donostia - Mikel Oyarzabal lidera a la Real de esta temporada. El canterano, que se ha erigido en la referencia ofensiva txuri-urdin, debutará mañana en Europa, después de perderse los duelos ante el Rosenborg y el Zenit. La moral del equipo ha mejorado notablemente tras volver a ganar en Vitoria después de acumular cinco jornadas sin conocer la victoria: “Ahora estamos contentos. Con ganas de que llegue el partido. El último encuentro de Europa nos dejó mal sabor de boca y queremos darle la vuelta y volver a la sensación que tuvimos en casa contra el Rosenborg para ponernos arriba”.

El duelo ante un Vardar que se lo va a jugar todo a una carta se presenta como una oportunidad clave para acercarse a la clasificación: “Sí, es un choque importante. Si ganamos y el Zenit hace lo suyo contra el Rosenborg, se pondría la cosa bastante de cara aunque todavía quedan encuentros. Hay que ir partido a partido, tanto en Europa como en la Liga. Primero, intentar hacer bien las cosas, vencer; y de ahí en adelante ir viendo lo que pasa”.

sin confianzas Los guipuzcoanos no se fían de los macedonios pese a sus dos derrotas: “Ya se vio también que cuando nos tocó en el grupo, a nadie nos hizo gracia. Los dos equipos que venían de la repesca eliminaron a equipos fuertes y sabíamos que no iban a ser fáciles. Las sensaciones que tuvimos en casa contra el Rosenborg fueron buenas, aunque el partido se nos puso de cara pronto y luego fue más fácil, pero son rivales exigentes, que nos van a poner las cosas complicadas, y sobre todo en su campo”.

Oyarzabal se perdió el duelo ante el Rosenborg por lesión y el segundo lo vio desde el banquillo en San Petersburgo: “Son decisiones del míster. Yo estoy disponible para jugar siempre que pueda y donde sea, y luego ya es decisión suya”.

Contando el gol que marcó con la sub’21, el eibartarra acumula una trayectoria de cuatro en sus últimas cinco actuaciones: “Me encuentro bien, con fuerzas y ganas. He empezado bien el año de cara al gol. Comparado con el año pasado, también estoy teniendo más suerte, y hay que intentar darle continuidad a esto, sobre todo para que todo vaya de cara al equipo”.

La sequía del año pasado ya está olvidada, aunque no fue fácil superar un mal trago que le generó bastantes quebraderos de cabeza: “Fue un año de aprendizaje que quizás no se ve, pero cuando lo vives desde dentro se vive de otra manera. Todo el mundo que tenía al lado me intentó ayudar y, al final, cuanto más tratas de buscarlo es cuando menos llega. Me quedo con la gente que me estuvo apoyando para que siguiera haciendo las cosas que estaba haciendo, que iba a llegar, aunque es verdad que los goles vinieron tarde e igual no fue la cantidad que me hubiera gustado marcar, pero fue un año de aprendizaje”.

buena racha Al final, va a ser verdad el dicho de que los delanteros viven de las rachas: “Los delanteros son de rachas; cuando ves que el balón no entra, te encierras, te empiezas a comer la cabeza y muchas veces eso es malo. Y luego todo lo contrario, cuando entra la primera casi sin querer, de ahí vienen todos los demás

A nadie se le escapa cuando ve jugar a la Real que el delantero es una de las grandes referencias en su juego. Oyarzabal se quita presión: “Aquí los galones todavía los tienen otros. Yo solo estoy empezando y estoy aprendiendo. Quizás en algún partido ese protagonismo también me gusta cogerlo yo, no digo que no. Pero, bueno, en cada partido hay jugadores que tienen mejor o peor día, y hay que aprovechar eso”.