donostia - Imanol Agirretxe cuelga las botas. Justo cuando se cumplen 33 meses desde el fatídico día en el que Keylor Navas le destrozó el tobillo en el Bernabéu. Pese a que ha luchado como un jabato por volver y que incluso ha estado en ocasiones a punto de lograr el nivel para competir como antes, la enésima rotura de fibras severa que sufrió la semana pasada y que le iba a mantener de baja tres meses ha sido definitiva. El usurbildarra ha preferido decir basta y no prolongar una agonía que tarde o temprano le iba a restar una motivación que le haría incompatible seguir acudiendo día a día a Zubieta.
Agirretxe quiso que la palabra feliz presidiera su jornada de despedida: “Quiero empezar diciendo que es un día muy feliz para mí por todo lo que siento en un momento en el que he tenido que tomar una decisión de la que estoy muy seguro. Es la mejor que podía tomar. Ha sido a raíz de la última lesión y he sentido que debía dar el paso. Doy por finalizada una etapa muy importante para mí. He defendido la camiseta que he querido defender y he luchado mucho por ella. Y voy a acabar mi carrera defendiendo estos colores. Eso me hacer sentir un privilegiado porque me he despedido como siempre he soñado”.
Su sentimiento está grabado a fuego: “Para mí, ser jugador de la Real ha sido lo más, desde el primer momento que me puse la camiseta fue lo mejor que me podía pasar. Gracias a Jokin porque hemos llevado una carrera paralela y gracias por todo lo que has hecho conmigo y todo el trato que has tenido conmigo. Gracias a Olabe. Es curioso porque empecé en la Real con él y acabo junto a él; son cosas curiosas y difíciles de explicar, pero suceden así y es muy bonito. Gracias a todos los trabajadores de la Real porque me han hecho sentir muy feliz y porque me habéis hecho sentir muy especial por el trato con mi lesión”.
El momento de mayor emoción lo tuvo al acordarse de su familia, que “ha sido mi gasolina”, y a la afición: “Me ha hecho sentir muy especial y querido en el campo y cuando estaba lesionado me ha hecho sentir más especial. Me ha llegado mucho y os lo agradezco. Gracias por todo, me voy a despedir en el campo, es mi deseo”.
Muchos creen que a sus 31 años, todavía podía luchar más: “No es pronto, el momento es ahora y listo. Hasta hace unas semanas era un tren, pero en el momento que ha venido esta lesión, por cómo ha sido después de una pretemporada en la que he trabajado mucho y bien, y romperme tan fácil sin tener ninguna cosa rara, me ha hecho reflexionar esta decisión con tanta tranquilidad. Lo he sentido así. Y cuando lo decidí se lo comuniqué a Olabe. No estaría a gusto si no estoy al 100% seguro de que puedo tirar para adelante. Estoy muy tranquilo de lo que siento y como lo siento”.
Tampoco ha sido una cuestión de pensar en unas hipotéticas secuelas futuras: “No he pensado en mi salud ni nada, sino en volver a sentir la misma sensación que siento al vestir la camiseta. Si doy este paso no es por mirar por mi salud sino porque creo que es el momento de dar paso a otro momento de mi vida”.
Agirretxe explicó por encima cómo había tomado la decisión definitiva. “Me salió y tal como salió lo solté. Estaba muy tranquilo y decidido porque sale desde la reflexión, pero sí me cuesta más dar el paso de despedirme. Lo cierto es que estoy contento porque ha sido una carrera muy especial”.
Lo más curioso de su comparecencia fue cuando desveló la primera persona a la que le comunicó que se rendía: “La primera persona fue Olabe, le toqué la puerta y se lo dije. Mi mujer sabe toda la realidad y el día a día. Lo que siento es comunicárselo al club. Lo decidí en mi interior. Tenía que ser sincero y honesto conmigo mismo”.
Aunque todavía no se ha especificado lo que va a hacer, el usurbildarra no tardará en incorporarse al organigrama técnico realista: “Tengo mucha relación con Roberto y con Jokin y me han mostrado claramente que quieren que siga ligado al club. Por mi parte, con las personas que están, estaré encantado porque con Jokin sabemos lo que nos ha costado llegar hasta aquí y eso me indica pensar que puedo ser importante en el club en otras labores. Y ya veremos dónde puedo ser útil, pero eso lo veremos más adelante y si tengo que prepararme”.
De quien no quiso acordarse fue de Keylor Navas ni del momento de su lesión: “No, no me lleva a ningún sitio, y toda esa rabia que he podido tener la he cambiado por trabajo para sentirme bien y poder volver a mi nivel. Pero no guardo ni rencor ni rabia; las cosas van pasando y tratamos de hacer lo mejor para mi vida. Por eso estoy tan tranquilo. No es el día de mandar ningún mensaje a nadie. Eso ya está pasado”.
De sus goles, en algo que confirma el infierno y lo mal que lo ha pasado, se queda con el de Holanda en la pasada pretemporada: “Como persona, el gol con el que me quedo fue el de Holanda en la pretemporada; en mi vida había sentido nada igual. Para mí, y por cómo lo sentí y por el día que pasé, fue el gol más especial. Luego he metido goles especiales con los que he podido vibrar y compartirlos con los aficionados. No cambiaría ni un gol en la Real por millones en otro equipo”.
Palabra del mejor 9 salido de Zubieta desde Satrústegui. Agirretxe pliega sus alas. Llora el realismo.