Como decíamos ayer... O mejor dicho hace dos meses, Agirretxe sigue on fire. El 9 realista regresó nueve jornadas después y recuperó un punto gracias a un tanto de oportunista. Cierto es que estaba en fuera de juego de un metro, pero tiene valor que, sin haber entrenado apenas con el grupo, regresara y solo necesitara siete minutos para volver a ver puerta. El delantero, que tuvo un detalle de pureza cuando se estaba preparando para salir al hacerle una carantoña en la cabeza a Bautista, que era consciente de que no iba a poder debutar con su reaparición, sigue en plena inspiración en la mejor temporada de su vida. A falta de doce partidos, ya lleva trece dianas, un registro a tener muy en cuenta, ya que se encuentra a un solo tanto de su marca personal del año de la Champions.

El tanto de Agirretxe permitió a la Real salvar los muebles e impedir que un rival directo sumase tres puntos muy golosos cuando los aspirantes comienzan a mostrar sus credenciales para poder aspirar a Europa. El Málaga demostró ser un rival muy complicado de batir, por lo que el punto se tiene que dar por bueno. Entre otras cosas, llama la atención que sigue cumpliéndose una estadística curiosa desde que llegó Eusebio, que dice que su equipo ha ganado todos los partidos en los que ha llegado a ponerse con ventaja en el marcador. Ayer comenzó perdiendo y, aunque no pudo remontar, sí que logró un empate que puede adquirir un mayor valor con el paso de las semanas. Al tiempo.

La Real tiene mucho mérito. Su remontada se ha fraguado en un momento de la temporada en el que las bajas, en mayor o menor medida, han condicionado todas sus alineaciones. Hay un dato realmente esclarecedor y es que siete de las ocho bajas que tenía ayer fueron titulares en el partido del Bernabéu disputado hace justo dos meses. A ver qué equipo que no es uno de los grandes sobrevive y, además, reacciona de forma notable con una lista tan larga de ilustres ausencias.

Eusebio ha optado por intentar dar valor a su plantilla en lugar de perder el tiempo en inservibles lloriqueos al no cansarse de repetir que cada jornada ha podido sacar un equipo de plenas garantías. El de ayer también lo era. El vallisoletano optó por colocar como referencia ofensiva a Oyarzabal en lugar de a Vela. Ya había situado al canterano en esa posición en el partido de ida de la Copa en Las Palmas y en su estreno en el banquillo txuri-urdin en el amistoso ante Os Belenenses. La verdad es que ayer no se le vio muy cómodo desde el principio, ante dos centrales expertos como Albentosa y Weligton. El resto del once era el esperado.

Pronto se vio que el Málaga no era el visitante idóneo cuando te presentas a la cita en cuadro. Los malacitanos juegan muy bien al fútbol, tienen las ideas claras y forman un conjunto muy bien trabajado tácticamente. En su funcionamiento denota la mano de un entrenador de perfil y pasado Real Sociedad como Javi Gracia. Los andaluces entraron mucho mejor al duelo y fueron netamente superiores en los primeros veinte minutos. Juanpi fue el primero en probar a un buen Rulli que poco a poco se va acercando a su mejor versión. El argentino estuvo muy listo al salir a los pies del venezolano y tapar la portería. Solo unos segundos después, Oyarzabal le quitó un balón a Kameni y su disparo a puerta vacía con el exterior no cogió la rosca necesaria. La verdad es que el eibartarra se lamentó mucho, porque no era una prueba demasiado exigente para un futbolista de su talento.

El siguiente en probar a Rulli fue Cop tras recoger un rechace de un mal despeje de Iñigo. Recio también estuvo cerca de anotar en un buen disparo de falta que se pasó lamiendo el larguero. Después de esta acción, apareció la figura de Pardo, quien tomó el mando con una precisión y una visión de juego privilegiadas. El riojano lideró la reacción de los blanquiazules, que dispusieron de la mejor ocasión en un saque de esquina botado por él y que entre Reyes y Oyarzabal enviaron el esférico al travesaño. Charles respondió con un cabezazo que se marchó rozando el poste; y, en la última acción de la primera parte, una volea de Bruma, que volvió a su versión más atolondrada, se estrelló en el lateral de la red de la meta de Kameni.

llegaron los goles En la reanudación, la Real se hizo pronto con la posesión, pero su control era más bien ficticio, puesto que cada vez que el Málaga pasaba el centro del campo se intuía el peligro. Charles dio el aviso del gol en un disparo en buena posición que atrapó Rulli. Solo cinco minutos después, Recio, que si jugase todos los domingos en Anoeta sería internacional porque siempre lo hace muy bien, metió una pelota en profundidad a Morales cuyo centro-chut lo empujó a la red Cop. Fue el momento en el que todos nos acordamos del valor que tuvo Oyarzabal en el derbi al frenar las subidas de De Marcos. Bruma no lo hizo y el lateral venezolano pudo romper y recibir en ventaja.

La Real, que seguía comandada por un protagonista Pardo, encerró a los andaluces, pero su dominio no se traducía en ocasiones. Incluso el riojano sacó muy bien las acciones de estrategia, aunque no encontrara rematadores por la buena defensa de los malagueños. Eusebio tardó un poco en hacer los cambios, porque se notaba que el equipo necesitaba ser agitado y decidió dar entrada a Granero y Agirretxe. Después de dos meses, el usurbildarra solo necesitó siete minutos para marcar. Lo hizo en posición antirreglamentaria, ya que cuando el balón pegó en la testa de Prieto estaba un metro adelantado. En los minutos finales, en los que la Real perdió un poco la cabeza en busca del gol del triunfo, apenas dispuso de más ocasiones pese a dos sensacionales cabalgadas de Yuri casi en la prolongación.

El empate no es malo cuando a falta de diez minutos el equipo estaba por debajo en el marcador y cuando la plaga de bajas era especialmente sangrante. Lo mejor es que la Real sigue en una buena posición para engancharse a la lucha por Europa. Y que su delantero, el 9, sigue tocado por una varita mágica esta temporada.