Donostia - Parece que ha pasado mucho tiempo ya, porque lo ha jugado casi todo desde su irrupción en el primer equipo, pero el miércoles 25 se cumplirá el segundo aniversario de su debut en el primer equipo. Mikel Oyarzabal se ha sacudido los fantasmas de la campaña pasada, esa que se suele catalogar como la más difícil para los que explotan en la elite sin previo aviso, y vuelve a ser la joya de Zubieta destinada a marcar diferencias. Lo normal no era que marcara tan pocos goles como los dos que logró el curso pasado en la Liga, a los que hay que sumar también las dos dianas que le endosó al Villarreal en la eliminatoria de Copa, que acabaron resultando decisivas para sellar la clasificación para octavos de final.
Como él mismo reconoció, pese a que su rendimiento seguía siendo importante, el estar tan poco acostumbrado a no ver puerta le provocó una comprensible obsesión con empezar a marcar. Todo ha cambiado esta temporada, el eibartarra fue el primer txuri-urdin en anotar en el estreno liguero de Vigo, con un buen gol desde lejos, y al primer toque, con el que aprovechó un regalo del meta Sergio Álvarez. Liberado de esa presión, Oyarzabal vuelve a volar alto. En ocho jornadas de Liga se ha convertido en el máximo realizador del equipo, con cuatro dianas. La citada de Vigo y las de Valencia, Sevilla y Vitoria. Esto significa que ya dobla su registro del curso pasado y que como siga así simplemente está en camino de confirmar las elevadas expectativas que se tenía con él desde que se incorporó a Zubieta.
Cuando ha jugado él, la Real solo ha cosechado una derrota, el 2-3 del Valencia. En los otros cuatro duelos con su concurso, los blanquiazules han sumado tres victorias y un empate. Y no parece que sea casualidad. Sobre todo si tenemos en cuenta el proceso de adaptación en el que se encuentra Januzaj, que Vela ha perdido su condición de estrella, que Juanmi, tras un comienzo espectacular, no encuentra tan fácil la portería en las últimas semanas y que Canales no acaba de recuperar su nivel de antes de la lesión.
De todos esos, Oyarzabal ya es de largo el más intocable. Y no solo por su extraordinaria aportación en muchos apartados, sino porque los datos, siempre tozudos, lo corroboran. El canterano marca cada 112 minutos, y además contabiliza una asistencia. Se perdió los duelos ante el Deportivo, el Real Madrid y el Levante por un fuerte golpe que recibió de un estonio en el primer partido de clasificación para el Europeo de la selección sub’21.
europa Oyarzabal, que hizo un esfuerzo grande por quedarse cuando el Athletic le puso un contrato de cortar el hipo, siempre ha manifestado la ilusión que le genera jugar con el equipo de su vida en Europa. Este choque ante el Vardar es especialmente motivador para él, ya que todavía no se ha estrenado en la Europa League. El contratiempo físico que le mantuvo en el dique seco le impidió participar en la goleada ante el Rosenborg y, cuando acababa de reaparecer en el choque ante el Valencia, Eusebio decidió que era preferible que no jugara en Rusia. Se supone que para estar en plenitud de condiciones en el duelo ante el Betis, que visitó Anoeta 72 horas después del 3-1 del Zenit.
Aunque Eusebio ha probado a Mikel en las posiciones de volante en las dos pretemporadas desde que está en Donostia, y pese a que Zurutuza está de baja, no parece que vaya a decidirse en competición oficial por ubicarle en la posición que el pelirrojo ha dejado vacante. Lo prefiere partiendo desde la derecha, por su llegada y por trazar la diagonal siempre orientado al cañón de su pierna izquierda.