La campaña pasada se quedó sin disputar los play-offs de ascenso a Segunda B con el Betis B, un sonoro fracaso que le costó la destitución. Su mano se nota mucho en el estilo y en la planificación del segundo proyecto más caro de su categoría, ya que se ha llevado a seis futbolistas que defendieron la campaña pasada la camiseta filial de las trece barras. El objetivo del Ceuta es lograr el ascenso a Segunda B. Las cinco últimas victorias consecutivas que ha encadenado en liga le han elevado hasta la cuarta posición.

La Copa es una gran oportunidad para asegurar el bienestar de las arcas económicas y reforzar la moral. Así como algún miembro del Becerril prefería a otro adversario, en la ciudad africana sentó de maravilla el emparejamiento con la Real. Son bastantes los socios y aficionados del club ceutí que consideran mucho más improbable e infrecuente enfrentarse a los donostiarras que hacerlo con los conjuntos andaluces.

Se espera un lleno absoluto, puesto que ayer solo quedaban 200 entradas a la venta en un aforo de 5.400. Además de por la lógica expectación que genera un Primera, porque la directiva ha puesto precios asequibles que oscilan entre los 10 y los 30 euros. Su actual masa social es de unos 1.500 abonados. Un periodista del Faro de Ceuta comentó ayer a este periódico que "la gente está muy ilusionada. Saben que la Real es un equipo de Primera y, quieras que no, motiva. Quitando los tres o cuatro grandes, la Real era uno de los que se quería. La gente tiene ganas de que llegue el día de partido. Y pasar, si suena la flauta? Es muy complicado. Están mentalizados, pero saben que es muy difícil. Además, si fuera una primera eliminatoria, es la sorpresa, pero, después de haber eliminado al Numancia, la Real ya viene preparada". Esperanza desbordada que también demuestra su presidente Luhay Hamido, que se hizo famoso por concursar en el programa Gran Hermano.

En la ciudad caballa se han encargado de recordar estos días que la Real cayó en las tres visitas a la ya desaparecida Sociedad Deportiva Ceuta (el actual equipo es su heredero) cuando militaban en Segunda en la década de los 40 y que también perdió 3-2 en 1964 ante el Atlético Ceuta en la Copa, aunque en la vuelta los blanquiazules remontaron 4-0.

La prensa local no espera un Ceuta conservador: "Es un equipo que sale con tres centrales, pero juega muy alegre arriba, no es defensivo. No se va a encerrar atrás". También defiende que el terreno de juego no será excusa: "Es de última generación y está en condiciones".

La racha de los africanos ilusiona a los suyos, sobre todo porque, aparte de eliminar al Numancia en los penaltis, solo han perdido un partido en casa este año. En definitiva, demasiados argumentos como para no tomarse muy en serio el duelo copero...