Polémica. Oier Olazabal no lo ha pasado bien. El portero compareció ante los medios con una significativa calentura en el labio que suelen salir en situaciones de tensión. Moyes no ha hablado con el meta después de culparle del tercer gol ante el Espanyol, algo que ha sentado mal en el plantel, que ha apoyado a su compañero: "Por la mañana me comunicó que si sancionaban a Rulli, jugaría yo", dijo ayer. Nada más. Ni una palabra de ánimo ni de motivación. En el fondo subyace el problema de que el escocés prefería traer un portero con más experiencia para ser el segundo y no conocía a Oier, que es un refuerzo de la dirección deportiva. M.R.
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