donostia - No llamó demasiado la atención, pero a falta de la confirmación oficial de su fichaje, que sigue sin llegar, y partiendo de la base de que se trata de un habitual formalismo, sorprende que la Real no incluyera a Rulli en la lista de los cedidos que acaban su contrato junto a Oier, Reyes y Bruma. No era más que la enésima confirmación de que el acuerdo para que el meta firme hasta 2022 es un hecho, por mucho que no pueda dejar de impactar el pintoresco retraso por tercer año seguido del anuncio oficial cuando en realidad, siempre según versión del club, lo único que faltaba era la redacción de los contratos y las firmas.
Rulli se va a convertir en futbolista de la Real, que comprará ahora el 70% de sus derechos, de la misma forma que lo hizo con Carlos Vela. Tras dos cursos actuando a préstamo a buen nivel en su portería, el club realista se ha lanzado a por su contratación, pese a que se ha encontrado un sinfín de trabas y mucha más competencia de lo que imaginó en un principio. Como recordarán, el mexicano actuó también dos años cedido por el Arsenal antes de que la Real le contratara previo pago de once millones.
Esto no hace más que confirmar que, visto lo visto, no parece un mal camino para reforzarse de jugadores que tienen un buen mercado, incluso en ocasiones por encima de las posibilidades de la Real. Refuerzos que llegan a préstamo y sin opción de compra, lo que confirma que sus clubes de origen quieren que progrese para contar con ellos en el futuro, una fórmula que ha generado mucha controversia en el entorno de la Real y que no convence demasiado a muchos. El último caso es el de Reyes, cuyo buen rendimiento ha motivado que el club intente comprarlo, algo para lo que no va a encontrar facilidades, y con el que no se descarta incluso que regrese en una segunda cesión, como ya hicieron Rulli y Vela. Sin embargo, su escueta pero contundente nota de despedida de ayer parece que le aleja casi de forma definitiva de su vuelta a Anoeta.
Estos tres foráneos son tres ejemplos que han salido bien. Desde que está Loren como director deportivo han sido doce los jugadores que han recalado en la Real a préstamo. En la temporada del ascenso, llegaron Nsue, del Mallorca, que se erigió en el jugador número 12 del equipo y contribuyó al éxito, y Carlos Bueno, que fue decisivo, al acabar como el máximo goleador con doce dianas. Cuatro de ellas claves ante Cádiz y Celta, el día de la fiesta en Anoeta. En el otro lado de la moneda, ese verano aterrizó Jonathan Estrada, al que le quedó grande todo, y en invierno, Songo’o, que no aportó casi nada.
En la campaña 2011-12, la primera de Montanier, se incorporaron cedidos Mariga, del Inter, y Vela, del Arsenal. Del primero poco más que comentar, y el mexicano, aunque le costara arrancar, pronto acreditó que estaba por encima del nivel.
El siguiente verano, de la Roma arribó José Ángel, que repitió el siguiente curso siempre con nubes y claros, y de nuevo Vela. El año de la Champions, la marcha de Illarra al Madrid se cubrió con la cesión de Granero del Queens Park Rangers, aunque pronto se rompió la rodilla.
En la 2014-15, la Real incorporó a Rulli, que no tardó en hacer olvidar a Claudio Bravo y que regresó el pasado verano junto a Diego Reyes y un decepcionante Bruma.