donostia - A nadie se le escapa que la Real fue muy superior a los puntos a un Villarreal que se llevó tres haciendo muy poco. Demasiado bagaje para un equipo que en anteriores encuentros ha expuesto mucho más y que a priori dispone de un potencial para ofrecer una versión mucho más ofensiva. Pero el plan de Calleja era precisamente ese, aguantar y esperar a su oportunidad.

El estilo es innegociable. A estas alturas no se puede poner a discutir sobre la arriesgada propuesta de Imanol, pero es cierto que hay partidos en los que las propias estadísticas reflejan que algo no funciona en esta Real. El equipo de Imanol cuajó probablemente su mejor primera parte de la temporada si tenemos en cuenta la entidad de su adversario, al que encerró en su campo y abrumó con sus combinaciones largas y elaboradas con paciencia y precisión. Los números son tozudos y lo reflejan. Los blanquiazules fueron el tercer equipo que más pases acertados dieron de la jornada con 472, solo superados por el Barcelona, que en este sentido juega otra liga y quizá no debería ser el espejo en el que mirarse, con 642 y el Sevilla, con 480. Es importante constatar que los donostiarras intentaron un total de 551, lo que les da una efectividad del 85,7%, solo superados por los de Valverde con un 89,3%.

Esto significa que la Real jugó mucho y bien, con picos en la posesión que superaron el 70%, y que acabó siendo del 63%. Pero los blanquiazules solo obligaron a Asenjo a hacer una parada en todo el encuentro, la del disparo cruzado de Portu tras una gran jugada colectiva muy parecida a la del gol. Con muchos menos pases, 254 con una efectividad del 77,9%, el Villarreal tampoco exigió demasiado a Remiro, pero rentabilizó al máximo sus ataques anotando de penalti y en su único chut de verdadero peligro que Cazorla convirtió en el 1-2.

Si se analiza por líneas el duelo, solo hay una línea en la que los amarillos fueron muy superiores y es en la defensa. Sobre todo en el eje de la zaga, con dos centrales internacionales como Albiol y Pau Torres, que estuvieron a un nivel excepcional e impidieron los remates a los realistas. Por el contrario y al igual que sucedió en Pamplona, la dupla Zubeldia-Llorente fracasó. Y eso que Imanol les cambió de lado.

Pero hay más cuestiones que chirrían en el análisis de una buena primera vuelta realista, como lo determina su quinta plaza. Desde el comienzo de la temporada se viene repitiendo que a los blanquiazules se les atragantan los rivales que vienen a encerrarse. Y sorprende que si se tienen en cuenta sus resultados, donde no ha dado el verdadero do de pecho con el nivel acreditado ha sido con los candidatos a entrar en Europa. Con los once primeros solo han logrado derrotar al Atlético y al Granada en su campo. Y empató en Valencia y ante el Barcelona en su estadio. Este y los registros en Anoeta son dos cuentas pendientes para la segunda vuelta.

La tercera, una de las más frustrantes que no se ha solucionado ni con el evidente subidón de nivel que ha experimentado la plantilla, es la pérdida de puntos pese a hacer lo más difícil, que suele ser adelantarse en el marcador. Los donostiarras no han sido capaces de administrar su gol inicial en seis encuentros, lo que ha supuesto que perdiesen 16 puntos. Esto incluye cuatro remontadas, dos de ellas muy dolorosas en Anoeta de Getafe y Villarreal. Rivales directos.