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53 partidos después

el rival el rosenborg recibe a la real en plena recta final de su campaña. empezó a entrenar a mediados de enero, y no dejó de hacerlo durante el parón liguero de verano porque tenía que jugar las previas europeas

53 partidos después

El Rosenborg, necesitado. Recibe a la Real sabiendo que cualquier resultado que no sea una victoria le apeará de la competición.

Los guipuzcoanos, a domicilio. Han perdido cinco de sus últimos siete partidos fuera de casa en Europa, aunque su último duelo lejos de Donostia fue el 0-6 que consiguió en su visita al Vardar en la tercera jornada de esta liguilla. Esta ha sido la mayor victoria a domicilio conseguida en la historia de la UEFA Europa League, desde la fase de grupos hasta la final, y la más abultada de la

Real en competición continental.

Los noruegos, en casa. Tan solo han ganado tres de sus últimos trece partidos en casa en la fase de grupos de la segunda competición continental (tres empates y siete derrotas); la más reciente en la segunda jornada de la actual liguilla frente al Vardar (3-1).

Distancia. Entre Donostia y Trondheim hay algo menos de 2.400 kilómetros.

Coincidencia. El jugador del Rosenborg Nicklas Bendtner y el de la Real Carlos Vela fueron compañeros en el Arsenal entre 2005 y 2012, aunque ambos estuvieron cedidos durante largos periodos durante esos siete años.

Amonestaciones. El equipo txuri-urdin no ha visto ni una sola cartulina, ni amarilla ni roja, en los cuatro primeros partidos. Es el único de los 48 equipos participantes que lo ha conseguido.

Goles. La Real es el máximo anotador de la competición tras conseguir catorce tantos en cuatro partidos. El récord de goles en la fase de grupos lo tiene el Nápoles, que logró hacer 22 en la temporada 2015/16.

Pases de gol. Dos jugadores de la Real lideran la clasificación de asistencias en la Europa League 2017/18: Canales, con cinco, y Xabi Prieto, con cuatro.

Cumpleaños. Willian José, que marcó cuatro goles en la victoria por 0-6 frente al Vardar, celebra hoy su 26º cumpleaños, al igual que el portero suplente, Toño Ramírez, que cumple 31.

donostia - El frío de Trondheim apunta a ofrecer hoy una tregua a los jugadores de Real y Rosenborg. Se prevén para la hora del partido temperaturas superiores a los cinco grados, incluso calurosas para las fechas en la que nos encontramos. Puede tratarse de un preludio de las vacaciones en latitudes caribeñas que, a buen seguro, esperan a la vuelta de la esquina a los futbolistas del conjunto noruego. Mucho se ha hablado durante los días previos al encuentro de esta noche sobre el nivel de la escuadra escandinava, sobre su reciente título liguero, sobre el estado del terreno de juego, sobre posibles termómetros bajo cero... Pero pocos han reparado en el momento de la temporada en que se encuentran los de Kare Ingebrigtsen. Empezaron a entrenarse desde hace diez meses. Y solo les quedan tres partidos para cerrar la campaña. Si no ganan el de hoy, los dos últimos, la jornada final de liga y la visita al Vardar en Skopje, los disputarán a título anecdótico.

La tendencia reciente en el fútbol europeo apunta a que las ligas de los países más fríos van adaptándose poco a poco al calendario convencional, el de los arranques en verano y los epílogos en primavera, con un parón invernal si procede. El ejemplo más claro es el de Rusia. Pero en los países escandinavos continúan estilándose los cursos por año natural. El campeonato de Noruega se disputa de abril a noviembre. Y sus plantillas acostumbran a comenzar a ejercitarse durante la última semana de enero, buscando en muchos casos el calor de las Turquía, Chipre, Islas Canarias La Manga del Mar Menor. El Rosenborg arrancó coincidiendo con el día de San Sebastián, en cuya víspera la Real había recibido al Barcelona en partido de Copa. Y el conjunto de Trondheim no ha parado desde entonces.

Se trata de una circunstancia que merece ser subrayada, porque el resto de equipos de la liga noruega sí que disfrutaron durante la segunda quincena de julio de un parón al estilo del que en la mayoría de torneos tiene lugar en Navidad. El Rosenborg ganó el día 15 en Sogndal (0-2) y no volvió a jugar partidos del campeonato local hasta el 5 de agosto, cuando ganó en casa al Kristiansud. Mientras sus rivales domésticos descansaban y concedían más de una semana libre a sus jugadores, a los de Trondheim les correspondió disputar tres contiendas correspondientes a las previas europeas. Concretamente, la vuelta de la eliminatoria de Champions ante el Dundalk irlandés (la superaron) y los dos duelos de dicha competición contra el Celtic (cayeron eliminados).

El rodaje adquirido durante esta fase de la campaña les sirvió luego para sorprender al Ajax y entrar en la fase de grupos de la Europa League. Pero lo cierto es que el Rosenborg ha acusado desde entonces la acumulación de partidos, exigentes e importantes, durante la fase estival de la temporada, un momento del año en el que los conjuntos noruegos suelen bajar el pistón. Nada más clasificarse para la fase de grupos ganando a los holandeses, perdió en casa ante el Valerenga de Oslo (1-2) y quedó eliminado de la copa. Y a lo largo del último mes le ha costado certificar matemáticamente un título liguero cantado desde hace semanas. La fiesta preparada para la visita del Stabaek a Lerkendal el 29 de octubre se saldó con un insuficiente empate sin goles. Y el alirón lo entonaron los de Trondheim tras perder en el campo del modesto Aalesund (2-1) el domingo posterior, gracias a los resultados registrados en otros campos.

La temporada se le está haciendo larga al cuadro de Ingebrigtsen, para quien el balón empezó a rodar el 28 de enero, con motivo del primer amistoso de preparación ante el Ranheim, un modesto equipo de la segunda noruega que acaba de certificar su ascenso. Ahora, 53 partidos después (ocho amistosos, uno de supercopa, cinco de copa, diez europeos y 29 de liga), el ejercicio toca a su fin con el aliciente de ganar a la Real para seguir vivos en Europa. Esta aspiración supondrá esta noche el principal peligro de un rival txuri-urdin cuyos futbolistas cuentan las horas para montarse en un avión y descansar al sol tras casi once meses de larguísima y dura campaña.