donostia - La esplendorosa etapa de Alberto Ormaetxea se había agotado, con el sobresaliente balance de dos Ligas conquistadas. “Decidimos que el equipo necesitaba un cambio”, recuerda el expresidente Iñaki Alkiza. “Primero hablamos con varios entrenadores de aquí. Pero luego surgió la idea de incorporar un técnico británico”, agrega. Así llegó John Benjamin Toshack a la Real, hoy hará tres décadas. El 13 de junio de 1985, el galés era presentado como nuevo preparador txuri-urdin, produciéndose un importante punto de inflexión en la trayectoria de la entidad. Y eso que JB no resultó, en un principio, el preparador elegido.

“Primero fuimos a por el técnico que dirigía al Celtic de Glasgow en la eliminatoria que nos enfrentó a ellos en 1982, porque aquel equipo nos causó una grata impresión”. Alkiza se refiere así a Billy McNeill, un escocés que por aquel entonces había pasado a entrenar al Manchester City en la segunda inglesa. “Nos reunimos con él en Londres y respondió que la semana siguiente jugaban un partido decisivo por el ascenso. Si subían, se quedaba. Si no lo conseguían, venía a la Real”. El City ganó, y la opción de McNeill se esfumó. Pero este se permitió recomendar a los dirigentes realistas un técnico joven que había logrado varios ascensos a los mandos del Swansea y que aquel año se había encargado del Sporting de Lisboa: John Benjamin Toshack.

Un acuerdo muy rápido

El británico recuerda en el libro Diario del galés que la llamada txuri-urdin le llegó mientras se replanteaba su futuro. “Me estaba tomando unas vacaciones con la familia antes de decidir qué hacer. Había rechazado dos ofertas inglesas y otra de Arabia Saudita, pero la de la Real me hizo tilín”. 30 años después, Iñaki Alkiza da buena fe de ello. “John viajó a Donostia y nos reunimos en el hotel Monte Igueldo. En apenas unos minutos aceptó nuestra propuesta y cerramos su fichaje”, recuerda el expresidente.

Una de las referencias de la plantilla, Alberto Gorriz, recibió la noticia de la llegada de Toshack inmerso en otros asuntos. “Quería quedarme en la Real. Y el club quería que me quedara. Pero yo tenía la carta de libertad y, como la directiva no movía ficha, estuve muy cerca de ir al Betis. Por eso, en el momento no concedí mucha importancia a la llegada de John”. Bixio terminó continuando en el club, y recuerda cómo los jugadores, “recelosos” en un principio, fueron conociendo al nuevo técnico. “De Toshack destacaría que es listo. Muy listo”, señala.

El idioma y el balón

Dos aspectos principales marcaron las primeras tomas de contacto entre John Benjamin Toshack y la plantilla txuri-urdin: el idioma y los sistemas de entrenamiento. Con lo primero, apenas hubo problemas. “El míster chapurreaba una mezcla de portugués y castellano con la que lograba hacerse entender”, explica Alberto Gorriz, quien, eso sí, subraya que los progresos de Toshack a este respecto durante los 30 años posteriores han sido casi nulos. “A día de hoy habla casi igual que cuando vino a la Real. Si ha mejorado, ha sido muy poco”, bromea el exfutbolista irundarra.

En la plantilla figuraba también Roberto López Ufarte, el actual segundo de Toshack en el WAC de Casablanca marroquí, quien analiza los métodos aportados por el galés tras su aterrizaje en Donostia. “Con Ormaetxea ya habíamos empezado a trabajar en mayor medida con el balón durante los entrenamientos. Pero John fue más allá y apostó en un principio por dar más protagonismo, por ejemplo, a los ejercicios de posesión. Es algo que le vino muy bien a nuestra forma de jugar”. Sin embargo, si algo destaca Toshack de su labor inicial en el club, según indica el propio López Ufarte, es la faceta psicológica. “Él siempre dice que, por encima de todo, consiguió volver a despertar en nosotros las ganas de seguir ganando. Porque, en las tres temporadas posteriores a las dos Ligas, habíamos bajado algo”.

Adaptación y Copa

“Al principio costó. Pero en la segunda vuelta de la primera temporada, entre Bakero y Uralde hicieron cerca de 40 goles”, recuerda Iñaki Alkiza. En la segunda campaña se ganó la Copa. Y después llegaron los subcampeonatos, antes de que Toshack “se escapara”, según subraya el propio exdirigente. “Vino el presidente del Real Madrid, Ramón Mendoza, para negociar. Nos pagaron ocho millones de pesetas y con John ganaron una primera Liga, pero en su segunda temporada no les fue tan bien. Recuerdo que en diciembre, apenas un año y medio después de haberse marchado, ya tenía atado el regreso de Toshack”, agrega.

Llegó entonces la segunda de las tres etapas del galés en la Real, aquella era durante la que, en 1993, dejó a Gorriz sin jugar su partido 600, en el Camp Nou, antes de retirarse. “Ahora lo recuerdo como una anécdota. Pero en el momento le concedí mucha importancia. Toshack nunca me comentó nada al respecto. Dijo una vez, cuando le preguntaron, que a él también le habría gustado hacer más goles con el Liverpool, pero que todo tiene su fin”, rememora el exdefensa.

Posteriormente tendría lugar una tercera etapa del galés en Donostia, entre 2001 y 2002, época en la que López Ufarte fue su segundo, como actualmente en Marruecos. “Toshack tiene ahora 66 años, pero el mismo espíritu ganador de siempre, y esas ganas por hacer las cosas bien. En Marruecos estamos trabajando con rigor europeo, y dando oportunidades a la gente joven. Sobre esa base el WAC Casablanca ha vuelto a ser campeón cinco años después de su último título”. Y 30 después del aterrizaje de JB en la Real Sociedad.