donostia - La gran sorpresa de la alineación de Imanol en Ceuta fue la suplencia de Moyá en la portería. Su decisión resultó controvertida, ya que la situación del balear comienza a no ser sencilla, algo que sobre el papel parece injusto si tenemos en cuenta que salió del once sin una justificación evidente y después de haber ofrecido un rendimiento satisfactorio, sin cometer apenas errores groseros.

Lo primero que hay que matizar es que, tal y como explicó en su rueda de prensa Imanol, su elección fue deportiva. Es decir, Moyá no arrastraba ningún problema físico y el único motivo por el que entraron en la lista tres guardametas fue que si hubiese pasado alguna circunstancia Zubiaurre no iba a tener tiempo para llegar hasta la lejana Ceuta.

Más que de enfado, la sensación que tenía el balear era de sorpresa. No se esperaba para nada ser suplente y, como es lógico, no entendía muy bien los motivos. Ni los pidió, ni se los dieron. Eso sí, su reacción volvió a ser una vez más ejemplar. Calentó junto a Remiro como cualquier otro día, no puso malas caras y en el viaje de vuelta con el compañero con el que más habló y junto al que se sentó en el aeropuerto fue con su competencia.

Moyá está encantado en la Real y su intención es seguir, pero no hay que olvidar que es muy competitivo y que le duele no jugar, pese a que entiende que Remiro es la apuesta del club.