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El gafe del Ciutat continúa

Decepción Una Real desconocida y desacertada acabó siendo goleada por un Levante que, como siempre, explotó al máximo sus recursos

El gafe del Ciutat continúaFoto: Efe

La Real cayó 3-0 en el Ciutat de Valencia. Los realistas volvieron a demostrar que el serial de derrotas de todos los colores que acumulan en este estadio no es casualidad. Algo pasa en este escenario para que los blanquiazules sean incapaces de competir con normalidad y de ofrecer su juego habitual. Lo sangrante es que sus entrenadores, Eusebio ya incluido, parecen no tomarse demasiado en serio dicha maldición y plantean el encuentro como si fuese cualquier otro. Lo venimos diciendo, el estilo está muy bien y te dota de una personalidad que, además, nos hace sentirnos diferentes y, por qué no decirlo, orgullosos, pero hay misiones especiales a lo largo de una Liga que exigen planteamiento y recursos diferentes. Como ante el musculoso Madrid en Anoeta y el campo del Levante. Una aparente caja de sorpresas que no lo es tanto, ya que el gran problema es que los locales saben explotar al máximo rendimiento sus, aparentemente, escasos recursos para vencer. Si se ponen por delante en el marcador, apaga y vámonos.

Un 3-0 es un varapalo lo suficientemente importante como para tomárselo como un toque de atención considerable. Está muy bien y nos gusta incluso que se hable de aspirar a lo máximo y de no ponerse límites, pero a ver si este equipo no pierde la perspectiva de que quizá no cuenta con un plantel tan solvente como imagina. O que, simplemente, su rendimiento, por ahora, no deja de ser desconcertante, con días muy buenos y otros muy malos, como los dos últimos. Lo del Madrid pasa, lo de ayer escuece, sobre todo porque estábamos más que avisados de lo que nos íbamos a encontrar en Valencia.

Eusebio siguió rotando a su equipo cumpliendo la máxima que anunció la semana pasada de que esta campaña no va a utilizar a 13-14 jugadores, sino que piensa tirar de toda su plantilla. Sin olvidar que, como ya hiciera el curso anterior, siempre tendrá a tres o cuatro futbolistas del Sanse de los que podrá echar mano. De todos ellos, uno de los que más mérito acumuló en pretemporada fue Andoni Gorosabel. Tras brillar cedido en el Real Unión, no ha tardado en confirmar que se encuentra preparado para llamar a la puerta del primer equipo. Al técnico no le suele temblar el pulso en este tipo de cuestiones, por lo que decidió darle la alternativa para que descansara un Odriozola que estaba cerca de reventar. O de que le reventaran, como se pudo comprobar en los últimos minutos del choque ante el Madrid. Eusebio introdujo cinco cambios respecto al once que cayó frente al coloso blanco, que fueron el estreno del canterano, la entrada de De la Bella, de Zubeldia, en la medular, y de Juanmi y Vela, como escuderos del intocable Willian José.

Pronto se comprobó que la Real nunca juega a gusto en el Ciutat de Valencia. Y no es una cuestión del estado del terreno de juego, porque ha mejorado muchísimo respecto a otras campañas. El balón circula con absoluta normalidad, por lo que ya no se puede emplear de excusa como en anteriores fracasos. Los realistas no se adaptaron a la trampa que le tendieron los anfitriones. Cerrados atrás, esperándoles, con las líneas bien juntas y siempre preparados para hacerles daño a la contra. El dominio de los donostiarras en el primer acto fue absolutamente ficticio, ya que en ningún momento ofrecieron la certeza de su supuesta superioridad técnica. Por si fuera poco, los levantinos les hicieron más daño cuando les arrebataron el balón y recularon, algo que sucedió también en A Coruña y en Vigo. Si tiene que echarse atrás para defender, la Real no muestra ninguna garantía. Sufre mucho y concede demasiadas ocasiones a su rival, aunque se trate de un recién ascendido.

El Levante fue mucho mejor antes del entreacto. Dispuso de las mejores ocasiones y ofreció en todo momento la sensación de tener las ideas mucho más claras para lograr la victoria. A los 20 segundos, Morales ya había probado a Rulli, que fue, con diferencia, el más destacado de los blanquiazules. Con eso queda todo dicho. El peligro de los realistas, tras un primer intento de Illarra, llegó sobre todo a balón parado, con dos centros de Vela y del de Mutriku que no aprovecharon Juanmi y Llorente.

La primera gran intervención de Rulli fue doble, en dos disparos consecutivos de Toño y Jason, que acabó lesionándose con un taconazo posterior. La mejor opción txuri-urdin nació en otra falta que colgó Illarra y que Aritz, en posición inmejorable, cabeceó fuera. En el área visitante se adivinaba el peligro cada vez que atacaba por el flanco izquierdo, puesto que Vela no acompañaba para ayudar a Gorosabel, de manera que siempre se presentaban en ventaja. Antes de ser sustituido, Jason provocó un buen vuelo de Rulli y, después de una buena opción de Vela, que cazó un centro demasiado forzado, apareció en escena Ivi, quien lideró la última ofensiva local que acabó en gol. Su primer intentó lo rechazó el meta; y el segundo, tras sortear a Juanmi, acabó en el lateral de la red. En el descuento, Morales sirvió un centro desde la derecha y Chema marcó el gol de su vida con un voleón impresionante, cazado a una altura muy alta, que se coló casi por la escuadra. Justo castigo para una desacertada Real.

En la reanudación, Juanmi tuvo el empate tras una dejada marca de la casa de Xabi Prieto, pero fue un espejismo. A los siete minutos, Campaña rompió con una facilidad pasmosa a la zaga realista con una pared con Morales, pero remató fuera. Los cambios de Eusebio no mejoraron nada al equipo, ni tampoco se entendieron demasiado. Con un rival tan replegado, lo que se necesitaba era un regateador. A Vela le cuesta romper, por lo que no se entiende que hayan gastado tantos millones en un jugador como Januzaj, que ayer no entendería nada en el banco.

Sin que la Real mejorase ni se acercara al empate, Odriozola cometió un penalti imperdonable que transformó Morales y, para colmo, Llorente fue expulsado en una falta que Bardhi puso en la escuadra. Por si faltaba poco, nos quedamos sin central para el Valencia. El Ciutat de Valencia es como una visita al dentista. Cuando se pasa la anestesia, lo mejor es olvidarlo cuanto antes. Pero qué triste y pobre Real. Sin capacidad de reacción ni alma. Dejándose llevar...