donostia - Sin decirlo, en realidad, ya lo había dicho. En cierto modo, Eusebio anunció durante su rueda de prensa del pasado viernes que Carlos Vela iba a ser titular ayer contra Las Palmas. Y las expectativas a este respecto se cumplieron. El mexicano actuó de inicio y, como igualmente era de esperar, tuvo puestos encima muchos focos de atención. No en vano, se trataba de su primera comparecencia en Anoeta (también lo era del equipo) tras el escarceo en la noche madrileña que terminó impidiéndole presentarse a un entrenamiento en Zubieta.
El partido comenzó con la Real poniendo el balón en juego. El esférico llegó a Iñigo Martínez, quien intentó un cambio de juego erróneo que se marchó a saque de banda, incapaces de llegar al mismo Aritz Elustondo y Carlos Vela. El mexicano hizo además de acudir a por un balón imposible, lo que ya supuso un preludio de lo que vendría después. Se escucharon timidísimos pitos, algo más numerosos cuando, pasados un par de minutos, el de Cancún firmó su primera intervención.
Lo cierto es que el recibimiento proporcionado al delantero de Cancún no resultó especialmente hostil por parte del público. El volumen de la música de viento que escuchó, principalmente a lo largo de los primeros minutos, pareció indicar que el sector de la grada que le reprendió su actitud fue mínimo. Pero también cabe apuntar que hubo un lance durante la segunda mitad con motivo del cual los silbidos se multiplicaron considerablemente. Y es que, cuando Eusebio optó por relevar a Xabi Prieto, se repitió la escena vivida la semana pasada en Balaídos. El capitán se tuvo que quitar el brazalete, que hizo llegar al propio Vela a través de un compañero. Tal circunstancia provocó lo que fue, posiblemente, la pitada más importante de las recibidas por el azteca. El veredicto de la grada, por lo tanto, pareció ser ese. Por un lado, algún que otro reproche en medio de cierta indiferencia acerca de su presencia en el campo. Y por otro, un malestar más evidente en lo relativo a su capitanía.
mal partido Habría ayudado de cara a una hipotética reconciliación con la grada una buena actuación futbolística de Vela, quien sin embargo se desenvolvió muy lejos de su nivel. Como suele ser habitual, arrancó el partido en la posición de extremo diestro, desde la que se movió con intención. Provocó la tarjeta amarilla de Javi Garrido, y buscó casi siempre su perfil bueno para servir balones al área a pierna cambiada. Mediante uno de ellos firmó su mejor acción del partido, al servir medio gol a Jonathas, en la primera parte y con 0-0 en el marcador. El brasileño, sin embargo, no pudo conectar un buen remate.
Durante la segunda parte, mientras, Eusebio modificó en parte su plan, lo que afectó de lleno a Vela. El mexicano actuó como falso extremo, centrándose casi siempre a la posición de interior y dejando toda la banda a su lateral, circunstancia que se repitió en la izquierda con Mikel Oyarzabal. En esta demarcación tampoco tuvo especial influencia en el juego, aunque la cosa podría haber sido diferente si Mateu Lahoz llega a decretar el claro penalti cometido sobre Zurutuza. Xabi Prieto ya había sido relevado, por lo que al azteca le habría correspondido ejecutarlo.