final de Sevilla.