Síguenos en redes sociales:

Los santos silogismos

Los santos silogismos

como sé que os gusta que de vez en cuando os cuente historias de los tiempos de Maricastaña, me refiero ahora a las clases de filosofía en las cuales, además de aprenderte las cosas de memoria, convenía entender y discernir sobre lo que aseguraban los pensadores. Especialmente llamativa fue la sesión en la que nos explicaron los silogismos. Desde la definición hasta las diversas clases y opciones que existían al respecto.

Seguro que cogéis la idea a la primera. El más sencillo de todos ellos corresponde al A es B. Consta de dos premisas y una conclusión. Por ejemplo: “Todas las mujeres son rubias. Maritxu es mujer, luego Maritxu es rubia”. Luego, el asunto se iba complicando y había un montón de modos. No me preguntes lo que significan pero te puedo decir de carrerilla Barbara, Celarent, Darii, Ferio, Cesare, Camestres, Festino, Baroco? La lista continuaba con unos cuantos más pero sinceramente ni los aprendí, ni me acuerdo.

Escribo esta historia porque el otro día cuando Illarramendi vio la quinta amarilla, pensé en Markel como sustituto natural, pero cuando el de Elgoibar se lesionó después y no fue de la partida en Barcelona, comencé a mover fichas. Las cosas dejaban de cuadrar racionalmente, ya que una tercera alternativa, natural y posible, se encuentra disfrutando, con eficacia, del invierno de Soria por imperativo categórico.

Si a este contratiempo le añadías el hecho de que los contrarios de ayer le metieron cuatro al directo rival en la liga y seis al contrincante en Europa, la visita al campo de la Travesera de Las Corts se antojaba como una misión imposible, mucho más complicada que el silogismo más enrevesado de la historia. Algo así como el Modus tollendi tollens: “Donde no hay mata, no hay patata; si en el partido de ayer era imposible plantar mata; era también imposible la patata”. Salvo que?

Cuando le preguntaron el viernes a Eusebio cómo se le podía hacer creer al equipo que el éxito era posible, la respuesta fue tajante. El primero que debe convencerse es uno mismo. Es decir que, por mucho que el entrenador diga lo que diga y motive como motive, si el futbolista cierra su cabeza, ni misa, ni repique.

Llevamos tanto tiempo sin tocar pelo en el Camp Nou que prolongar la racha negativa una año más a nadie le iba a sorprender. Sabéis de sobra que desde hace mucho tiempo, ante este tipo de partidos, abro un paréntesis, meto dentro lo que pase, y cierro paréntesis. Ya sé que hay gente a la que esto no le gusta, porque se aferra a la posible sorpresa o a la estrella de Montserrat, a cuya virgen he puesto más de una vez velas por si se animaba y tenía a bien iluminarnos.

La capacidad ofensiva de los tres delanteros catalanes no hay quien la frene, por mucho interés que pongas en evitarlo y por mucho derroche físico que presentes en la pelea. Tanto Neymar, como Suárez y Messi aparecieron ayer con todos sus galones. Suficiente para marcar cuatro tantos, pegar algún poste y demostrar su categoría. ¡Catorce goles en tres partidos!

La Real no bajó los brazos y eso le honra. Planteó un partido de presión en campo contrario, puso sobre el césped todo lo que puede y sabe. Estuvo cerca del gol cuando el partido estaba sentenciado. Le faltó fortuna. Jugó sin complejos. Eusebio mostró satisfacción por el orgullo, el esfuerzo, la determinación y el comportamiento del equipo sobre el terreno. Les pide que insistan en la idea más allá del resultado.

Por tanto, en el paréntesis cabe incluir la mejora en la personalidad y en la autoestima. Es decir, creer para afrontar el trabajo que queda por delante. Que no le tiembla el pulso está claro. Hace unos meses ni Oyarzabal ni Héctor eran capaces de soñar lo que vivieron ayer ante el mejor equipo del mundo. El entrenador les dio la oportunidad de sentir algo que no olvidarán nunca.

Eusebio entiende de silogismos o de decisiones. Si crees en la cantera, demuéstralo con hechos. Parece claro y se aplaude, como muchas cosas buenas que el equipo hizo ayer pese a la goleada en contra.